jueves, 29 de diciembre de 2016

MARATÓN BARCELONA 2016: 1ª SEMANA



Del 19 al 25 de diciembre
Empezamos la Navidad y también el viaje a Barcelona. El sol hace días que no lo vemos, la niebla lo tapa todo y ha cubierto todas nuestras salidas. Niebla que irá desapareciendo a medida que los entrenamientos se vayan sucediendo, para terminar, seguro, en un día radiante.
Una primera semana que sin duda marcará las pautas que, en un principio, me guiará en estos tres meses. Desde los primeros pasos busco el equilibrio entre los días de entrenamiento y los días de descanso.
La rutina, de entrada, es la seguida en los anteriores maratones, ni quiero ni tengo motivos para cambiarlos, continuando con mis cuatro salidas semanales, completando esta con algo más de 45 kilómetros. Haciendo especial hincapié en el trabajo de fuerza, con salidas buscando las cuestas, y en la tirada larga.
También, al igual que en los últimos maratones, cuento con la compañía de mis amigos del Nunca. Empieza el trabajo físico y mental,
“La palabra mágica es empezar, una vez lo haces lo difícil es parar” de Margarita Marotta.

lunes, 26 de diciembre de 2016

VUELTA A EMPEZAR



Todo tiene un principio. Toda historia tiene un comienzo. Siempre, se dice, que la historia se repite. Y este es el caso, de un comienzo, y de una historia que se repite. La ilusión y las ganas han vuelto a ser parte de mí. Los primeros pasos de otro viaje ya están dados.
En esta ocasión nada hay que impida, al menos de momento, que los entrenamientos sean llevados casi al pie de la letra. “¿Cuadriculado?”, lo seré, no digo que no, pero sobre todo seré yo mismo. Siendo yo mismo en cada entrenamiento, vigilando el resultado diario pero sin obsesionarme; el resultado final es el que importa. Las derrotas diarias ayudarán a ganar la batalla final.
Ahora lo importante es ser firmes en los entrenamientos y en creer en lo que se hace. Barcelona me espera.

martes, 13 de diciembre de 2016

REPOSO AL FIN



Tras el maratón de Bilbao llegó el descanso, y con él el final de un largo año de carreras. Un descanso deseado por cuerpo y mente, y muy necesario. El cuerpo es el más sabio, y nunca engaña. Si tiene sed pide agua, si tiene frio quiere calor, si está cansado pide descanso, siempre sabe lo que necesita.
Todo este tiempo dedicado a caminar, pasear, trotar, correr suave, pisar las hojas que el otoño bajó de los árboles. Pensar, programar nuevos retos. Tiempo de charlas y cafés. Tiempo de descanso. ¿Demasiado? ¡Ay!.
Pero ya es hora de empezar con el primer reto pensado. Si, es la hora de ir volviendo a la rutina.

sábado, 19 de noviembre de 2016

RE-VERSOS: JOSÉ ÁNGEL BUESA

Brindis

He aquí dos rosas frescas, mojadas de rocío:
una blanca, otra roja, como tu amor y el mío.
Y he aquí que, lentamente, las dos rosas deshojo:
la roja, en vino blanco; la blanca, en vino rojo.

Al beber, gota a gota, los pétalos flotantes
me rozarán los labios, como labios de amante;
y, en su llama o su nieve de idéntico destino,
serán como fantasmas de besos en el vino.

Ahora, elige tú, amiga, cuál ha de ser tu vaso:
si éste, que es como un alba, o aquél, como un ocaso.
No me preguntes nada: yo sé bien que es mejor

embriagarse de vino que embriagarse de amor...
Y así mientras tú bebes, sonriéndome —así,
yo, sin que tú lo sepas, me embriagaré de ti...

de José Ángel Buesa

martes, 8 de noviembre de 2016

MARATON DE BILBAO: ENTRE DOS LUCES


El sol se va debilitando. Bilbao se apaga. Junto al Guggenheim, con Miguel Ángel y su amigo Nico, que van a hacer la media. Listos para la foto, con nuestra bandera, sonrientes. Ilusiones y sentimientos compartidos. Contrastes de claros y oscuros, de luces. Despedidas y buenos deseos. La hora se acerca. Contemplo los rostros de los corredores que me rodean, hablo con mis compañeros. Tranquilo, sin miedos, sin preocupaciones. Llegó el momento, el ahora en el que todo es posible. Nos movemos. Camino junto a Miguel, junto a Nico, mientras mi mente empieza a aislarse. Explosión de fuegos artificiales, de luz y sonido, del ¡ya!. Corro, mis pasos se separan de mis amigos. ¡Suerte!. Busco mi ritmo, y no dejarme irme de los que me rodean, casi nadie es de mi guerra. Me lo repito una y otra vez. Miro la noche, la respiro. Cruzo por primera vez la ría, una ría que será durante mucho tiempo mi compañera. Me alejo del centro, intento memorizar el recorrido, las pequeñas subidas, las pequeñas bajadas, para en la segunda vuelta aprovechar todo ello. Primer avituallamiento, primer tapón, primeros tragos. Hace calor, hay humedad, se corre bien. El barrio de San Ignacio nos da la vuelta, nos lleva otra vez al centro. A cruzar la ría. A Ángeles, a la que llamo porque no me veía. Y sigo, voy bien, miro el crono, en mi interior crece la esperanza. 10 kilómetros. El guggenheim. El grupo se reduce, se corre mejor. La esperanza se va transformando en ilusiones. El ayuntamiento, un poco de casco viejo, y a kilómetros de ría, de ida y vuelta. Kilómetros al fin y al cabo. La ilusión crece. El correr me lleva fácil. Busco en mi interior los sentimientos que me den fuerza. Corredores que vienen, y corredores que van. Ángeles por aquí y por allí. Ando perdido con las vueltas, casi ni mi encuentro. Solo una referencia: los puntos kilométricos. Volvemos al guggenheim. Kilómetro 21. Los más para la izquierda y los menos para la derecha. ¡Vamos valientes! Nos gritan. ¡Uf! ahora solos. Miro el crono, miro al cielo, “y si mi regalo tiene premio”. Los valientes de uno en uno. En fila, uno aquí y otro allí. Vamos a por la segunda vuelta, la de la soledad. Memorizada me voy adelantando a lo que viene.
La cabeza por delante de mis piernas, persiguiendo mis sueños. Otra vez el puente que me aleja del centro, que me lleva a San Ignacio, que otra vez me da la vuelta. Se puede oir el silencio. Oigo el silencio. Un silencio, solo roto por tímidos aplausos y tímidas palabras de aliento. De uno en uno. Kilómetro 30. Me tomo un respiro, el cansancio se ha unido a la fiesta. Busco en mi interior. "No pierdas lo que has ganado hasta ahora" me digo. Cuántas veces he dicho esto mismo a mis amigos. Hoy me lo digo yo. Ángeles. El Guggenheim. El Ayuntamiento. La fatiga. Y la ría. "Solo tengo que ir y volver". Solo. "Vamos". Pienso en mis amigos.
Pero ya no voy. Busco apoyo en la distancia, y la fuerza de esos pensamientos ya no me llevan, solo me mantienen en carrera. Los gritos de ánimo atraviesan la oscuridad, aunque no son suficientes para mover mis piernas, que ya se arrastran sobre el asfalto. Con el gesto contrariado por lo que pudo ser, por lo que se me ha escapado, miro las luces de las farolas reflejadas en el agua. el flash de Ángeles ya no me deslumbra, apagado, como yo. Más adelante Miguel y Nico. Les sonrío, en un esfuerzo casi sobrehumano. Doy la vuelta y vuelvo sobre mis pasos.
Y allí siguen, primero Miguel y su amigo, después Ángeles, y más sufrimiento. Tres kilómetros de luchar por acabar. Me traigo a los que tantos entrenamientos compartieron, a los que tanto tiempo me dedicaron. A Pedro, Cristina, José María, Alicia, Óscar, María Jesús. A mis amigos del "Nunca". Les hablo. Me hablo y no me escucho. Tres kilómetros de silencio y tristeza. De arrastrarme. De no querer pensar más. Kilómetro 42. Ya lo veo.
Los ojos se me empañan “hoy me has hecho sufrir”. Giro y busco la meta. Respiro. Miro al cielo. Doy gracias. “No pudo ser”.
Recupero en soledad. Me doy tiempo. Vuelvo a sonreír. Y otro más. Con esto me quedo y eso me traigo de Bilbao.
Gracias a los que me ayudasteis en la preparación, a los que acompañasteis en la distancia durante la carrera. Gracias a todos.

sábado, 29 de octubre de 2016

RE-VERSOS: MANUEL MARÍA FLORES

Visión

He visto, de la noche
entre la niebla oscura
bajar como del cielo,
radiante de hermosura,
la sombra de una virgen
llegando junto a mí.
Eran sus ojos negros,
blanca su vestidura,
su cabellera de ángel...
tú eras... te conocí.

Y te miré tan bella
que delirante, ciego,
por detener tu paso,
espléndida visión,
ante tus plantas puse
mi corazón de fuego,
y “—Tómale”,— te dije;
y le tomaste... Y, luego,
despierto... ¡Y te has llevado,
mujer, mi corazón!

De Manuel María Flores

jueves, 20 de octubre de 2016

MARATÓN DE BILBAO: 12ª SEMANA

Del 17 al 20 de octubre
A falta de dos días para el gran día, ya está el cesto hecho, aunque no todo el pescado vendido. La semana va transcurriendo plácidamente y cumpliendo con todos los rituales.
Los tres entrenamientos. Llevados placidamente, con el fin de no restar y quitar miedos. El miedo a la soledad de la segunda vuelta, el miedo a ese latigazo que de vez en cuando recibe mis muslo derecho; pero al mismo me digo que “solo son eso, miedos”, que “sé que la carrera que tengo en la cabeza la tengo en las piernas”. Entrenamientos en que lo importante era sumar y ganar en sensaciones.
La visita  a “Axis clínica de fisioterapia”, donde Omar, mi físio, deja mis piernas preparadas para la batalla y donde hablamos, como no, de correr.
No me olvido del descanso, siempre importante, pero en estos días más.
Y que decir de la hidratación y la alimentación, ¡uf! hay que ir cargando los depósitos.
Y de la preparación de la ropa, donde empiezo a sentir en el estómago los primeros cosquilleos.
Cuatro días, con mis rituales y mis manías, con mucho tiempo pasado mirando al vacío, ensimismado, repasando la carrera, corriéndola una y otra vez; pensando ritmos; soñando, ahora que se permiten los sueños; y como mi amigo Ángel hacía, visionando la meta; 03h50m. Todo listo.

Si, todo. Yo, ella (la luna) y vosotros (las estrellas). ¡¡¡Vamos a por ellos!!!.

“Cuanto más oscura la noche, más brillantes las estrellas” de Osho

martes, 18 de octubre de 2016

Maratón de Bilbao: 11ª Semana

Del 10 al 16 de octubre
La semana ha transcurrido tranquila. Rodeado de amigos. Correr y pensar. Correr y reflexionar en busca de conclusione; en busca de garantías, seguirdades y realidades.

Zancadas y pasos en busca del ritmo, de las sensaciones, de mis dudas.
Cuatro entrenamientos con la mente puesta en mi cuerpo. Chequeando en busca de molestias, de mis miedos.
Siete días sumido en un silencio interior, repitiéndome que “todo va ir bien”, que “sé la carrera que quiero”.

Sigo mirando a mi compañera: la luna, y con humildad le digo que creo en mí, y le pido que ella haga lo mismo.

“La esperanza es el sueño del hombre despierto” de Aristóteles

domingo, 16 de octubre de 2016

XVIII Media Maratón de La Bañeza: Un poco de historia y fotos


Amanezco a un día gris, pero eso no hace que no esté dispuesto a disfrutar. Todo a  mi favor. Como no podía ser de otro modo, empiezo a pasarlo bien con los antes, con esas risas que ya aparecen desde el principio, con ese café, y los saludos. Con la complicidad de todo un Equipo.
Tras el arco, de ese no, del otro. En la parte de atrás. Junto a mis compañeros María Jesús, Pedro, y José María al que ayudaremos a cumplir con un objetivo: 01h58m. Y después de la cuenta atrás nos vamos a por ello.
Controlando el ritmo desde el principio, sin dejarnos ir por los que nos preceden, ni por el ánimo de las calles de La Bañeza. Dejamos las calles, formando un quinteto, ya que a nosotros se ha unido Rafa. Y juntos vamos sentando la base de la carrera. Casi sin darnos cuenta llegamos al kilómetro 5, y de ahí a salvar la pequeña cuesta. Después ya es hora de ir acompasando el ritmo. Por el momento todo bien. Las caras también lo dicen. Hablo, hablamos, para que nuestro compañero piense poco y corra mucho. Kilómetro 10, giro a la derecha y a seguir por las calles de Miñambres, este año vacías de aplausos. Avituallamiento. “Vamos”. Todo bien. Seguimos no dejando pensar. Afianzamos el ritmo, y lo mantenemos dentro del objetivo. Fácil pasan los kilómetros. Redelga, también con calles huérfanas de aplausos. “Vamos, vamos”. La fatiga empieza a aparecer, pero el ánimo y su determinación hacen lo suyo para no perder de vista nuestro objetivo. Otra vez en Ribas. Ahora todo más fácil, los kilómetros se suceden. El esfuerzo llevado al límite, pero está mereciendo la pena. Hablamos y hablamos, tanto María Jesús como Pedro, como yo. Rafa se nos ha ido por delante, de vez en cuando mira para atrás. Nosotros le seguimos. Vamos a por el último esfuerzo. Cruzamos la vía muerta del tres y nos adentramos en La Bañeza. Todo al alcance de la mano, todo a favor. “Vamos, vamos”, no sé las veces que lo he dicho hoy. No nos relajamos. Solo un giro. Solo. A la izquierda.
Ante nosotros, muy cerquita la meta.Los ánimos de los nuestros dan el último empujón para cruzar una línea, su meta: 01h58m. Objetivo logrado, sobre todo a su esfuerzo. Enhorabuena José María.
Y después a seguir disfrutando del día, con la compañía de mis amigos del Nunca correrás solo.

Para terminar esta historia, os dejo con el enlace de las fotos de Ángeles: PINCHAR AQUÍ.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Maratón de Bilbao: 10ª Semana

Del 03 al 10 de octubre
Me busco en la noche. Solo. En su oscuridad observo la luna que en unos días se convertirá en mi compañera. La miro, cierro los ojos, y pienso: "Se acabó el trabajo duro. A partir de aquí el camino resultará más sencillo".
Con el espíritu liberado, siento que ha llegado el momento de reflexionar con objetividad. De Pensar en la carrera, en como afrontarla. Es hora de analizar cada una de las semanas, cada uno de los días, cada uno de los entrenamientos. Ver el estado físico y el anímico. De tranquilizar ímpetus. De escuchar. Y de dudar.
Dudar, que aunque parezca un contrasentido es bueno, porque “cuando estoy mal no tengo dudas, pero cuando creo estar bien estas me asaltan”.
En esta décima semana, en la que no he tenido carrera, he cumplido con todos los plazos, con todos los entrenamientos y todas las distancias previstas. Semana que acaba con 64´180 kilómetros.

Seguiré meditando con mi compañera: La luna.

“Si hay un contrincante al que debes vencer en una carrera de larga distancia, ése no es otro que el tú de ayer” de Haruki Murakami

lunes, 10 de octubre de 2016

III Peñacorada Trail “Memorial José Martínez Conejo”: Mi historia


Corría el día 18 de septiembre, del año en curso, cuando corrí por la montaña de Peñacorada, ha pasado un tiempo, corto, pero ha pasado, pero aun así mi historia ha ido tomando forma, y hoy es el día de compartirla. No por nada especial, sino porque la he terminado.

A la espera. Fuera de mi mundo. Pienso una carrera plácida, sin sobresaltos. A cola del pelotón. A la de tres, y mis pasos arrancan a correr. Ya no dependo de mi, durante unas horas estaré en manos de mi entorno, del destino, de la montaña. Las zapatillas golpean el poco asfalto, esos escasos metros que nos llevan al embudo que atranca a los corredores. Uno a uno, caminando apretados hasta salvar la corta y empinada cuesta, que nos deja en la ancha pista, en el pinar. Ancha, y fácil de correr, cuesta abajo; ancha, y difícil de correr, cuesta arriba. Adaptándome a las circunstancias, al sufrimiento, al esfuerzo, a los pasos de mi compañera. A la carrera. La ermita de San Guillermo, nos aleja de la civilización, y por la estrecha pasarela de hierro, que rompe el entorno de la naturaleza, empezamos a sendear entre la arboleda verde. Subir entre los pinos, sujetando piernas, suspirando y empezando a sudar. A medida que subimos se va abriendo el cielo, se va abriendo el paisaje, la inmensa montaña. El camino se hace hierba; se convierte en agradable. Corremos hasta ese primer avituallamiento, el que nos da el primer descanso. Breve. Muy breve y vuelta al trote. La pisoteada hierba se acaba, y se torna poco a poco en dura roca; en subida. Nos aferramos a las piedras, hasta la cima. Contemplación desde lo alto. Belleza a izquierda. Belleza a derecha. Belleza arriba y abajo.
Foto cortesía Abel Fernández Salegui
Y sin tiempo para deleitarnos en el paisaje, apremió a mi compañera. “Vamos”. A regañadientes, “Jolines, no me dejas ni mirar”, continuamos. Aunque, antes de iniciar el cresteo, una última mirada. Más hierba. Una hierba que nos cubre casi hasta la rodilla, que nos recibe en bajada, acolcha nuestros pasos, y nos da un respiro. Rápidos, hasta llegar a la segunda complicación. Más rocosa que la primera, o eso me parece a mí. Más montaña. Más trepar y subir. Más agarrarse. Poco a poco, a pasos cortos, hasta arriba. Hasta otra impresionante belleza, donde el mundo parece no tener fin. Otra vez con poco tiempo para la contemplación. Inspiro, me lleno de aire, antes de iniciar el descenso. Con pasos temerosos. Demasiado. Con miedo a un resbalón, a una caída. Miedo. “Vamos”. Temor. Caminamos más que trotamos. Tensión. Andamos con pasos separados. “Cuidado ahora en la bajada” señalan los voluntarios. La senda me lleva a la cuerda. A sujetarme a ella para sentirme seguro. Bajo. Espero. Los pasos ya son los mismos. Carlos que se une a nosotros hasta el penúltimo avituallamiento, donde nos sorprende la llegada de José María. Penúltimo respiro antes te continuar. Los tres, ahora enfilados, sorteando los pinos. Trotando cómodos hasta que el letrero nos señala el “Pico Los Rejos”; hasta que alteran todos los biorritmos. Ahora es cuestión de amor propio. Los tres más enfilados ascendemos el sendero hasta el último avituallamiento. No hay descanso. José María ya a su paso, pero sin pausa. “Vas bien” le digo. Y con rabia subo hasta lo alto, guiando los pasos a mi compañera. No hay respiro. Ya todo bajada. Más trotar y más andar por entre rocas y piedras, por entre los pinos. Senda abajo. Dos kilómetros para que todo acabe. Para demostrar lo que no haría falta. “Tira tú que no llegas”, me dice. Pienso, me cuesta tomar la decisión, pero el esfuerzo no hubiese tenido sentido. “Vale, pero sigue trabajando”. Y me dejo ir como si no hubiese mañana. Esquivando piedras y saltando troncos. Asfalto. El arco. La meta. 4h56m. Yo llegué. Yo tenía razón. Ellos llegaron un poquito después.

martes, 4 de octubre de 2016

Maratón de Bilbao: 9ª Semana



Del 26 de septiembre al 02 de octubre
El tiempo se va deshaciendo. Se va como ese puñado de arena se escapa entre los dedos de mi mano.
La semana ha trascurrido, como casi siempre, entre desordenes obligados, si bien cumpliendo con todas las citas establecidas. Y todo por romper con la monotonía de esa soledad llamada del corredor de fondo.
Así que aunque no era partidario de empezar con un rodaje de cuestas, era absurdo renunciar a la buena compañía, y empecé lo que marco el resto de la semana.
Cansado de ese primer entrenamiento, fui trampeando y cambiando órdenes y conciertos, para acabar el domingo en la montaña, en la VIII Carrera Los Calderones, habiendo pasado antes por otro rodaje bien llevado y por unas series bien trabajadas.
Total que acabé una semana como la empecé, cansado, pero ilusionado, y que ha dejado en mis piernas 65´260 kilómetros.

“Estar preparado es importante, saber esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida” de Arthur Schnitzler

jueves, 29 de septiembre de 2016

Maratón de Bilbao: 7 y 8ª Semana



Del 12 al 25 de septiembre
La realidad va tomando forma y se va pareciendo a lo pensado. Durante estas dos semanas la perspectiva ha cambiado. Los entrenamientos, con más o menos cambios, y con permiso de las carreras van saliendo, lo que ha hecho que la distancia recorrida se aproxime a lo planificado. Así que siendo positivos, dos semanas menos.
El kilometraje de estos quince días ha sido casi el mismo, ya que la séptima semana me deja con 64´840 kilómetros y la octava con 64,290. Distancias muy parecidas a la preparación de otros maratones.
El pesimismo por el “no llego” ha quedado en anécdota, dando paso a un tiempo de sonrisas.
Dos semanas en las que he huido de temores y he empezado a acariciar esperanzas.

“El temor y la esperanza nacen juntos y juntos mueren” de Pietro Metastasio.

domingo, 25 de septiembre de 2016

VII CARRERA DE RELEVOS: FOTOS



Hoy se disputó la VII Carrera de Relevos “De Castillo a Castillo”. Prueba estrella de la Copa Diputación Carreras Populares de León. La carrera de tres relevos, discurría entre las localidades de Alija del Infantado y Palacios de la Valduerna.
La primera etapa, de 9 kilómetros, se disputó entre el castillo de Alija del Infantado y el castillo de Quintana del Marco.
La segunda etapa, de 6 kilómetros, tuvo lugar entre el castillo de Quintana del Marco y el castillo de Villanueva de Jamuz.
Y la tercera etapa, de 17 kilómetros, se corrió entre el castillo de Villanueva de Jamuz y el castillo de Palacios de la Valduerna.
Buen día para disfrutar de MI EQUIPO, el NUNCA CORRERÁS SOLO, de una carrera que es la suma de esfuerzos. Donde el compromiso y solidaridad entre los diferentes miembros de los equipos es lo importante. Me encanta esta carrera.
Os dejo con el enlace de las fotos, de las diferentes etapas.