miércoles, 29 de octubre de 2014

V Maratón Internacional Ciudad de Castellón: 6ª semana


Del 20 al 26 de octubre

A mitad del camino, en el que una fina línea, apenas imperceptible, separa la intensidad que marca cada entrenamiento. Donde los estados de ánimo y las sensaciones ya tienen importancia.
Una intensidad que poco a poco ha ido en aumento; unos estados de ánimo que con todos los vaivenes del día está en calma; y unas sensaciones que buscan el siguiente entrenamiento. Todo se va adaptando bien.

En esta semana, con 56,320 km, ha sido muy similar a las anteriores. Unos kilómetros que mi cuerpo está asimilando bien.
El martes, día 21, una salida de 13050 metros, en el que ya voy fijando ritmos.
El miércoles, me vuelvo a encontrar con mis queridas series, que dejaron en mis piernas 12168 metros, y buenas sensaciones.
El viernes, día 24, tengo que hacer la tirada larga, todo ello debido a que el domingo tengo una carrerilla. Rodaje de 21030 metros que dio para mucho.
Y el domingo, la carrera de los 10 km de San Andrés, en la que corrí tranquilo acompañando mis pasos.

Por delante tres semanas exigentes, que darán la medida de hasta dónde pueda llegar mi cuerpo.

domingo, 26 de octubre de 2014

10 Km San Andrés: Mi historia, sus fotos



Me han dejado soñar una hora más. Acaban de cambiar la hora, pero mis costumbres no varían, sigo fiel a mis carreras. El sol brilla; el verano se resiste a dejarnos; sumo o resto esa hora que aún no sé muy bien si va o viene. Mañana será otro día.
Retiro mi dorsal, saludo, caliento y disfruto de lo que me rodea con mis amigos. Espero la salida con tranquilidad, con la ventaja de tener claro el planteamiento, y con la suerte de poder acompañar mis pasos.

En mitad del grupo, más para atrás que para delante, sin tensión, agoto el tiempo. Sin saber muy bien la carrera se pone en marcha. No he oído el disparo, ni el tres, dos, uno, da igual; Ya corremos. Junto mis pasos y dejo de pensar. Correr. Escuchar. Hablar. Respirar. Sentir el asfalto y la tierra bajo mis pies. Del asfalto de San Andrés pasamos al de Trobajo; después vino ese camino paralelo a la vía del tren, a esa vía que cada vez nos trae menos trenes; luego a pisar ese camino de hojas muertas, sombreado de chopos. Sigo corriendo ese camino que me lleva a Villabalter, a ese subir lento y sostenido. Sigo compartiendo mis zancadas. Miro, y escucho respiraciones agitadas por el subir ese camino empedrado y surcado por recuerdos de regueros de agua. Recupero sus sensaciones. Queda poco. Alargo sus zancadas. Queda lo fácil. Avivo su ritmo. No queda nada. Ángeles y su cámara. Una sonrisa. Lucía y sus ánimos. Un arco. Una meta. Una alegría. Todo es fácil.

Y como siempre, y para terminar os dejo con las fotos de Ángeles. Si alguien quiere la foto en tamaño original, y sin marca de agua, que me envíe un correo electrónico, indicándome número de foto y número de dorsal.

miércoles, 22 de octubre de 2014

V Maratón Internacional Ciudad de Castellón: 5ª semana


Del 13 al 19 de octubre

En el largo camino hacia el maratón es inevitable encontrarse con diferentes estados de ánimo; con momentos de tristeza, de preocupación, de desilusión, de desolación, y como no, también de alegría y esperanza, que influirán queramos o no en el desarrollo de nuestros entrenamientos, y en las sensaciones que estos nos dejen. Pero al mismo tiempo nos ayudaran a ser más fuertes mentalmente. Será importante escuchar en nuestro interior para extraer lo positivo que será lo que nos va a ayudar el día de la carrera.

La quinta semana acaba con 56,520 km., repartidos en las cuatro salidas habituales.
El martes, día 14, rodaje de 12540 metros, en el que busco un poco de exigencia y sensaciones.
El miércoles, trabajo un poco las series; completando entre unas cosas y otras 13570 metros.
El viernes, día 16, buscaba un rodaje tranquilo, pero la compañía de María Jesús y los amigos del Recreo no lo permitió. Salida de 10750 metros, más rápida de lo que pedía mi cuerpo.
Y el domingo, otra carrera, en esta ocasión por la montaña, la II Carrera de Montaña Oriental Leonesa San Glorio, de 19660 metros de subes y bajas.

Hasta ahora el cuerpo se va acomodando a la intensidad de los entrenamientos, mientras la mente busca adaptarse a las circunstancias que el día a día le pone por delante.

domingo, 19 de octubre de 2014

II Carrera de Montaña Oriental Leonesa San Glorio: Mi historia y fotos

El pueblo de Llánaves de la Reina es pequeño, y todas sus orillas y sus recovecos se empiezan a llenar de coches. Poco a poco los corredores van llegando y los saludos se hacen inevitables. Me reúno con mis compañeros del Nunca correrás solo y tras recoger el dorsal, tomamos un café antes de empezar la preparación de la carrera.
El bonito entorno invita más a la contemplación que a salir corriendo por él. El tiempo pasa y la hora de situarse en la salida llega. Deseos de buena suerte y a la parte trasera. Pero ¿qué hago yo aquí? me pregunto, mientras mi compañero Oscar me dice que va a ir conmigo. No insisto mucho y acepto su invitación. Sigo ensimismado en mis pensamientos, recordando la última vez que me enfrente a las montañas. Recuerdos de una amiga que hoy no está a mi lado y que seguro está pensando en sus compañeros del Nunca correrás solo. Ella y yo tenemos una deuda pendiente con la montaña, y quizás hoy empecemos a saldarla. Sigo pensando que este no es mi lugar, cuando todo se pone en marcha.
Trote suave en los escasos metros que nos separan del primer repecho, sin tiempo para entrar en carrera y ya estamos subiendo. Troto entre el grupo, siguiendo a Oscar, y a todos los que tienen más prisas que yo, hasta que el trotar se vuelve en andar. Las piernas se resienten y se quejan, mientras esperan terreno más favorable. Subo con la mirada puesta en las montañas que nos rodean, en los verdes de sus praderas y bosques. Del andar, volvemos al trotar, a pisar barro y a saltar regueros. Terreno de sube y baja que permite respirar sin ahogos. Que permite contemplar el paisaje. El grupo ya disgregado, muy pronto la carrera pone a cada uno en su sitio. Los kilómetros, aunque más lento que de costumbre, van cayendo. La prueba no está resultando con desniveles insalvables, lo que hace que este disfrutando de ella. Más bajada y más subida. Saltos de vallas. Trote y más trote. Respiración controlada. Casi sin darnos cuenta (bueno es una forma de hablar, porque si que nos dimos cuenta) llegamos al primer avituallamiento, kilómetros 8 y pico. Agua y melón, y a seguir. El camino ahora cuesta abajo. Charla animada y correr cómodo. Gritos eh, los de arriba, sonidos de claxon, que por ahí no es. Miramos hacia abajo y vemos las señas de que nos hemos pasado de largo. Retrocedemos hasta que podemos emprender camino ladera abajo y retomar el camino. Cien metros de despiste. Bajamos la ladera y vuelta a subir. Subir de trotar y andar por un camino que tiende hacia arriba, pero que no exige demasiado esfuerzo. Los recuerdos de vez en cuando me vuelven a llevar a otra carrera, a mi compañera que hoy hubiese querido estar aquí, al destino. Seguimos subiendo la montaña. Oscar marca mi ritmo y yo me limito a seguir. A correr si corre, a trotar si trota y a andar si anda. Kilómetros de un paseo por Picos de Europa. Voy bien. Demasiado bien, mucho mejor de lo que yo me había imaginado. Esto no es lo mío. Sube y sube. Kilómetro casi 16, segundo avituallamiento. Más subida, el penúltimo esfuerzo, senda zigzagueante, estrecha, cuarenta o cincuenta metros, no mucho más, y bajada, también en zigzag, peligrosa, para mí. Me olvido del entorno y miro al suelo para asegurar mis pasos, sesenta o setenta metros. Más camino, otra subida, la última, nos indica Sara, Cundi y Tomás, ruidosos y animosos, como siempre, vamos campeones, tres kilómetros a meta, todo de bajada. Y no mintieron, en camino pedregoso bajamos y bajamos, llenando los pulmones, mirando ese paisaje al que estamos acabando de hacer una circunferencia. Carretera y ese puente de madera, donde al otro lado espera Ángeles con su cámara, seguro que ahora más tranquila.

Esos últimos metros que Oscar y yo corremos. Ese último recuerdo para mi compañera, para mi amiga, para esa meta que aún tenemos pendiente y que afrontaremos cuando el destino quiera, porque siempre es bueno confiar en el destino, y nosotros lo hacemos. Y cruzo mi meta, la de esta carrera, en 2h30´.
Y sigo pensando Pero ¿qué hago yo aquí?.

Y para terminar os dejo con las fotos de Ángeles.
Si alguien quiere la foto en tamaño original, y sin marca de agua, que me envíe un correo electrónico, indicándome número de foto y número de dorsal.

miércoles, 15 de octubre de 2014

V Maratón Internacional Ciudad de Castellón: 4ª semana



Del 06 al 12 de octubre

Termino el primer mes de entrenamientos con la misma ilusión con que empecé este viaje. Sigo con paciencia mis entrenamientos, sabiendo que con el tiempo darán sus resultados.
La mente se va acostumbrando, y aceptando los esfuerzos, al mismo tiempo que se carga de pensamientos positivos, e invita al disfrute.
Con el día a día surgen exigencias inesperadas que al valorarlas en su justa medida se da con la solución acertada, o al menos eso me creo yo.
La cuarta semana, la última del primer mes, dejó en mis piernas 54,470 km.
El martes, día 07, me regalo una tirada con cuestas, para completar 12690 metros. Sin exigencias; solo correr.
El jueves, otra vez las necesidades me obligan a hacer la tirada larga; 17770 metros donde el ritmo de maratón empieza a adquirir protagonismo.
El viernes, día 10, fue el elegido para realizar cambios de ritmo. Que dio entre unas cosas y otras para 12320 metros.
Y el domingo, los 10 kilómetros Ciudad de León; los compartidos con la mayoría de mis amigos del correr.
Poco a poco, lentamente, despacio, los objetivos marcados se van convirtiendo en realidad.