Hoy me encontré con Anselmo, recordáis, mi vecino, el que como consecuencia de una trombosis tenía paralizado el lado derecho de su cuerpo.
Anselmo estaba paseando por el parque, lucía un buen sol y se estaba agradable, bueno lo de paseando es un decir, iba en compañía de su hija Clara, quien empujaba la silla de ruedas en la que de momento se encuentra postrado mi vecino.
Anselmo aún no puede caminar, depende para todo de las personas que le quieren, pero se le ve feliz; sabe que la vida le ha dado una segunda oportunidad y sé que la va a aprovechar, se le nota en sus gestos, en su mirada, en todo.
Entre todas las cosas que hoy me ha contado, hay una que demuestra su ilusión y las ganas que tiene de vivir, “algún día correré contigo”, Clara me mira y sonríe, también es feliz.
Nota: Anselmo es el seudónimo de miles de personas anónimas.
Anselmo estaba paseando por el parque, lucía un buen sol y se estaba agradable, bueno lo de paseando es un decir, iba en compañía de su hija Clara, quien empujaba la silla de ruedas en la que de momento se encuentra postrado mi vecino.
Anselmo aún no puede caminar, depende para todo de las personas que le quieren, pero se le ve feliz; sabe que la vida le ha dado una segunda oportunidad y sé que la va a aprovechar, se le nota en sus gestos, en su mirada, en todo.
Entre todas las cosas que hoy me ha contado, hay una que demuestra su ilusión y las ganas que tiene de vivir, “algún día correré contigo”, Clara me mira y sonríe, también es feliz.
Nota: Anselmo es el seudónimo de miles de personas anónimas.
Haz deporte, camina, pasea.....
2 comentarios:
la verdad aprobechemos hoy por que mañana quien sabe
Me gusta la historia-metáfora de Anselmo, sobre todo después de comprobar los malos resultados de los análisis rutinarios de dos de mis amigas; tenemos 24 años (casi 25) y empiezo a ser consciente de que hay cosas que pasan factura. Nadie dice que hay que correr una maratón, pero... es necesario incluir el deporte en nuestra rutina habitual.
Un beso!
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