lunes, 29 de marzo de 2010

MÁS CERCA

Sí, una semana más cerca del próximo objetivo, Mapoma; y una semana en la que he ido sintiendo envidia al tiempo que leía en vuestros blog la forma en la que os encontrabais para afrontar la carrera; yo, debido a un fallo imperdonable (bueno casi) me encuentro inmerso en un plan de emergencia acelerado que espero me de resultado y si no pues a disfrutar más tiempo del Mapoma.
Esta semana que hemos dejado atrás me he dedicado un poquito a recuperar la media de León y a ir metalizándome para la prueba, además de llamarme tonto en más de una ocasión; el lunes, lo dedique a dar una pequeña caminata y a estirar, que falta me hacía.
Ya el martes, enfunde las zapatillas para hacer un entrenamiento de cincuenta y tres minutos, a ritmo suave, el que más o menos preveo llevar el 25 de abril.
El jueves, rodaje de sesenta y dos minutos, y nuevamente buscando el ritmo milagroso.
El sábado pequeña salida de veintisiete minutos, más que nada para estirar y hacer algún ejercicio de fuerza.
Y el domingo, debería haber dedicado una tirada larga, pero los acontecimientos de la tarde-noche del sábado, más el añadido del cambio horario, me inclinaron con un rodaje, en compañía de Mauri, de cincuenta y cuatro minutos.
Mirando los entrenamientos de la semana y el fin al que están encaminados me parecen paupérrimos del todo; pero bueno, por una vez y sin que sirva de precedente, seguiré los consejos de los buenos amigos, y de mi entorno más próximo, en los que me piden tranquilidad y calma.
De momento esa tranquilidad no la he perdido, aunque reconozco sentir cierto desasosiego; ahora empiezo dos semanas claves, cuando éstas acaben veremos si se despejan los nubarrones.

domingo, 28 de marzo de 2010

PROCESIÓN JESÚS DE LA ESPERANZA

No voy a hablar de carreras, ni de entrenamientos, ni tan siquiera de futuros retos; hoy no quiero quitar un ápice de protagonismo a esos miles de “papones” que durante esta Semana Santa recorrerán las calles de España, y en especial de León, dando vida a cientos de procesiones; a esas miles de personas anónimas que con su entrega e ilusión hacen que una bonita tradición perdure en nuestros días.

Ayer, sábado veintisiete de abril, discurrió por las calles leonesas la procesión de Jesús de la Esperanza, organizada por la cofradía “Sacramental y Penitencial Cofradía de Nuestro Padre Jesús Sacramental y María Santísima de la Piedad, Amparo de los Leoneses”; procesión que año a año va a más, con más gente en las aceras mostrando su apoyo y admiración.

Por segundo año consecutivo, Ángeles (mi ángel de la guarda en las carreras) portaba sobre sus hombros “La Virgen de la Esperanza”, manteniendo intacta la ilusión que la había llevado a formar parte de la cofradía; este año, Sonia se unía a la cofradía, de momento no quiere pujar, pero a buen seguro que lo acabara haciendo; tampoco quiero olvidar la incorporación de Sandra, del “equipo muchachitas”, quién también con mucha ilusión porto sobre sus hombros “La Virgen de la Esperanza”.

Así que desde la acera, pero desde toda la acera, fui testigo de muchas ilusiones; y quién sabe si un año de estos la procesión la vea desde el otro lado.

jueves, 25 de marzo de 2010

1+2+1+1=MAPOMA

(2009: Llegando a meta)


No se trata del dibujo táctico del Aleti, no; el martes, aún con el recuerdo agridulce de la media de León, eche la inscripción para el maratón de Madrid, con mucho retraso para lo que otro años era habitual, pero estábamos en otra historia y parecía que el tiempo no pasaba; y el martes me asusté al darme cuenta de que ya prácticamente no queda nada para el día de la carrera; también, reflexionando, me mi cuenta de que me había equivocado en mi planificación, de que quizás debía, como otros años, haber preparado el maratón, y olvidarme un poquito de mi media, alrededor de la cual había derrochado mucho optimismo.

Ante esta tesitura y dada la proximidad del evento no queda más que apretar los dientes todo lo que pueda, y recuperar la forma y la fortaleza mental, porque ilusión y ganas es lo que me sobra.

Y ya nos hemos puesto manos a la obra, sin más dilación; empezamos esta semana, la 1 (semana de recuperación)+2 (semanas de trabajo de fuerza y rodajes largos)+1 (semana de asimilación del trabajo y rodajes a ritmo de carrera)+1 (semana de descanso activo)=25 de abril (Mapoma).

martes, 23 de marzo de 2010

II MEDIA MARATÓN DE LEÓN

Ocho menos cuarto de la mañana. Ocho grados y un cielo gris cubriendo León. No llueve, no hace aire, no hace frío, todo hace presagiar que será un día ideal para correr, que puede ser un gran día.
Desayuno. Aseo. Últimos detalles, últimos preparativos.
Nueve de la mañana y sin prisas, nos dirigimos hacía el Hispánico, lugar de la salida, con tiempo más que suficiente para saludar a los amigos, con quienes entre charlas, fotos y risas distraemos el tiempo.
Y ese tiempo de espera toca a su fin, el momento de la verdad se acerca, metido entre cientos de atletas espero la señal de salida, el disparo, que no de gracia, y si de buena suerte; y a las diez y media, con casi precisión británica, empezamos a correr; con algarabía y mucha alegría transcurren los primeros metros; entre sonrisas y miradas cómplices, tomamos contacto con la carrera, se sueltan nervios, cogemos ritmo, y lo más importante, sensaciones; entre una riada humana subimos por la calle Corredera, con corredores que nerviosos cruzan de un lado a otro, algún que otro codazo, algún pisotón perdido; a mi lado Ángel, quién esta empeñado en ayudarme, aunque hoy presiento que no va a ser el día, se lo hago saber y le indico que se vaya con los compañeros que nos preceden a solo unos metros de distancia; en un principio se resiste, pero ya en la plaza de Guzmán comprende que lo mejor que puede hacer para ayudarme hoy es marcharse y dejarme solo, y con él, desgraciadamente, se va el sueño de esta carrera; ya en soledad empieza mi lucha por coger un ritmo cómodo que no me desgaste en exceso, atrás queda el hostal de San Marcos y con más espacios en el asfalto hace que el correr sea más fácil, que ya no haya que ir esquivando corredores.
Los kilómetros se suceden y el terreno se vuelve favorable, tampoco hasta ahora había sido un castigo, simplemente una ligera subida, suave y tendida; sobre el kilómetro seis, alargo la zancada y decido abandonar la compañía del globo de 1h45´, el leve descenso hace que la respiración agitada se calme y corra algo más cómodo, pero sigo sin buenas sensaciones y con el ritmo atragantado; aún así estoy disfrutando de mis calles, quiero disfrutar de ellas; me deleito mirando el moderno Musac, con su colorido, antesala del regreso al centro de la ciudad y preludio de la llegada al punto más emblemático, el paso junto a nuestra Catedral; ya en el repecho de la calle Ancha, giro por Sierra Pambley y ahí, frente a mí, se alza Ella, grande, inmensa, rindiéndose hoy ante los sufridos corredores; unos metros más y recibo el ánimo y el incansable apoyo de Ángeles, de An-gelillo y Esther, y del equipo muchachita; me alejo, continuo con el peregrinaje y con mi particular vía crucis, intentando mantener el ritmo; llegando al kilómetro once me da alcance la liebre de 1h45´, me aferro a él, pero después de un tira y afloja me entrego, definitivamente hoy no era el día.
Vuelvo, o mejor dicho, continúo con mi ritmo, luchando por no irme en el tiempo; llego a la candamia, zona de entrenamientos habituales; en la Lastra nos recibe un bullicioso grupo de jóvenes, quienes con sus cánticos nos dan el último empuje (gracias), haciendo que durante unos segundos aparte de mi cabeza la fatiga física que no mental; con el eco de sus “oes, oes” me voy a disfrutar de los últimos metros, con paso constante, quizás algo cansino, cogiendo aire, con dignidad; la multitud me acerca al último giro, a la entrada al estadio, a la recta de meta, al apoyo de todos los míos, y por qué no, a mi momento de gloria, a mi 1h45´31´´; sé que no era el final que mi cabeza quería pero es al final al que me han llevado mis piernas.
Pero aún no he terminado, sin apenas demora entrego el chip, recojo la bolsa del corredor, y mientras me hidrato me voy hacía la grada, donde me espera Ángeles y el resto de amigos, “¿y Sonia?”, “en la catedral iba bien; y tú ¿qué tal?”, “voy a buscarla; yo bien”.
Deshago el camino, al tiempo que ánimo a los corredores que me cruzo, con la vista siempre puesta en la siguiente esquina, esperando ver la silueta de mi hija, por fin la veo, enfila la calle Octavio Álvarez Carballo, mi corazón da un vuelco de alegría y satisfacción, la emoción la puede, “venga que la tienes”, y ya hasta el final, hasta su momento de gloria no dejo de animarla.
Después de la tempestad viene la calma y como es habitual en nuestras reuniones atléticas tuvimos tiempo de contarnos nuestra carrera, de compartir nuestras experiencias y nuestros próximos objetivos, pero todo eso ya lo hicimos compartiendo una agradable comida.
La II media maratón ya es historia, una bonita historia, y aunque ni de lejos he conseguido el objetivo que hace meses me había marcado, he disfrutado con sufrimiento de las calles de mi ciudad. Y ahora solo queda esperar a la 3ª edición, donde espero contar con vuestra presencia.

viernes, 19 de marzo de 2010

2000 CORAZONES

Ánimo y mucha suerte a esos dos mil corazones que correréis en mi tierra, León, en busca de un sueño, de una ilusión; en busca de una carrera perfecta, de una meta; en busca de su meta.

Gracias a esos otros miles de corazones que acompañaran y ayudaran a los dos mil corazones a perseguir su sueño.

Y gracias a todos por venir a correr y disfrutar de León.

Nos vemos todos a las 09:45 horas en la quedada de Tecolinha.

miércoles, 17 de marzo de 2010

LEÓN YA RUGE


Cuatro días tan solo para que la capital leonesa se llene del colorido del atletismo popular; cuatro días de una calma tensa, de nervios, de sueños; cuatro días para disfrutar de una bonita carrera y de una bonita ciudad.

domingo, 14 de marzo de 2010

VOLVAMOS A LA TIERRA

No pudo se el jueves, pero si el viernes, y con una tarde agradable, que invitaba a recorrer el mundo, me dispuse a dar cuenta de la tirada planificada, y con tranquilidad, mucha tranquilidad, disfrutando de cada zancada, de cada bocanada de aire que entraba en mis pulmones, me dirigí a la candamia, para después guiar mis pasos hacía los pinos, quería volver a tener a León a mis pies, volver a repensar en soledad; y con esa tranquilidad terminé un entrenamiento de 1h05m, en el que si no gane sensaciones tampoco las perdí.


Ya rematando la semana nos enfrentamos a la salida dominical, la larga, y con la única intención de fijar el objetivo de la cita de León (si es que no lo tenía ya establecido); a penas he recorrido un centenar de metros me encuentro con el amigo Carlos, que ya va de retirada, aunque decide acompañarme durante un rato, aunque al final ese rato se convirtió en casi cinco kilómetros, recorridos entre una animada charla; después incremento el ritmo, para rodar cómodamente entre 5 y 5´10´´, llego a Villanueva bien, aunque la vuelta se me hace un poco cuesta arriba, quizás debido al calor que hace o a que he salido con demasiada ropa; ya de regreso me encuentro con mi hermano, quién en proceso de recuperación va a ritmo suave, por lo que decido dar la vuelta y acompañarle en su dura vuelta a los caminos del asfalto, además según recordamos llevamos más de cinco meses sin salir juntos a correr y eso es mucho tiempo; y así entre unas cosas y otras mi crono al finalizar marcaba 1h56m; y lo que empezó siendo un entrenamiento para la media de León acabo siendo un buen entrenamiento para Mapoma.


Bonito es soñar pero se acerca el momento de volver a la realidad; los entrenamientos de esta semana han hecho que baje de las nubes y ponga los pies en la tierra, suavemente, sin caídas, era el momento; el lunes realicé un test, el último de cara a la media de mi tierra, y con esos resultados y siendo realista se me hace difícil bajar de 1h40m, el objetivo que me había fijado; ¿lo intentaré?, conociéndome se que si, pero solo por ese plus que da correr en casa, y como bien dicen en Adidas “Imposible is nothing”.

sábado, 13 de marzo de 2010

A MIGUEL

En este blog pueden tener cabida temas de lo más variados, pero sobre todos ellos siempre predominan el atletismo popular y la literatura, dos de mis pasiones; por lo que hoy quiero rendir desde aquí mi modesto homenaje a un grande entre los grandes Miguel Delibes.

Para ello os dejo un párrafo extraído de la obra “El camino”; podría haber elegido cualquier otro de entre los miles y miles que ha escrito, por qué éste, pues no lo sé.

“Muchas tardes, ante la inmovilidad y el silencio de la Naturaleza, perdían el sentido del tiempo y la noche se les echaba encima. La bóveda del firmamento iba poblándose de estrellas y Roque, el Moñigo, se sobrecogía bajo una especie de pánico astral. Era en estos casos, de noche y lejos del mundo, cuando a Roque, el Moñigo, se le ocurrían ideas inverosímiles, pensamientos que normalmente no le inquietaban:

Dijo una ves:

- Mochuelo, ¿es posible que si cae una estrella de ésas no llegue nunca al fondo?.

Daniel, el Mochuelo, miró a su amigo, sin comprenderle.

- No sé lo que me quieres decir –respondió.

El Moñigo luchaba con su deficiencia de expresión. Accionó repetidamente con las manos, y, al fin, dijo:

- Las estrellas están en el aire, ¿no es eso?.

- Eso.

- Y la tierra está en el aire también como otra estrella, ¿verdad? –añadió.

- Sí; al menos eso dice el maestro.

- Bueno, pues es lo que te digo. Si una estrella se cae y no choca con la Tierra ni con otra estrella, ¿no llega nunca al fondo?¿Es que ese aire que las rodea no se acaba nunca?.

Daniel, el Mochuelo, se quedó pensativo un instante. Empezaba a dominarle también a él un indefinible desasosiego cósmico. La voz surgió de su garganta indecisa y aguda como un lamento.

- Moñigo.

- ¿Qué?

- No me hagas esas preguntas; me mareo.

- ¿Te mareas o te asustas?

- Puede que las dos cosas –admitió.

Rió, entrecortadamente, el Moñigo.

- Voy a decirte una cosas –dijo luego.

- ¿Qué?

- También a mí me da miedo las estrellas y todas esas cosas que no se acaban nunca. Pero no digas a nadie, ¿oyes? Por nada del mundo querría que se enterase mi hermana Sara.

El Moñigo escogía siempre estos momentos de reposo solitario para sus confidencias. Las ingentes montañas, imbuíanb al Moñigo una irritante…”

miércoles, 10 de marzo de 2010

SIN PRESIÓN

El lunes tenía ganas, el paron del domingo había hecho que tuviese ansiedad por correr, no es el momento de parar, el día de la prueba se acerca y no podemos dejar los entrenamientos de lado.

Así que por la tarde, con un día soleado, aunque frío, me calcé las zapatillas y me dirigí al parque de la granja a exprimir mi cuerpo, desechando el asfalto, dispuesto a realizar el consabido ejercicio físico y también mental, ya que a ritmo exigente realicé veinticinco vueltas de cuatrocientos metros cada una (hacía tiempo que no lo hacía), y aunque las últimas vueltas me costaron trabajo acabé satisfecho; suaves estiramientos y al trote para casa, donde una reconfortable ducha me esperaba con los brazos abiertos.

Ayer, martes, me di una alegría, y sin forzar, a ritmo tranquilo sude durante sesenta y cinco minutos por la candamia, donde daba gusto correr por la gran afluencia de corredores que había; durante la meditación del rodaje intenté planificar la media de León y fijar el objetivo real, la hora de dejar los sueños se acerca.

Hoy, pensando en las dos tiradas largas que voy a hacer esta semana, la del jueves y la del domingo, las últimas, y para quitar el mono me dedique a caminar por los pinos (paraje de gran belleza) durante una y treinta y siete minutos; caminata grata, placentera y relajante, sin agobios de ritmos, quitándome presiones y contemplando desde lo alto la ciudad que en apenas diez días será ocupada por cientos y cientos de corredores.

domingo, 7 de marzo de 2010

SIN SALIDA DOMINICAL

Motivos laborales, no podía ser de otra manera, truncaron mi habitual salida dominical, lo que sin duda hará que la programación semanal sufra alguna variación, aunque ésta no será muy significativa, ya que tengo por norma no recuperar el entrenamiento perdido.
Cuando en la tarde de ayer recibí la llamada de mi jefe anunciándome la buena nueva no cerré la puerta a la quedada de L.A, y así se lo hice saber a Mauri, pero los acontecimientos durante la noche se precipitaron y la carrera contra el reloj en que nos veíamos inmersos daba sus frutos, lo que hacía que la jornada se alargase hasta casi el amanecer, y daba al traste con el entrenamiento matinal.
Por la mañana, cuando abrí los ojos y empecé a tomar conciencia, casi ya al mediodía, mis primeros recuerdos se iban para los amigos que habían o se estaban enfrentando al maratón de Barcelona, con la seguridad de que entre esos amigos había nuevos maratonianos; vaya por ellos mi enhorabuena.

viernes, 5 de marzo de 2010

OBJETIVO CONSEGUIDO

A los entrenamientos semanales les faltan las dos tiradas largas; para una de ellas, la de hoy, tenía concertada cita con mi compañero, con el que pretende bajar de 1h50´ en la media de León, para hacer una tirada por el carril bici de la ribera del Torio (de unos 15 kilómetros, aunque creo que le faltan unos 600 metros); con la vista puesta en bajar de la 1h15´, ya que en la otra ocasión en que lo habíamos realizado empleamos un tiempo de 1h17´, cinco minutos por debajo de su mejor marca.

A las 10:00 horas teníamos la cita, y a esa hora nos encontramos los dos dispuestos para el comienzo, y sin más demora y no teniendo que esperar a nadie más empezamos a rodar; mi labor como liebre es que al menos baje de la 1h15´ para que recuerde esas sensaciones el día de la carrera, así que salgo con ritmo exigente desde el principio, siempre mirando por el rabillo del ojo a mi compañero para que no sufra en exceso en estos primeros kilómetros; los metros van cayendo y él se encuentra bien, aguanta perfectamente mi estela; controlo el crono y veo que vamos por debajo de cinco minutos el kilómetro, lo que nos llevaría a culminar el entrenamiento con éxito; llegamos al Villanueva del Árbol, en 35´20´´, mejor de lo pensado.

De regreso (sobre nuestros pasos) y durante los primeros metros cogemos aire, para así enfrentar la vuelta con más garantías; poco a poco volvemos a los ritmos anteriores, mi compañero sigue aguantando como un campeón y a estas alturas sé que conseguirá cumplir el objetivo de hoy; seguimos prácticamente al mismo ritmo, con la respiración agitada, apenas hemos intercambiado cuatro frases, último kilómetro, últimos metros, apretamos los dientes, 34´39, mucho mejor de lo pensado.

Con un tiempo total de 01:09:59, a un ritmo medio de 04´55´´, mi compañero miraba el crono una y otra vez, no sé lo creía; así que casi estoy seguro que si no se vuelve loco bajará de 01h50´, e incluso podría estar por debajo del 45´, pero esto de momento no se lo voy a decir, e incluso no llegaré ni a comentárselo.

jueves, 4 de marzo de 2010

VUELTA DE TUERCA

Otra vuelta de tuerca más, todas las piezas ya casi engrasadas, el día grande esta ya a la vuelta de la esquina, y eso hace que los entrenamientos se intensifiquen la máximo para saber lo que podremos esperar de nuestro cuerpo el día de la carrera, no es cuestión de estar en las nubes ni de soñar por soñar, hay que ser objetivos y tener los pies en la tierra.

Como es habitual en estas últimas semanas, los primeros días los dedico más a los entrenamientos de fuerza y más esfuerzo, sin desmerecer el resto en que hago las tiradas largas; y visto así, el lunes me dedique a trabajar la fuerza sobre todo del tren inferior, sin olvidarme del todo del superior; el martes, dejé paso a las series, pero en cuestas, 10x90 (es lo que media la cuesta, y me sobraba), más por supuesto el calentamiento y su descanlentamiento, sin olvidarme de estirar (cosas de la teoría); ayer miércoles, después de trotar unos diez minutos me inclino por un recorrido de tres kilómetros, ida y vuelta, y por llevar un ritmo exigente, así la ida la hago a una media de 5´13´´ y la vuelta a 4´46´´, acabando como podréis suponer con muy buenas sensaciones y con ganas de la tirada larga de mañana, hoy me he dado un poco de tregua y he dado un pequeño descanso a las zapatillas.

Echas la vista atrás y ves semanas duras donde nada funciona, donde estas hecho una piltrafa, y otras sin embargo, sin saber por qué, todo cambia, todo te sale bien, los entrenamientos van rodados; estamos hechos de contrastes.

Antes de rematar la entrada me gustaría desear toda la suerte del mundo a los que el domingo vais a correr en Barcelona, sobre todo a los que por primera vez se van a enfrentar a la distancia de Filípides, y recordaros que aunque en la distancia estaremos con vosotros, ánimo que podéis.

martes, 2 de marzo de 2010

CALENTAR Y DESCALENTAR

Siempre he sido anárquico en mis entrenamientos, los hacía más por sensaciones que por programaciones, siempre que podía huía de ellas, y podía casi siempre; pero eso cambio hace dos semanas, desde entonces programo las salidas y el entrenamiento que voy a realizar (siempre semanalmente); a qué ha venido ese cambio, pues quizás haya sido por predicar con el ejemplo, quizás por no decir “tú haz lo que yo te diga y no lo que yo haga”, o quizás, quién sabe, por qué en algún momento tenía que hacerlo.
Hoy, mientras realizaba el entrenamiento programado, series en cuestas, sí, habéis leído bien, mis queridas series y encima en cuestas, me venía a la memoria una pregunta hecha por el compañero que va hacer por primera vez una media y bajar de 1h50´, “¿habrá que calentar antes de la carrera?”; pues claro que hay que calentar antes de la carrera, y eso aunque tengamos veintiún kilómetro por delante para hacerlo, y noventa y cinco metros, no me olvido de ellos.
Siempre hay que calentar, y no se trata de ponerse al sol, y estirar, tenemos que adaptar el cuerpo al esfuerzo que le vamos a exigir; también y quizás más importante que el calentamiento previo, está el enfriamiento o “descalentamiento”, como queramos llamarlo; muchos de los corredores acabamos un entrenamiento casi esprintando, y creo que es un grave error, el entrenamiento acabo hace cinco minutos, el tiempo de forzar ya pasó, ahora toca ir recuperando poco a poco, que el flujo sanguíneo vaya hacía las zonas que lo necesitan, el corazón y los pulmones.
Otro grave error que comenten muchos corredores, y sobre todo en maratones (afortunadamente los menos), es llegar a la meta y tirarse al suelo como un perro, no hombre camina suavemente, no lleves la vista al suelo, ya sabemos que estas cansado, pero sigue caminando y así evitarás mareos y algún disgusto.La teoría nos la sabemos todos así que pongámosla en práctica.