sábado, 30 de septiembre de 2017

RE-VERSOS: ANDRÉS ELOY BLANCO


Canto a España

Para cantar a España, traigan a nuestro coro
unos, su voz de bronce y otros su voz de oro.

¡Poeta, labrador, soldado, todos,
en diversos altares y por distintos modos,
poetas, por el numen vital del optimismo!
¡Canten sus églogas los labradores,
entone el jardinero su madrigal de flores
y agite el navegante su poema de abismo!

Y canten por la España de siempre, por la vieja
y por la nueva: por la de Pelayo
y por la que suspira tras la reja,
por la de Uclés y la del Dos de Mayo:
por la del mar y por la de Pavía
y por la del torero... ¡España mía!
pues siendo personal eres más grande;
¡por la de Goya y por la de Berceo
y por el Pirineo,
que ansiando más azul subió hasta el Ande!
Por toda España, torreón de piedra
con un Cristo tallado, bajo talar de yedra.

Por la que da una mano del Quijote en Lepanto
y en Calderón descifra, como Daniel, la Vida,
y por la que saluda y tira el manto
cuando la cigarrera va a la corrida ...
Por Gerona sin Francia, por Numancia sin Roma,
por Galicia emigrante, por Valencia huertana;
por la que se sonroja cuando asoma
el estilete de Villamediana;
por un Alfonso Díez, que hace las leyes;
por un Alfonso Trece, que es la Ley de los Reyes;
por la que, mientras ruge Gonzalo en Ceriñola,
toma una espina al huerto de Loyola,
toma una flor al huerto de Teresa;
por Aragón, que el fuero consagra y multiplica;
por Aragón, donde la Pilarica
dijo que no quería ser francesa.. .
Por León y Asturias, Aventino de España;
por Guipúzcoa dormida en la montaña;
por los tres lotos de las Baleares,
y por Andalucía que va a Sierra Morena
y Andalucía de la Macarena
y Andalucía de los olivares.

Por Canarias del Teide, que es un fanal y un grito
—canario de Canarias— ¡Oh, dulce don Benito!...
Por Cataluña, cuerno de abundancia;
por Navarra, que dijo: —¡Mala la hubiste, Francia!
por las lanzas de Diego velando una Menina;
por la tierra que ríos de maravilla riegan
y por Castilla, a cuyos pies doblegan
Saúl la espada y Débora la encina.
Castilla, hembra de acero de forja toledana,
cuyo encanto en la vía requebró Santillana,
Castilla, que en las armas de Santander gobierna
su nave con las velas hinchadas de galerna;
Castilla del Imperio y de Padilla,
Castilla, que en sus Peinas es la Madre Castilla
para los goces y los desamparos,
desde Isabel, que forma la Escuadrilla,
hasta Victoria de los ojos claros...


de Andrés Eloy Blanco

domingo, 24 de septiembre de 2017

VIII Carrera de Relevos: Mi historia y las fotos

Legó el día de la Carrera de Relevos de la Copa Diputación Carreras Populares de León. Me encanta esta carrera por los valores que transmite. Solidaridad, compromiso, amistad...y cuantos adjetivos queramos añadir que supongan un esfuerzo colectivo. Un trabajo de Equipo,
oy tocaba recorrer el Camino de Santiago: Astorga-Astorga, dividido en tres etapas. La primera entre Astorga y El Ganso, la segunda El Ganso-El Ganso, y la tercera El Ganso-Astorga.
Con cuatro Equipos acudía el Nunca correrás solo a la cita, yo enclavado en el Equipo D, me tocó hacer la segunda etapa, para mí la más dura. Y a las 11:30 horas daba inicio mi andadura, el plan era sencillo, correr, disfrutar y acompasar mis pasos a los de mi compañera María Jesús, que corría en el Equipo B, el femenino.
Salimos tranquilos, desde atrás, sin prisas, solo con nuestras exigencias. Dejamos el pueblo con el ánimo de los corredores que han terminado su etapa y con los que esperan a que yo la termine. El Camino, lleno de peregrinos, pronto nos muestra sus cartas, rompe piernas al principio, con alguna bajada para recuperar, pero siempre picando. Las sensaciones van llegando, lo que hace que afrontemos, quizás el tramo más duro, sin mayor problema. Los kilómetros pasan bien, y llegamos a Rabanal, ya hace un rato que nos vamos encontrando con los corredores que vuelven pero eso no nos inquita lo más mínimo, nosotros a lo nuestro. Y en Rabanal tenemos que llegar a dar la vuelta a la iglesia que, como bien sabemos los que andamos el Camino, está en lo más alto. La bordeamos, la damos la vuelta, y a correr cuesta abajo. Así mucho mejor. Recuperamos aliento y a desandar lo corrido. “Buen Camino” que cruzamos con las decenas de peregrinos que ahora encontrábamos de cara, con sus ánimos y aplausos. La vuelta se nos hace más corta y sin darnos cuenta divisamos El Ganso. Ya lo tenemos. Últimos giros y a cruzar una meta merecida, con el aplauso de los corredores, pero sobre todo con los aplausos de nuestros compañeros del Nunca correrás solo.
Después momentos de post carrera, momentos de satisfacción.


Para terminar esta entrada, os dejo con las FOTOS de la carrera, a disfrutar de ellas:
3ª ETAPA

sábado, 9 de septiembre de 2017

RE-VERSOS: LEOPOLDO MARECHAL


¿Y MÁS ALLÁ?

Un extraño viajero musitaba en la noche:

—Yo escalaré la cima; profanarán mis huellas
la nieve que cien siglos dejaron al pasar
y en lo alto, cara a cara, miraré las estrellas...
                  —¿Y más allá?

—Romperé la maraña de los bosques añejos,
violaré con mis manos toda virginidad
y veré nuevos mundos sobre los mundos viejos.
                  —¿Y más allá?

—Lucharé contra todo lo imposible; mi grito
será luz en el hondo silencio secular
y venceré en la lucha, porque soy de granito.
                  —¿Y más allá?

—No habrá un palmo de mundo que yo ignore; mis ojos
bajarán al abismo, subirán al azul
y, como dos palancas, romperán los cerrojos
del libro del Destino que agobia mi testuz.

Soy una imagen vaga, la sombra de un deseo;
pero hallaré algún día mi oculto manantial...
¡Entonces seré el Hombre que soñó Prometeo!
                  —¿Y más allá?

Más allá, más allá. Y esa voz era fría
como un trozo de hielo.

¿Qué ha de ser más allá?
¡Pero el hombre, incansable, por la senda seguía
y su canto en las sombras era un himno inmortal!

de Leopoldo Marechal

domingo, 3 de septiembre de 2017

XIV Legua Nocturna de Santa María: una historia de miradas

Quizás sea hora de sacar las historias del tintero. Una de las historias, que mi apatía va dejando en él, es la de Santa María del Páramo.
Con la mejor compañía, la del Nunca correrás solo. Con la tormenta amenazando Santa María del Páramo. Con los rayos rasgando su noche, espero la salida. La oscuridad va siendo protagonista. Finas gotas empiezan a caer, casi al mismo tiempo que la cuenta atrás llega al momento del ¡ya!. Mis pasos ya corren las calles de Santa María, “cuidado con el bordillo”, calles mojadas por un agua ansiada por todos. Busco mi ritmo, mi sitio; busco el carril bici que aisla la villa del campo, y que por un rato será mi compañero, junto con el agua que ahora cae con más fuerza. Las calles me reciben, sin los ánimos de la clientela de ese bar, que llenaba su terraza, y hoy está vacía por la lluvia. Sin esa fuerza, sin esos ánimos, con más noche, completo la primera vuelta, donde los aplausos, gritos y miradas vuelven a llenarlo todo.
Otra vez en busca de ese carril que rodea la villa, el pueblo o la ciudad, depende de quien lo mire, donde mi sombra se difumina y la hace fantasmagórica. Corro cómodo, corro a gusto, lo que hace que el tiempo pase deprisa. Retorno a las calles vacías, paso por ese bar, hoy inanimado, corro la última calle, vuelvo a oír los gritos de ánimos, a creer ver esas miradas, entro en el estadio, cojo la calle uno para disfrutar de los últimos metros. Para disfrutar de las sombras que ocultan las miradas más cómplices. Para cruzar mi meta de contrastes.