Llegamos a Torre del Bierzo con el tiempo suficiente para no sentir el agobio de las prisas; con tiempo para recoger el dorsal, para dar un paseo, para tomar un café, para charlar con los amigos que poco a poco iban apareciendo (L.A., Toño, Gargar, Santa Biología, Mauri), para prepararnos para la carrera, para calentar, para estirar y para impacientarnos por salir a correr.
Y después de todo este tiempo, a las 19:00 horas (más o menos) estábamos situados en la línea de salida, dispuestos a afrontar 11 kilómetros de tierra y asfalto, de subidas y bajadas, y a disfrutar de un paisaje verde teñido por el negro del carbón; preparados, expectantes, esperamos el toque de silbato que nos hace salir en busca de la montaña; empezamos corriendo por las calles del pueblo, donde recogemos los aplausos de sus gentes y quizás el agradecimiento por participar de su fiesta; pronto dejamos el abrigo de Torre, y con ello el asfalto, para iniciar una subida tendida, larga y prolongada, que discurre por caminos de tierra ennegrecida por ese carbón que durante años, quizás siglos, han arrancado del interior de sus montes, y que nos lleva a Santa Marina de Torre, donde recorremos sus calles recibiendo el aliento de sus habitantes, y donde la alegría de abandonarlo con una bajada se hace patente en nuestros rostros; aprovecho ese respiro para hidratarme y apaciguar mi respiración; lo peor según el perfil de carrera ha pasado.
Ahora el terreno se alía con los corredores, llaneamos y bajamos, sobre todo bajamos, alguna subida corta que apenas se hace sentir en el ritmo, el matorral ha dejado paso a un monte de castaños que nos protege del sol insaciable, y casi sin darnos cuenta Santa Cruz de Montes nos acoge en sus brazos, y donde los aplausos de sus gentes hace que nuestras piernas no sientan la dureza de sus rampas, a partir de aquí una bajada vertiginosa me acerca a grandes zancadas a la ansiada meta, a Torre del Bierzo, después de 58´56´´.
Y aquí termina ésta historia, la de una carrera con un bonito paisaje, con una buena y modesta organización, y la de un pueblo que agradece el esfuerzo de los corredores populares.
Y después de todo este tiempo, a las 19:00 horas (más o menos) estábamos situados en la línea de salida, dispuestos a afrontar 11 kilómetros de tierra y asfalto, de subidas y bajadas, y a disfrutar de un paisaje verde teñido por el negro del carbón; preparados, expectantes, esperamos el toque de silbato que nos hace salir en busca de la montaña; empezamos corriendo por las calles del pueblo, donde recogemos los aplausos de sus gentes y quizás el agradecimiento por participar de su fiesta; pronto dejamos el abrigo de Torre, y con ello el asfalto, para iniciar una subida tendida, larga y prolongada, que discurre por caminos de tierra ennegrecida por ese carbón que durante años, quizás siglos, han arrancado del interior de sus montes, y que nos lleva a Santa Marina de Torre, donde recorremos sus calles recibiendo el aliento de sus habitantes, y donde la alegría de abandonarlo con una bajada se hace patente en nuestros rostros; aprovecho ese respiro para hidratarme y apaciguar mi respiración; lo peor según el perfil de carrera ha pasado.
Ahora el terreno se alía con los corredores, llaneamos y bajamos, sobre todo bajamos, alguna subida corta que apenas se hace sentir en el ritmo, el matorral ha dejado paso a un monte de castaños que nos protege del sol insaciable, y casi sin darnos cuenta Santa Cruz de Montes nos acoge en sus brazos, y donde los aplausos de sus gentes hace que nuestras piernas no sientan la dureza de sus rampas, a partir de aquí una bajada vertiginosa me acerca a grandes zancadas a la ansiada meta, a Torre del Bierzo, después de 58´56´´.
Y aquí termina ésta historia, la de una carrera con un bonito paisaje, con una buena y modesta organización, y la de un pueblo que agradece el esfuerzo de los corredores populares.
11 comentarios:
Joder, Saturnino, qué bien escribes y qué buena narración de la carrera; felicidades y adelante; un abrazo.
Pues por lo que te leo Satur la carrera de p..... madre no?.
Deduzco que la has sabido llevar bien, y por las sensaciones (por lo menos las que escribes), con sentido del control de la misma.
Pues nada a seguir así no?-
Un abrazo
sin duda SATUR, éstas son las carreras que mas merecen la pena, y que con apenas apoyos se hacen un estupendo trato de la gente apasionada al running...luego el registro de cada uno, ya no importa...
Un abrazo
Buenas amigo ya he terminado de ponerme al día en cuanto a lectura de tus entradas se refiere, no paras ni en verano je je je, yo llevo parado por contra todo el año ji ji ji.
Cosas:
lo de Doney mea culpa, ya sabes "que corro más con la boca...".
Un plan para Castellón me parece bien, ya nos contarás más en detalle, yo no sé si lo llevaré o será parte de "un gran plan".
De los versos eso de "león dorando garras entre amapolas"
De la última carrera en Torre, ¿buen tiempo para estas alturas, no?
Un saludo.
Pues parece que estuvo bien, sí. Me alegro que tuvieras buena acogida. Además, qué bonito ir de un pueblo a otro.
Un saludo y nos vemos pronto, creo que en Santa María.
Tecolinha.
Felicidades! Bonita carrera!
hola Satur, siempre sabes dar un toque especial a las cosas.
buen cros, lo pasaste bien y con los compañeros mas.
me alegro por ti.
un saludo.
Joan.
Me han dicho que la vuelta por las bodegas de después de la carrera fué lo mejor del día, así que ya hay escusa para volver..jeje.
Muy buena organización y un recorrido por una zona preciosa contra un perfil durísimo!! == Merece la pena
Un saludo
Por lo leído, una carrera disfrutando con los amigos, y con unos paisajes espectaculares.
Felicidades, Satur
Muy buena carrera Satur, enhorabuena. El Bierzo me encanta, a otra gente no tanto por el tema del negro y el carbón, pero siempre me atrajo mucho eso de las minas, etc. Recuerdo haber entrado en una recién abandonada, con todo tirado por ahí, y me llevé de recuerdo un casco con su luz y todo,...bien sentimental,..uno se imaginaba quien lo habría tenido puesto y hasta donde habría bajado de profundidad en esas oscuras galerías.
Muchos saludos desde Panama
FER
Que bonita y dura carrera...
Nos vamos leyendo, que ya tristemente, vuelvo de vacaciones...
un fuerte abrazo
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