Hola de nuevo, y para los que aún no me conozcáis me presentaré, yo soy la mochila azul; “su” mochila, la de las carreras.
Acaba de rescatarme de mi altillo, pero esta vez no voy sola, otras compañeras también viajan, por lo que empiezo a intuir que la empresa será importante; llegamos a su habitación, ¡uf! vaya lío; la cama llena de los efectos más dispares que nos podamos imaginar, confirma mis presagios, vamos a algo grande.
Coge una hoja de papel, en ella una enorme lista, subrayada por todas partes, en el encabezamiento “el arca de los 100”; la repasa una y otra vez, y la vuelve a repasar, “se me olvida algo” oigo que exclama, “bueno lo necesario me imagino que esté”; lo veo sereno, lo que me tranquiliza a mi también.
- ¿Dónde vamos?, le pregunté como siempre.
- A los 100 kilómetros en 24 horas.
- Allí ya estuvimos, le recuerdo.
- Sí, responde, mientras mira su lista.
Le dejo que termine de prepararlo todo, que tenemos que emprender viaje.
En unas horas se reunirá con Ángel y Abe, los amigos con los que afrontará este reto, para ultimar los últimos detalles, y por supuesto degustar una buena comida, son las desventajas que tiene esto del correr.
Bueno ya os dejo, a la vuelta os digo algo.
Acaba de rescatarme de mi altillo, pero esta vez no voy sola, otras compañeras también viajan, por lo que empiezo a intuir que la empresa será importante; llegamos a su habitación, ¡uf! vaya lío; la cama llena de los efectos más dispares que nos podamos imaginar, confirma mis presagios, vamos a algo grande.
Coge una hoja de papel, en ella una enorme lista, subrayada por todas partes, en el encabezamiento “el arca de los 100”; la repasa una y otra vez, y la vuelve a repasar, “se me olvida algo” oigo que exclama, “bueno lo necesario me imagino que esté”; lo veo sereno, lo que me tranquiliza a mi también.
- ¿Dónde vamos?, le pregunté como siempre.
- A los 100 kilómetros en 24 horas.
- Allí ya estuvimos, le recuerdo.
- Sí, responde, mientras mira su lista.
Le dejo que termine de prepararlo todo, que tenemos que emprender viaje.
En unas horas se reunirá con Ángel y Abe, los amigos con los que afrontará este reto, para ultimar los últimos detalles, y por supuesto degustar una buena comida, son las desventajas que tiene esto del correr.
Bueno ya os dejo, a la vuelta os digo algo.
6 comentarios:
Hola Satur, yo que tu le pondría ruedas a esa mochila...madre mia, 100 km con el arca a cuestas...
Un saludo y suerte, pasarlo muy bien.
Quique
Buena suerte Saturnino , y cuida esa mochila que es única. un abraazo amigo
Ánimo y a por ellos...
Un abrazo
Animo campeón! no olvides poner en la mochila la fuerza de voluntad, el espíritu de sacrificio y un montón de alegría...
Animo campeón! no olvides poner en la mochila la fuerza de voluntad, el espíritu de sacrificio y un montón de alegría...
Muchas gracias a todos por esos ánimos.
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