domingo, 29 de abril de 2018

VII Carrera Popular Sahagún Mudéjar: Mi historia y fotos

Sahagún, villa de acogida de peregrinos, donde empieza un camino y por donde pasa otro. Donde me junto con mis amigos del Nunca correrás solo, para correr su carrera más popular. Encuentro de cafés y corrillos de charla, que hoy somos muchos; de prepararnos para correr.  De situarme tras la línea de salida, con sus palabras de ánimo. De escuchar la cuenta atrás, sabiendo que hoy no habrá lucha, ni contra el crono ni contra uno mismo. De ese ¡ya! que nos pone cuesta arriba, lo justo para empezar a salir de la villa, desde donde el cielo se ve más gris, más frio. Donde empezamos a descender, rápidos, más rápido de lo que debería, pero qué más da, hoy no hay planteamientos. Miro, mientras bajo, veo a derecha e izquierda, el paisaje verde, abierto. Palabras de ánimo de los peregrinos que ya, quizás, busquen el fin del día, ¡buen Camino!, como no. Distrae mi distraído correr una caída, la de mi compañera Silvia. Rasguños en manos y rodillas; que no la impiden continuar, aunque no como quisiera. Junto a ella, llego a la ermita de la Virgen del Puente; la ermita de las afueras, la que abre la puerta de Sahagún al peregrino. Junto a ella, cruzo el puente de piedra que nos invita a volver. La senda que asciende, estrecha, con viento de cara, como siempre, y con las finas gotas que ahora las grises nubes dejan escapar. Abandono los pasos de mi amiga, mejor sola y a su ritmo. Poco a poco entro en la villa mudéjar. Después de la tendida y constante subida, llega un pequeño respiro, casi lo que duramos en llegar al arco de San Benito, y volver a subir al paso de la plaza mayor, lo que rompe mi cómodo ritmo, que trato de acomodar para evitar sufrimientos innecesarios. El viaje turístico sigue, sigue la carrera, al pasar frente a la iglesia de San Lorenzo. Un poco más y abandonamos el refugio de las casas, para correr el camino entre pequeños árboles, que nos deja a orillas del río Cea, que bordeado, primero a contracorriente, y después a favor, nos deja ya en los últimos metros, en el último esfuerzo, para subir hasta Nuestra Señora de la Peregrina, que cómo no, está en lo alto, y hasta allí, hasta lo alto han llevado mi meta. Bonita meta.
Ahora, una vez contada mi historia, os dejo con las fotos, quizás para vosotros más interesantes que mis divagaciones, pero una cosa lleva a la otra. Que las disfrutéis.
FOTOS: PINCHA AQUÍ.

viernes, 20 de abril de 2018

MAPOMA 2018: 12ª SEMANA

Sin sorpresas. Sin sobresaltos. Semana tranquila, con la mente puesta ya en modo maratón, y apurando los últimos entrenamientos. Tiempo de recoger sensaciones. Momentos de encuentros con los amigos, que delante de un café, me dejan un poso de tranquilidad. Diálogos de maratón; charlas de esto y de lo otro; conversaciones de todo un poco. Distracciones para la mente y recargas para el alma. Semana de fisio; con Omar tratando de recuperar el cuerpo que no acaba de estar como debería.
Todo el trabajo duro ya está hecho. Ahora falta llegar al lugar del delito, y empezar a disfrutar, primero de los momentos premaratón, el encuentro con los amigos madrileños del Nunca correrás solo, y segundo de la carrera, el encuentro con el maratón.
Mapoma voy a por ti, y no voy solo. Me llevo mucho coraje y mucho corazón.

“Se camina con dos pies; la humildad es el pie izquierdo, la confianza el pie derecho” de Santiago Alberione

domingo, 15 de abril de 2018

MAPOMA 2018: 10ª y 11ª SEMANA


Ahora sí que está todo hecho. Otras dos semanas que terminan, y que ya me dejan sentado al borde del abismo. ¿Cuántas cosas no me he dicho a lo largo de los interminables entrenamientos?. Muchas dudas resueltas y sólo una por resolver. ¿Cómo afronto la carrera?. Muchas pueden ser las alternativas, pero solo tres las que rondan mi cabeza. Con valentía, con prudencia o con miedo. La valentía me puede llevar a la satisfacción, si todo sale bien, pero a sufrir si todo sale mal; la prudencia, si todo va bien, me dejará el por qué no arriesgue, y si todo va mal, me llevará al ¡uf!; y el miedo, sea cual sea el resultado me dejará un maratón sin sentimientos. Tres dudas y de momento ninguna respuesta.
Después de la salida de hoy, la última tirada larga antes de…, en la que conté con la compañía, y ayuda inestimable, de los amigos de la Ule, podría sacar conclusiones, positivas todas, pero quiero dejar macerar las sensaciones durante esta última semana, y después ya veremos.
Las piernas, creo que están listas, aunque la cabeza anda dando tumbos y buscando ese último impulso. Ese que puede llegar en forma de imagen. Una foto con un sol, grande, brillante, sonriente, y reluciente, y una hoja de trébol, con sus cuatro hojitas, el de la buena suerte, y una leyenda: “Cuando menos lo esperas. Todo sale bien”, es algunas veces suficiente para levantar el ánimo.
“Coraje y corazón”, es la leyenda que adorna el Metropolitano, mi casa rojiblanca, y eso es lo que me llevaré a Madrid. Coraje y corazón.

“El coraje no es tener la fortaleza de seguir adelante; es seguir adelante cuando no tienes la fuerza” de Theodore Roosevelt

domingo, 8 de abril de 2018

IX Carrera Popular Santo Toribio: Mi historia y fotos


Llego a Astorga, ciudad vieja, ciudad romana, ciudad bella, con la mejor compañía, con mis amigos del Nunca correrás solo. La rutina, la de siempre, recogida de dorsales, saludos, y ese café bien compartido, un poco de calentamiento y a la línea de salida.
Tras el arco, escuchando las breves instrucciones, esperando esa cuenta atrás. Desde ese 10, hasta el ya; empieza la carrera de un recorrido por descubrir. Salvamos ese estrechamiento de la calle, derecha e izquierda, y a correr como si no hubiese mañana. En un sin querer llego al largo parque, después a ver esa bonita Catedral, a dejar atrás el Palacio de Gaudi, a correr tras de mis compañeros, tras esas camisetas naranjas, a buscar esa vieja nacional que, cuesta abajo, da un respiro a mi cuerpo, giro de 180 grados y a subir un poquito, las piernas regulan el ritmo, y vuelta a correr entre Catedral y Palacio, a callejear en busca de la Plaza Mayor, de rematar la primera vuelta. El ritmo ahora quizás un poco exigente para mí, así que toca agarrarse a la carrera. Ahora a regular para evitar desgastes innecesarios.
foto cortesía Eduardo
Volvemos a correr los pasos corridos apenas hace unos instantes; ese largo paseo, de tierra, para volver a disfrutar de la vista de la Catedral, que se asoma de frente en esa estrecha calle. El Palacio, y a por la parte fea de la carrera; a recuperar un poquito en la bajada, a no perder en la corta subida, y a disfrutar del último esfuerzo, a llegar a la Plaza Mayor.
A cruzar esa meta, que hoy se ha hecho corta.

Para terminar esta historia, os dejo con el enlace de las fotos: PINCHAR AQUÍ.

jueves, 5 de abril de 2018

MAPOMA 2018: 9ª SEMANA

Una de las semanas más exigentes del plan, quizás la más exigente, al menos para mí, ha finalizado. “Lo peor ya ha pasado” es el pensamiento, que se escapa, delante de ese café compartido.
Es la sensación que he ido acumulando durante todos los entrenamientos de la semana, que lo peor estaba pasando, y la que me deja el entrenamiento del domingo, el de la tirada muy larga, y en el que conté con su gran ayuda, quien me dio la vida necesaria en esos últimos kilómetros.
Semana de meditaciones y reflexiones; de ver el futuro inmediato (si es que es posible), o al menos de intuirlo. Con el transcurso de los días he intentado ir sacando conclusiones. En otras circunstancias me sería fácil, pero en esta ocasión me resulta complicado. Las sensaciones, siento que no han sido malas, pero el saber que voy corto físicamente, y el sentirme mentalmente débil, no me deja ver el final con claridad.
El trabajo prácticamente está hecho, y en las tres semanas que quedan por delante poco ya puedo mejorar, así que trataré de no perder pierna, y de ir ganando cabeza. De momento, y siguiendo el consejo de Yann Martel, voy dando cuerda al reloj, que tiempo me sobra.

“Recuerde que el tiempo es distancia. No se olvide de darle cuerda a su reloj” de Yann Martel.