Hoy ha amanecido un día soleado, lo que invitaba a hacer tirada larga; después de correr una hora y media, la reconfortable ducha me esperaba, que placer.
A continuación, y como es costumbre después de los rodajes dominicales, he salido a dar una vuelta con mi sufrida señora. Pocos metros habíamos caminado, cuando observo en el interior del parque al que íbamos a acceder, a una abuela que ayudada de una cacha paseaba ensimismada en sus cosas (unos ochenta años la contemplaban), detrás de ella tres jovenzuelos-niños-o niñatos (dos de 10 años y otro de 7 años) haciendo ejercicio de tiro, arrojándola castañas.
Me acerqué (a los tres jovenzuelos-niños-o niñatos), los miré y les felicité por la puntería que habían demostrado, a Dios gracias no habían atinado, y la abuela sin percatarse de nada, había salido a disfrutar del día, y así ajena continúo con sus pensamientos.
Aún así uno de ellos (de los tres jovenzuelos-niños-o niñatos) tuvo el descaro de replicar “yo no he hecho nada”, no me molesté en contestar, lo hizo mi mirada.
Me quema el alma, sentí pena, tristeza o no sé que, pero hacía donde camina esta sociedad, que valores les han inculcado sus padres (a los tres jovenzuelos-niños-o niñatos), y éstos padres que dirán de la conducta de sus vástagos, a quién echarán la culpa de su falta de educación y respeto.
Que palabras más bonitas, educación y respeto, dos valores que en la actualidad no se tienen en cuenta.
4 comentarios:
tenes toda la razon el respeto se perdio y por mas que quieras es imposible educar hoy en dia
Ufff, menudo futuro nos espera, quiero creer que son casos aislados, pero solo tienes que salir a la calle a dar un paseo y ejemplos de ese tipo abundan... Sin palabras.
Un saludo amigo.
Terrible imagen; muy terrible. Os imaginais cómo pueden ser los padres de estos chicos?
No me puedo imaginar cómo son los padres, porque estoy seguro que por desgracia no hace falta ser de ninguna manera especial para tener hijos vándalos.
Lo que me asombra, es con todo lo que tienen los niños de esa edad, que no tengan nada mejor que hacer que arrojar castañas a una abuela en el parque.
El ocio sin ningún fin es mal consejero, a su edad y en estas fechas deberían tener mil cosas que hacer divertidas y que no hicieran daño a nadie.
Un saludo.
Publicar un comentario