Se hace tarde, bueno, ya se hizo tarde hace mucho; el sueño lleva un rato llamando a mi puerta; cierro “El mercenario de Granada” de Juan Eslava Galán, libro que estoy leyendo en la actualidad; las últimas frases se revuelven en mi cabeza:
- Padre, esto que me dices me provoca más dudas que certezas- confesó el Deán.
-Dudar es bueno, hijo mío. Piensa y entiende.
Y me siguen acompañando mientras espero placidamente la llegada de Morfeo.
Y vuelven a mí durante la mañana, cuando aún no se han ido los vahos del sueño, “dudar es bueno”, “piensa” y “entiende”; será posible que pueda ser bueno, anda qué si fuera bueno dudar.
Todo esto no podía acabar más que de una manera; pantalón corto, camiseta, zapatillas y a trotar; pronto llegan mis divagaciones; cavilaciones de interior que posiblemente no lleven a ninguna parte, o simplemente sirvan para alejar los malos pensamientos o hacer más amenos esos largos rodajes en solitario.
Ya desde las primeras zancadas dejo que mi cabeza se aleje, que vaya por libre, abstraída en mis pensamientos; “dudar es bueno”, “piensa” y “entiende”.
Bien mirado siempre estamos dudando, desde que empezamos el día; ¿qué ropa me pongo?; ¿tenía qué?, o mejor lo dejo; ¿lloverá?, ¿llevo el paraguas?, ¿y si no llueve? todo el día pendiente de él; ¿qué comemos mañana?, esto no que lo comimos el otro día, comemos aquello; ¿qué zapatillas compro?, estas son malas, ya las tuve y no me fueron bien, ¿estas irán mejor?, y si son como las otras, éstas otras están de oferta, aunque a mí aquéllas siempre me han ido bien; ¿voy a correr allí?, no está mal esa carrera, pero mira ésta otra no tiene mala pinta, y ¿ésta?, tampoco está mal ¿eh?, y si vamos allí que ya estuvimos; ¿qué ropa llevo?, la de tirantes o la de manga larga, y si llevo la de tirantes y después paso frío, y si llevo la de manga larga y paso calor, y si pongo ésta y preparo unos guantes por si acaso; vamos o venimos; traemos o llevamos; dudamos, dudamos, dudamos, siempre nos asalta una duda, ¿será posible?.
Termino el rodaje; termina mi divagación; estoy sudoroso ¿me ducho o no me ducho?, en esto no tengo ninguna duda, ni tengo que pensar, me tengo que duchar, y si hubiese alguna duda ésta sería la decisión más acertada.
“Dudar es bueno”, “piensa” y “entiende”.
Pues sí, dudar es bueno, es la conclusión a la que he llegado, nos obliga a tomar decisiones, a pensar, a mantener nuestra mente activa; nos equivocaremos muchas veces no cabe duda, pero de los errores también se aprende y muchas veces más que de los aciertos; así que no tengamos miedo a dudar.
- Padre, esto que me dices me provoca más dudas que certezas- confesó el Deán.
-Dudar es bueno, hijo mío. Piensa y entiende.
Y me siguen acompañando mientras espero placidamente la llegada de Morfeo.
Y vuelven a mí durante la mañana, cuando aún no se han ido los vahos del sueño, “dudar es bueno”, “piensa” y “entiende”; será posible que pueda ser bueno, anda qué si fuera bueno dudar.
Todo esto no podía acabar más que de una manera; pantalón corto, camiseta, zapatillas y a trotar; pronto llegan mis divagaciones; cavilaciones de interior que posiblemente no lleven a ninguna parte, o simplemente sirvan para alejar los malos pensamientos o hacer más amenos esos largos rodajes en solitario.
Ya desde las primeras zancadas dejo que mi cabeza se aleje, que vaya por libre, abstraída en mis pensamientos; “dudar es bueno”, “piensa” y “entiende”.
Bien mirado siempre estamos dudando, desde que empezamos el día; ¿qué ropa me pongo?; ¿tenía qué?, o mejor lo dejo; ¿lloverá?, ¿llevo el paraguas?, ¿y si no llueve? todo el día pendiente de él; ¿qué comemos mañana?, esto no que lo comimos el otro día, comemos aquello; ¿qué zapatillas compro?, estas son malas, ya las tuve y no me fueron bien, ¿estas irán mejor?, y si son como las otras, éstas otras están de oferta, aunque a mí aquéllas siempre me han ido bien; ¿voy a correr allí?, no está mal esa carrera, pero mira ésta otra no tiene mala pinta, y ¿ésta?, tampoco está mal ¿eh?, y si vamos allí que ya estuvimos; ¿qué ropa llevo?, la de tirantes o la de manga larga, y si llevo la de tirantes y después paso frío, y si llevo la de manga larga y paso calor, y si pongo ésta y preparo unos guantes por si acaso; vamos o venimos; traemos o llevamos; dudamos, dudamos, dudamos, siempre nos asalta una duda, ¿será posible?.
Termino el rodaje; termina mi divagación; estoy sudoroso ¿me ducho o no me ducho?, en esto no tengo ninguna duda, ni tengo que pensar, me tengo que duchar, y si hubiese alguna duda ésta sería la decisión más acertada.
“Dudar es bueno”, “piensa” y “entiende”.
Pues sí, dudar es bueno, es la conclusión a la que he llegado, nos obliga a tomar decisiones, a pensar, a mantener nuestra mente activa; nos equivocaremos muchas veces no cabe duda, pero de los errores también se aprende y muchas veces más que de los aciertos; así que no tengamos miedo a dudar.
6 comentarios:
NO SE QUE DECIRTE O SI, LO IMPORTANTE ES PENSAR , UN ABRAZO AMIGO
Saturnino,si ya dudaba hamlet!!" ser o no ser",como no va ser bueno,y mas en nuestro mundillo que siempre nos invaden las dudas.
Un saludo,espera, o un abrazo?,duda zanjada !! un abrazo Satur.
A veces es bueno lanzarse al pozo sin pensar y otras no, yo creo que dudar es bueno pero solo en ocasiones.
Hola Satur..pues no he dudado ni por un segundo contestar a tu post....me parece muy bueno, estamos todo el día dudando y cada día aprendemos de nuestras decisiones....¿o no?
Un saludo
Quique
Yo no digo que bueno no sea, pero muchas veces también es una putada.
Un abrazo
Qué buena reflexión Saturnino.
Aristóteles dijo que la duda es el principio de toda sabiduría. Y no le faltaba razón... Creo...
(Lo siento, se que es un mal chiste, jejeje...)
Abrazos. ;-)
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