Sena de Luna
me reencuentra con mis amigos del Nunca correrás solo, con los buenos momentos,
con las risas de la pre carrera y con las risas de la post carrera; con todo lo
bueno que me deja el correr.
No queda
mucho para que empiece la carrera, y todavía no he hecho nada para calentar;
los saludos a los amigos, las breves charlas, se han llevado el tiempo. Un
breve trote de ida y otro breve trote de vuelta han valido, por lo menos, para
despertar al cuerpo y hacerle ver a lo que ha venido.
Tras la
línea de salida, en la parte trasera del grupo, espero el momento. Desde el cinco
hasta el ya. ¡Vamos al lío!. Con tranquilidad y con la única consigna de
disfrutar sin sufrir lo más mínimo doy los primeros pasos de realidad. El
entorno merece la pena para correrlo. Caminos y sendas de sube y baja, de
piedras y tierra, de sol y sombra. Con la montaña altiva en la distancia y el
río modesto, el Luna, casi a nuestros pies. Con la dura subida por la
interminable calle de Rabanal de Luna. Ir y venir, sin presión; sin la presión de las prisas.
Siguiendo pasos de amigos, compartiendo mis pasos con ellos; cruzando mi meta
recordando la meta de Comillas.
Buena
mañana, llena de grandes momentos. ¡Gracias chic@s!
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