martes, 25 de mayo de 2010

PENSANDO EN AQUILIANOS

De la duda a la certeza. Del frío al calor. Abandonado ya por ese molesto virus. Todo parece que vuelve a la normalidad, o al menos en apariencia eso parece.
Atrás queda una semana en la que he podido entrenar con cierta tranquilidad e intensidad, y con la mente pensando solo en el siguiente reto, en los Aquilianos; un reto nuevo para mí, si es cierto que he participado en pruebas de 100 kilómetros y en carreras de montaña, pero los Aquilianos creo que es diferente, de menor distancia, 61 o 66 km. según donde se mire, pero con una zona especialmente dura y complicada, aunque realmente creo que estoy preparado para ella, o al menos esas son las sensaciones que me dejan estos siete días.

Ahora ocupémonos del resumen semanal, el lunes empezamos los entrenamientos con ganas, con las ganas de no defraudar a quién será mi acompañante y con las ganas del reto nuevo, así que empiezo corriendo durante una hora por el paraje de los pinos, quién a la postre sería testigo de los entrenamientos de toda la semana.
El martes cambio de zapatillas y cambio de velocidad, pasamos de correr y nos ponemos a caminar durante dos horas y veinte minutos; el entorno y la compañía, mi ángel de la guarda, no son para despreciar, una verdadera gozada.
El miércoles, en compañía de Amador, volvemos a cambiar el ritmo y durante 1h07´ trotamos; tiempo en que él me relata la experiencia en esta prueba, ya que la andó-corrió en una ocasión, consejos que sin duda serán de mucha ayuda; consejos que unidos a los de Mauri y a los de mi hermano hacen que afronte la prueba con otros miedos.
El jueves descansamos, dando un pequeño y merecido descanso al cuerpo.
El viernes nueva caminata, y en compañía de Ángeles damos cuenta durante 2h25´ de todas las cuestas que se ponen por delante.
Ya metidos en el fin de semana, donde los días parecen más largos o se tiene más tiempo, quién sabe, recordando a mi compañero de fatigas que pretendía ir a la sierra madrileña a subir y bajar cuestecillas; ya metidos en el sábado, y de nuevo al lado de Ángeles, nos vamos a caminar, esta vez por espacio de 2h10´.
El domingo, solo con el buen tiempo, solo con el buen paisaje, solo con mis pensamientos, corro durante 1h33´.
Y esto ha sido lo que ha dado de sí la semana; semana en la que como tenía previsto he intercalado el correr y el caminar; semana que me deja buenas sensaciones y en la que he disfrutado de la explosión primaveral y de su intenso colorido.

sábado, 22 de mayo de 2010

PARA PENSAR

“El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada, y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado”.

Cita de Marco Tulio Ciceron, año 55 a. C.

miércoles, 19 de mayo de 2010

DUDAS

DUDA

El río Guadalquivir
se quejaba una mañana:
me tengo que decidir
entre Cazorla y Doñana
y no sé como elegir.
De Rafael Alberti

Dudas, duda el Guadalquivir, duda Alberti, y dudamos todos; la vida, quizás sea eso: duda.
- Qué, hacemos los Aquilianos o la de los 100 de Colmenar.
- Me da igual, tú eliges, pero vamos para acabar.
- Joder, no me metas presión.
- ¿Yo?, tú solo te presionas.
- Bueno este año hacemos los Aquilianos y el próximo la de 100.
- Vale.
- Y en los Aquilianos, hacemos la corta o la larga.
- La burra grande ande o no ande.
- Bueno, hacemos la larga.

- En otoño habrá que hacer un maratón.
- Yo tengo dos opciones Málaga o Castellón.
- Yo había pensado en Ciudad Real.
- Cualquiera valdría.
- Lo pensamos.

Y así andamos, siempre sumidos en nuestras dudas; siempre tomando una opción y posponiendo la otra.

lunes, 17 de mayo de 2010

PRÓXIMA PARADA: LOS AQUILIANOS

La lluvia y el no querer mojarme. El virus, ese amigo inesperado que se resiste o se niega a abandonarme. El frío. El trabajo. El Aleti con sus penas y sus alegrías, pero siempre para bien o para mal mi Aleti. Más lluvia. Más virus. Más frío. Más trabajo. Más Aleti. Todo mezclado y bien entremezclado ha hecho que durante esta semana no haya habido entrenamientos, muy a mi pesar, ya que el próximo objetivo: La travesía de los Aquilianos, requiere de ellos y mucho.

Ya inmerso en el fin de semana me dispuse a hacer lo exigido a mi buen amigo Ángel (quién será mi compañero en los Aquilianos), andar. “Caminar no es correr” y en este tipo de pruebas se anda más que se corre; así que el sábado envuelto por una mañana soleada, me fui a hacer la travesía de los pinos (el primo pequeño de los Aquilianos), dispuesto a andar sus subidas y sus bajadas, buscando la placentera soledad de mis pensamientos; y así, durante dos horas y cuarenta minutos, subí y baje un sinfín de repechos, y pensé y repensé un sinfín de pensamientos.

El domingo tenía pensado hacer lo mismo, pero a medida que me preparaba y se acercaba el momento de la salida, se forjaba en mi interior la idea de trotar y caminar, por lo que inicio el entrenamiento corriendo; me vuelvo a “los pinos” al trote, a subir y bajar sus cuestas, a simular en mi interior que atravieso los Aquilianos (iluso de mí); y sin pretenderlo para nada, en una hora y treinta y cuatro minutos, troté lo andado ayer.

Antes de terminar el día, y promovido por Alfonso y Bego, tuve tiempo y sobre todo ganas de ir a recibir a Amelia y a Ángel de la Mata, dos verdaderos campeones, que venían de disputar de Toulouse el campeonato del mundo de 24 horas en pista, aunque todo eso dejaremos que lo cuenten ellos.



miércoles, 12 de mayo de 2010

VETE A FREIR ESPARRAGOS (II VUELTA A LA CASA DE CAMPO)


Con la resaca “emocional” del sábado, con un proceso gripal a cuestas, y con las ganas del reencuentro con mis amigos me dirijo hacía la Casa de Campo.
Aunque llego a la cita puntual, ellos ya están allí, me recriminan mi tardanza, “el metro que no funciona” (de quién será esta disculpa). El encuentro siempre bonito con mis, ya viejos, amigos Ángel y Abe. Después de una pequeña toma de contacto se nos une Risco, y ya todos juntos a por el dorsal y a matar el tiempo previo a la carrera lo mejor que se pueda; y casi con el tiempo justo nos disponemos a calentar un poquito, que según esta el día no viene nada mal, todos menos Ángel que tiene un pequeño desgarro muscular en su pierna derecha o es la izquierda, bueno en una de ellas.
Situados entre el resto de corredores, menos de los que la organización preveía, quizás debido a la climatología, esperamos el momento del comienzo de la carrera; inicio que se dió sin darnos cuenta, o me estoy quedando sordo (que puede ser) o no hubo pistoletazo (será para no espantar a los patos; esto se mueve, pues es que ya empezó.
Risco, Abe y yo iniciamos la marcha y una vez atravesada la línea nos deseamos suerte, aunque quizás ya nos la hubiésemos deseado durante ese lento caminar en pos del arco; Abe pronto se rezaga y yo casi lo debería hacer, pero tampoco doy mucho por mi vida y continuo a mi ritmo, con Risco a mi lado (o yo al de él), pero sé que no será por mucho tiempo, esta no es mi guerra y desgraciadamente un pequeño visitante a dejado mi cuerpo con lo justo; pero aún así no pienso en ello, estoy corriendo (me gusta), estoy con mis amigos (me gusta), pues entonces disfruta de las cuestas de la Casa de Campo y ya está.
Después del primer kilómetro Risco se va, era lo normal, y ya con mi ritmo cogido me dispongo a disfrutar, de momento conozco el entorno, algunas horas he perdido y al menos dos mapomas he preparado por aquí, después del kilómetro tres (más o menos) abandonamos el asfalto, y también mis referencias pasadas, pisamos caminos de tierra, hoy convertidos en caminos de barro; un barro que hace que tengamos que ir en ocasiones en fila india, aunque sin encontronazos entre corredores, al menos en mi altura de carrera; cruzamos la vía del tren y en ese giro veo a Abe, a escasos doscientos metros detrás, por un momento pienso en esperar, pero también pienso que quizás me alcance, no voy excesivamente fuerte, y en las subidas con mi respiración forzada pierdo tiempo, por lo que decido seguir, siempre esperando de reojo que una camiseta naranja se coloque a mi lado; los kilómetros se suceden en un sube y baja constante, no excesivamente duro pero si exigente, en un bonito paraje, todo muy parecido a mis queridos pinos (como si corriese en casa); llegados al kilómetro siete una fina lluvia que pronto se convierte en torrencial se une a la carrera, aunque por suerte solo aguanta mi ritmo durante un kilómetro; sigo con mi cadencia y con alguna dificultad para tragar saliva, pero bueno vamos bien, ya de nuevo rodando por parajes conocidos, la salida a Somosaguas, la salida a Prado del Rey, donde nos ofrecen un avituallamiento quizás tardío, pero es lo que hay, me acerco a la zona de Campamento, “¿veré los patos que tanto gustaban a mi sobrino?”, no los vi, aunque seguro que estaban, me acerco al Zoo, donde me desvían por la parte trasera, “nunca había ido por aquí”, pronto un repechito, “la dura es la siguiente” comentan a la orilla una pareja de ancianos, y lo era, duro muy duro y hasta altura de carreras más, pero también se que después de aquí el terreno ya es favorable; y en esas andamos, cuando ya cerca de lago recuerdo lo vivido hacía quince días, la piel de gallina y “hoy me quedo aquí”, giro a la izquierda y veo a Ángel y a Ángeles, mi ángel de la guarda; paso la meta, otra misión más cumplida, el crono 1h33´44´´; a escaso minuto y medio llega mi amigo Abe (sabía que no podía ir muy lejos) y con él vuelve la lluvia, “a ver si es la que no pudo seguir mi ritmo y se acoplo al de él”; nos juntamos, cogemos la camiseta y nos reunimos con nuestro apoyo logístico y moral; nos cambiamos, nos resguardamos de la lluvia y nos dimos cuentas de unas cervecitas, que para eso es para lo que habíamos quedado hoy.
Decir que pasamos un buen rato, decir que reímos, decir que hablamos de locas carreras y que lo que es peor, que alguna haremos, y decir que el rocé hace el cariño esta de más, así que con mucho pesar nos tuvimos que despedir, y despedida entre risas porque Ángel nos muestra lo que estuvo haciendo mientras nosotros corríamos, “Ángel para que sacas esto”, ”quizás le hayan echado de casa”, o “quizás le manden a freír espárragos”.

viernes, 7 de mayo de 2010

VOLVEMOS A LAS ANDADAS

Quince días después del gran día de Mapoma volvemos a las andadas, a lo que tanto nos gusta, a nuestras queridas carreras.
El domingo, buscando la complicidad de dos amigos del “Nunca Correrás Solo”, patearé de nuevo por Madrid, por su casa de campo, de vuelta al infierno de Mapoma como lo llama Risco; pero antes de todo esto, el sábado disfrutaré de una princesita.
Hasta aquí he ido recuperando poco a poco el cuerpo y también como no, las ganas de correr; esas ganas que siempre después de una gran cita nos abandonan o se alejan de nosotros.
Esta semana no ha sido muy significativa en cuanto a entrenamientos, la prioridad era otra, recuperar y recuperar.
El lunes lo dediqué a suaves ejercicios de fuerza y estiramientos, que nunca vienen mal y ayudan a quitar el mono.
El martes, con un día gélido y la compañía de un fuerte viento me dispuse a recorrer 10 kilómetros, con ritmos suaves, empleando para ello un tiempo de 53´19´´.
El jueves nos fuimos a las cuestas de los pinos, con ritmos también tranquilitos y con el recuerdo en mi retina de las fotos del Mapoma de Tecolinha; y durante 55´43´´ disfruté de esas cuestas y de esos recuerdos.
Las sensaciones han sido relativamente buenas, sin molestias físicas; estos rodajes me han venido bien para recuperar tanto el tono físico como el aspecto mental.

lunes, 3 de mayo de 2010

RECUPERANDO

Atrás queda Mapoma, pero solo en el tiempo, ya que en los recuerdos sigue muy vivo; por delante nuevos proyectos se van perfilando, algunos llegarán a buen puerto, otros, los muchos quedarán en dique seco.
Para que alguno de esos proyectos llegue a buen puerto hay que volver a salir a correr; tampoco he tenido prisa para hacerlo, no tengo una norma fija, pero en esta ocasión he recuperado durante toda la semana, para salir a rodar el sábado y el domingo.
Durante la semana fui recuperando el tono muscular caminando, notando día a día como las molestias iban desapareciendo, para ya el sábado salir a correr, con una mañana agradable, durante treinta y tres minutos.
El domingo no iba a hacer una tirada mucho más larga, no por falta de ganas o tiempo, simplemente porque sí, así que durante cuarenta minutos pateé por la Candamia, sin otra misión que ir recuperando sensaciones.
Antes hablaba de proyectos, para empezar el domingo, aprovechando que pasaré el fin de semana por la capital de España, correré con mis amigos Abe y Ángel la “II edición Vuelta a la Casa de Campo”; y además de correr hablaremos de alguna carrera que tenemos que cerrar, para poder seguir haciendo planes; veremos quién lía a quién.

domingo, 2 de mayo de 2010

RE-VERSOS: EDUARDO CASTAÑO RODRÍGUEZ

MADRE…

Madre, arriba la ilusión,
Que aunque estén sonando penas,
Pronto llegarán escenas
Donde cambian la canción.

Tú, madre, por quien yo quiero,
Tú, mujer, que me instruiste
Y enseñaste a no ser triste,
Eres santa que venero
Con un amor que es cimero.
En pelear por los de una
Y en subirles la moral
Siempre fuiste principal,
Ya desde la tierna cuna
Me bajabas tú la luna.

Madre, arriba la ilusión,
Que aunque estén sonando penas,
Pronto llegarán escenas
Donde cambia la canción.

Nosotros, al lado de Ella,
Vamos a pasar lo duro
Teniendo fe en el futuro;
Nosotros, junto a Ella,
No vamos a dejar muro:
Formaremos una estrella
En mejores escenarios
Y seremos tres canarios
Donde nada les perturbe
Su feliz canto, rama, urbe…