sábado, 31 de marzo de 2018

RE-VERSOS: ANÓNIMO



Soneto a Cristo Crucificado

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

Anónimo, atribuido a Santa Teresa

lunes, 26 de marzo de 2018

MAPOMA 2018: 7ª Y 8ª SEMANA

Con el paso de las semanas, mi cuerpo ha ido madurando. Me encuentro en el momento más decisivo, en el tramo más exigente del viaje, o eso creo. El que va dar buen o mal fruto.
Estas dos últimas semanas han transcurrido con las prisas del que se le acaba el tiempo y con la sensación de que no está todo listo.
En las que he podido disfrutar de la Media Maratón de León, y del buen test que la carrera resultó ser, dejándome ver mis carencias, algo que ya sabía aunque me negaba a aceptar, y mostrándome el camino a seguir. Tome nota de ello. Y de los rodajes tranquilos, en los que ir poniendo en práctica la lección aprendida.
Sigo la línea que me lleva hacia la meta, porque como diría Andy Warhol: “No importa lo lento que vayas mientras no pares”.

domingo, 18 de marzo de 2018

X Media Maratón León: Fotos


Hoy en León teníamos un cumpleaños especial, el de la Media Maratón, que celebraba su X edición. Una carrera para disfrutar durante, como nosotros sabemos hacer, corriendo, y para disfrutar después, ya relajados y haciendo balance de la carrera, de los errores o aciertos que hayamos tenido en nuestro planteamiento y que hayan influido en el desenlace final, viendo las fotos.

Así que si disfrutasteis del durante, aquí os dejo con algunas fotos, para que disfrutéis del después.

viernes, 16 de marzo de 2018

A POR LA DÉCIMA: A POR OTRA HISTORIA


El domingo correré la X Media Maratón Ciudad de León. Lejos queda aquel 22 de marzo de 2009, día en que se celebró en mi León, la primera edición.
He tenido la suerte de haber participado en las nueve que hasta ahora se han celebrado, así que cuando el domingo cruce la línea de meta será mi X Media Maratón Ciudad de León.
Atrás quedan muchas ilusiones, muchas alegrías y sonrisas, muchos kilómetros compartidos con los amigos del Nunca correrás solo, con mi hija, con mi amigo Ángel, con mi amigo Juan, con mi amiga María Jesús, y con mis amigos del correr. Muchos buenos momentos. Muchas historias. Porque no hay nada como correr en casa. Como correr esas calles que a diario pisas.
Y si atrás queda todo eso, también por delante seguirán quedando ilusiones, alegrías y sonrisas, kilómetros compartidos, buenos momentos, y muchas más historias, porque seguiré corriendo la Media Maratón de mi León.

miércoles, 14 de marzo de 2018

A MITAD DE CAMINO

Terminada la que debería haber sido la sexta semana de entrenamiento, y que en realidad es la cuarta. “Es lo que hay” como diría una buena amiga.
El ritual no ha cambiado, es el de siempre, el de los cuatro entrenamientos. Solo que ahora, ando tratando de adaptar el entrenamiento de calle al entrenamiento entre paredes, usando mí lógica, y realmente no sé cuál será el resultado.
Sigo trabajando con constancia persiguiendo dejar atrás los problemas, intentando ganar en seguridad, ganar en confianza. Por eso he decido, o mejor dicho decidí, mientras corría en el gimnasio, sin avanzar ni un metro, con la mirada perdida, fija en cristal que refleja mi difusa silueta, concentrado en mi interior, tratando de buscar los recuerdos bonitos, que me ayuden en esta monotonía, que “si quieres, puedes”. Y quiero, me repito en la monotonía; entonces puedo, me vuelvo a repetir. Se acabaron los pensamientos negativos. Lo que tenga que ser será. “Es lo que hay”.

"El pesimismo conduce a la debilidad; el optimismo al poder" de William James.

domingo, 11 de marzo de 2018

IV Carrera Almanza Medieval: Mi historia

Foto cortesía Moja
Me presento en Almanza con la mejor de las compañías, la de la familia del Nunca correrás solo. Pronto, y después de recoger el dorsal, nos refugiamos en torno a un café. En torno a la agradable charla que, inevitable acorta el tiempo y, nos lleva a la salida. Un poco de movimiento para entrar en calor. Desde lo alto del viejo arco de piedra, escuchamos la corta cuenta atrás, la que nos lleva desde el cinco hasta el ya; al momento de empezar, a ir recogiendo sensaciones. Con la tranquilidad del mejor correr, y con las prisas del mejor dorsal, abandono el asfalto para empezar a pisar los caminos embarrados a tramos, aunque no en exceso, los esperaba peor. Pronto ocupo mi lugar de carrera, y sabedor del recorrido, me regulo en el esfuerzo, y afronto la constante subida sin prisas, disfrutando del bonito entorno. Repitiéndome desde lo más hondo de mi corazón, mi última consigna: “Si quieres, puedes”. Piso ese camino de tierra mojada, de tierra convertida en barro, rodeado de viejos robles de hojas secas, que sin querer se convierten en el escudo que protege del fuerte viento. De Félix, que así le han dado en llamar. Alcanzo a mi compañera, Silvia, y tras ofrecerle mis pasos, continúo en solitario, dejándola con su disfrute; con su carrera. El avituallamiento me indica que ya queda poco para la dura subida, hoy llena de cámaras; para caminarla sin desarmar mi respiración. Ya arriba, lo peor ha pasado, ya solo queda dejarme ir por el encharcado camino hasta el asfalto, que me mete desbocado en las calles de Almanza, donde ya sigo la estela de la torre  de su iglesia, como si de un faro se tratase, y me lleva bajo el viejo de piedra a cruzar la meta, donde me espera mi familia naranja. Junto a ellos, espero a los compañeros que faltan por llegar.
Y ya todos juntos a disfrutar de las subidas de mis compañeros al podium.
Abandono Almanza satisfecho con mi carrera y sintiendo orgullo por los mios.


sábado, 10 de marzo de 2018

RE-VERSOS: MANUEL ALTOLAGUIERRE



Cerrando los ojos

Huyo del mal que me enoja
buscando el bien que me falta.
Más que las penas que tengo
me duelen las esperanzas.

Tempestades de deseos
contra los muros del alba
rompen sus olas. Me ciegan
los tumultos que levantan.

Nido en el mar. Cuna a flote.
La flor que lucha en el agua
me sostiene mar adentro
y mar afuera me lanza.

Cierro los ojos y miro
el tiempo interior que canta.

de Manuel Altolaguirre

miércoles, 7 de marzo de 2018

TRAS LO DESCONOCIDO


Terminada la quinta semana; la que me ha llevado desde el lunes, día 26 de febrero, hasta el domingo, día 04 de marzo. He afrontado esta semana sin miedo, pero con recelo a lo desconocido, no por el maratón sino por el viaje que hasta él me lleva. Los mismos  entrenamientos, que tenía planificados para la calle,  los he realizado bajo techo. En el gimnasio, en un mundo para mí inexplorado. Mientras en el exterior llovía y nevaba, yo me batía el cobre entre la elíptica y la cinta, buscando en ese cristal, que devuelve difusa mi silueta, unos ojos, una mirada que aliente mi esfuerzo. A los tres entrenamientos realizados entre paredes, le faltaba el cuarto para rematar la semana, los 10 km. de La Virgen del Camino; carrera afrontada sin ninguna pretensión y siempre pendiente de mi pierna, de la derecha para más señas, y de sí quiere ir poco a poco dejando de tocar algo más que las narices. Como no era mucho lo que esperaba de ella, cualquier detalle positivo valió para dejar unas sensaciones más que aceptables. Seguimos, paso a paso, camino.

“La diferencia entre imposible y posible es un corazón con voluntad” de Lolly Daskal.



domingo, 4 de marzo de 2018

REINICIANDO



Esperaba una ciclogénesis y amaneció un día ideal para correr los 10 km de La Virgen del Camino. Sin una idea muy clara de lo que quería hacer. Bueno la verdad es que no tenía ninguna idea y antes de pensar más en ello, un café con los amigos del Nunca correrás solo, para no perder las buenas costumbres, y un poco de calentamiento, por eso de entrar un poco en calor. Y a la línea de salida. Empiezo a correr y simplemente me dejo ir, hasta que la carrera me sitúe. Cerca del kilometro 1 doy alcance al globo de 50 minutos, y que en un instante decido quedarme a resguardo del grupeto, a estas alturas numerosos, para salir en busca del aeropuerto y de los sones de las gaitas. He cogido bien el ritmo, y bien refugiado, completo la primera vuelta.
foto cortesía Fiz Fiz
Mi cabeza chequea esa pierna, que de vez en cuando me recuerda que está ahí, y de la que no quiero acordarme. La segunda vuelta me hace pensar en si sigo en el refugio o me voy para adelante, y decido seguir esforzándome donde estoy, que creo fue la mejor decisión. Vuelta a ver los aviones y a oír los agradables sones de las gaitas. Cabeza y mucho corazón para seguir un ritmo, el que me marcan, y que no abandono hasta casi en la recta de meta, donde dejo el agradable refugio que encontré, para terminar en 49´38´´.
foto cortesía Fiz Fiz
Mejores sensaciones de las que esperaba, aunque con esa molestia que parece que no quiere irse. Reiniciando sensaciones.

jueves, 1 de marzo de 2018

ENVIDIA DE LA SANA


“O más vale tarde que nunca”. Cualquiera de las dos frases valdría para dar título a esta entrada. No tenía que haber sido tan precipitado ni con tanta incertidumbre; pero la mente no ayuda a tomar la decisión adecuada, la que realmente quería tomar, y luego está lo de esa pierna, la derecha para más señas, que cual troglodita irresponsable, está en independizarse del resto del cuerpo, y que se arrastra más que corre.
Pasaba el tiempo mirando el calendario, apremiado por una fecha, que se me iba escapando. Y entonces llegó ese encuentro fortuito con los amigos que estaban en modo Sevilla y en modo Barcelona, y me llene de envidia sana. Que debe ser mejor envidia, que la envidia a secas. Y pensé: "más vale tarde que nunca". Y me inscribí a Mapoma. Tarde, quince días tarde. Con dos semanas perdidas de entrenamientos, de esos que no se recuperan, y que quieres que nunca te hagan falta.
Y ahí ando, con la cuarta semana de entrenamientos terminada, que en realidad es la segunda. Intercalando el gimnasio con el aire libre, porque a esa pierna, la derecha para más seña, le ha dado por tocarme algo más que las narices. Y cargando la mente a marchas forzadas, porque sé que el 22 de abril me va a hacer muchísima falta.
Para acabar, me agarro y me quedo con la frase de Matt Biondi: “Disfruta del viaje, de cada momento y deja de preocuparte por la victoria y la derrota".