Los vociferantes nocturnos han vuelto a romper mi sueño, a lo largo de la noche ya lo han hecho varias veces, aunque no han conseguido interrumpir mi descanso; sus gritos llegan a mí, me doy la vuelta en la cama, la ventana deja pasar una claridad incipiente, miro el reloj, las 06:25, “otra vez que no sonará el despertador” pienso, “nunca lo hace en la mañana de un maratón” vuelvo a pensar; me desperezo entre las cálidas sábanas, respiro hondo, se acerca la hora, mi ángel se levanta y ve que ya estoy despierto “¿qué tal has dormido?”, “bien” respondo; me levanto, me aseo y bajamos a desayunar; no somos los primeros, ni los últimos, todos atletas, todos corredores, quiénes sino unos locos van a levantarse a estas horas un domingo; desayunamos, nos deseamos suerte y volvemos a nuestra habitación; comienzo con mi ritual, cual torero que se va a enfrentar a seis miuras, sistemáticamente empiezo a vestirme, buscando concentración y complicidad con mi ángel; nos dirigimos hacia la salida, cruzamos palabras a cuenta gotas, caminamos ensimismados en nuestros pensamientos (yo sé en qué piensa ella y ella sabe en qué pienso yo, no es difícil); en la línea de salida hemos quedado unos cuantos blogueros, me hace ilusión conocer a amigos de la lejanía, “Saturnino” oigo a mis espaldas, me giro, “ves como era él” dice uno de ellos, nos saludamos y presentamos, son el amigo Rafa y El Zorro, “Francisco Castaño se fue a cambiar” me indica Rafa; poco después aparece mi paisano Ángel, más saludos y más ánimos, “suerte” nos deseamos mutuamente; empiezo a calentar, carrerita por aquí y carrerita por allá, troto bajo la atenta y preocupada mirada de mi ángel, quiero transmitir tranquilidad, sé que en esta distancia se preocupa, troto, estiro, vuelvo a trotar y a estirar; me despido con un beso “suerte y tranquilo”; busco mi lugar en la salida, el cajón entre las 03:30 y las 04:00 horas, me entremezclo entre los demás corredores, quiero concentrarme y meterme en carrera cuanto antes, repaso mi repertorio de apoyos morales, aunque parezca mentira sé que en estos momentos, casi las 09:00, no estoy solo; vuelvo a ver a Rafa, quién se coloca a mi izquierda, se come las uñas de dos en dos, “tranquilo y disfruta”; dan la salida, un nuevo sueño da comienzo, andando llego a la línea de salida, el crono empieza a contar al mismo tiempo que mis piernas inician sus primeras zancadas, estoy en un estado de “tranquilad inquieta”, sigo a la masa de corredores, ya tendré tiempo de correr, ya no veo a Rafa, “suerte amigo”; rápidamente me encierro en mí mismo, busco acoplar ritmo y respiración, busco mis sensaciones; paso a paso caen los tres primeros kilómetros, primer lugar donde me espera mi ángel, por supuesto le brindo una sonrisa, sincera sonrisa, a estas alturas no podría ser de otra manera, lo contrario sería una catástrofe, sé que acabo de empezar, que aún queda mucho, muchísimo, pero tengo buenas vibraciones; en sentido contrario vienen ya los primeros corredores, qué forma de correr, siguen cruzándose atletas, veo a Ángel, “vamos Ángel”, “venga Saturnino”, que bien sientan esos ánimos; sigo corriendo, sigo a gusto, nos acercamos al kilómetro seis, segundo lugar de encuentro con mi ángel, de nuevo sonrisa, ¿por qué no?, si voy bien; no miro el crono, no me interesa aún, en la cabeza grabadas a fuego cuatro distancias y cuatro tiempos, todo lo que sea ir mejorando esos tiempos en esas distancias significará que merecerá la pena seguir luchando por mi objetivo; me acerco al kilómetro 10, primer punto de referencia, 51´17´´, "fenomenal", sin duda una inyección de moral, el tiempo previsto era de 53´30´´, aun así no me lanzo, “tranquilo que esto es largo y estamos empezando”, me evado y pienso en los amigos que andan corriendo por Madrid, algunos habrán terminado y otros estarán a punto de hacerlo, y ellos quizá también hayan pensado en que a mí me quedarán diez kilómetros menos.
Sigo a lo mío, corriendo a ritmo, corriendo, como si esto acabara de empezar, buscando no perder la concentración, ni precipitarme al abismo de la euforia, corriendo tranquilo, corriendo con buenas sensaciones; llego al kilómetro 14, uno de los puntos más emotivos (al menos para mí), paso por delante de la Basílica del Pilar, buen momento para pedir ayuda Divina; con esa ayuda me acerco al 16, último paso en el que recibiré el apoyo de mí ángel, la próxima vez será en meta, la veo y esbozo mi mejor sonrisa, sonrisa que no tengo que fingir, voy bien, lo noto y sé que ella también se quedará con ese momento; poco a poco vamos abandonando el centro de Zaragoza, poco a poco nos vamos acercando a los kilómetros del tedio y del entorno aburrido y monótono; a lo lejos diviso el kilómetro 20, mi segundo punto clave, mis sensaciones siguen siendo buenas, pero espero la confirmación del crono, 1h42´50´´, estupendo, el tiempo que tenía previsto de paso por este punto era de 1h47´, sin duda nueva inyección de moral, “vamos a 5´07´´” oigo que dicen a mis espaldas, “vamos que vamos”.
Casi no puedo aguantar la euforia, algo en lo que no quiero caer, lo peor sin duda está por llegar, y a pesar de todo me permito una pequeña licencia, un pequeño sueño, a este ritmo podría acabar en 3h38´, ¡uf!, “vuelve a la realidad, antes de que te despierten”, “venga deja de fantasear y céntrate”, metro a metro nos hemos alejado de la ciudad, transcurrimos ahora por terreno de nadie, por un carril bici (interminable carril) a orillas del Ebro, carril que nos llevara irremediablemente al recinto de la Expo, donde entre interminables vueltas y revueltas se encuentra el kilómetro 30, punto en el que paro el cronómetro en 2h36´15´´ y en el que según lo planificado debería haber llegado en 2h40´30´´, a estas alturas de carrera sigo manteniendo las opciones de lograr mi objetivo, y aunque los kilómetros empiezan a pesar, me encuentro bien de moral y mucho más cerca de la meta.
Ahora los kilómetros se suceden más lentamente, el ritmo va decayendo, lo noto en las piernas, y es el momento de que la cabeza tome el mando, “vamos, no podemos perder lo que hemos ganado hasta aquí”, las piernas obedecen sin problemas, van fatigándose, pero van bien, sin molestias; fijo la vista en las torres de la Basílica, cada vez más y más cerca, último paso del Ebro, último puente, ya estamos otra vez junto al Pilar, “venga Saturnino, vamos que ya no te queda nada” gritan unas desconocidas, el dorsal personalizado sirve para algo, “gracias chicas”; kilómetro 39, no quiero mirar el crono, sé que he bajado el ritmo, que voy más lento, pero me resisto a mi suerte, “corre y olvídate del maldito reloj”, y eso hago, correr y correr, a lo lejos el kilómetro 40, ansío el momento de llegar a su altura, de cruzarlo, de dejarlo atrás, y de saber, sí ya, 3h33´, un minuto por debajo de las 3h34´ previstas; miro al frente y aprieto los dientes, solo dos kilómetros, “vamos, vamos, vamos”, kilómetro 41, kilómetro de ligera subida, pero a estas alturas no la hace nada fácil, la fatiga es dueña de mí; plaza de España, última curva y la larga recta de meta ante mí, de reojo miro el reloj y alargo la zancada, un paso y otro y otro, no miro a los lados, no veo a nadie, no quiero verlos, no oigo a nadie, no quiero verlos, solo veo el arco, solo escucho mi corazón, cruzo la línea, paro mi crono, 3h45´12´´.
Ahora sí, ahora ya me puedo relajar, ahora puedo soñar, recojo aire, lleno pletórico los pulmones mientras camino entre el gentío, busco a mi ángel, la veo, nos encontramos, y me da el beso del vencedor, mi beso, mi premio.
Ya juntos caminamos, los dos tranquilos, buscando un lugar donde poder estirar; “Saturnino”, es la voz de Rafa, me alegro al verle con su medalla al cuello; “no vuelvo a correr más maratones” me dice, sonrió, “volverás”.
Zaragoza y su maratón ya es parte de mi historia.
Y para terminar la crónica de un maratón, no se me ocurre mejor manera que desear toda la suerte del mundo, la que sin duda yo he tenido, a Carlitros, Quique, Carles Aguilar, y todos los amigos de este blog que el domingo se enfrentarán al maratón de San Sebastián.
Sigo a lo mío, corriendo a ritmo, corriendo, como si esto acabara de empezar, buscando no perder la concentración, ni precipitarme al abismo de la euforia, corriendo tranquilo, corriendo con buenas sensaciones; llego al kilómetro 14, uno de los puntos más emotivos (al menos para mí), paso por delante de la Basílica del Pilar, buen momento para pedir ayuda Divina; con esa ayuda me acerco al 16, último paso en el que recibiré el apoyo de mí ángel, la próxima vez será en meta, la veo y esbozo mi mejor sonrisa, sonrisa que no tengo que fingir, voy bien, lo noto y sé que ella también se quedará con ese momento; poco a poco vamos abandonando el centro de Zaragoza, poco a poco nos vamos acercando a los kilómetros del tedio y del entorno aburrido y monótono; a lo lejos diviso el kilómetro 20, mi segundo punto clave, mis sensaciones siguen siendo buenas, pero espero la confirmación del crono, 1h42´50´´, estupendo, el tiempo que tenía previsto de paso por este punto era de 1h47´, sin duda nueva inyección de moral, “vamos a 5´07´´” oigo que dicen a mis espaldas, “vamos que vamos”.
Casi no puedo aguantar la euforia, algo en lo que no quiero caer, lo peor sin duda está por llegar, y a pesar de todo me permito una pequeña licencia, un pequeño sueño, a este ritmo podría acabar en 3h38´, ¡uf!, “vuelve a la realidad, antes de que te despierten”, “venga deja de fantasear y céntrate”, metro a metro nos hemos alejado de la ciudad, transcurrimos ahora por terreno de nadie, por un carril bici (interminable carril) a orillas del Ebro, carril que nos llevara irremediablemente al recinto de la Expo, donde entre interminables vueltas y revueltas se encuentra el kilómetro 30, punto en el que paro el cronómetro en 2h36´15´´ y en el que según lo planificado debería haber llegado en 2h40´30´´, a estas alturas de carrera sigo manteniendo las opciones de lograr mi objetivo, y aunque los kilómetros empiezan a pesar, me encuentro bien de moral y mucho más cerca de la meta.
Ahora los kilómetros se suceden más lentamente, el ritmo va decayendo, lo noto en las piernas, y es el momento de que la cabeza tome el mando, “vamos, no podemos perder lo que hemos ganado hasta aquí”, las piernas obedecen sin problemas, van fatigándose, pero van bien, sin molestias; fijo la vista en las torres de la Basílica, cada vez más y más cerca, último paso del Ebro, último puente, ya estamos otra vez junto al Pilar, “venga Saturnino, vamos que ya no te queda nada” gritan unas desconocidas, el dorsal personalizado sirve para algo, “gracias chicas”; kilómetro 39, no quiero mirar el crono, sé que he bajado el ritmo, que voy más lento, pero me resisto a mi suerte, “corre y olvídate del maldito reloj”, y eso hago, correr y correr, a lo lejos el kilómetro 40, ansío el momento de llegar a su altura, de cruzarlo, de dejarlo atrás, y de saber, sí ya, 3h33´, un minuto por debajo de las 3h34´ previstas; miro al frente y aprieto los dientes, solo dos kilómetros, “vamos, vamos, vamos”, kilómetro 41, kilómetro de ligera subida, pero a estas alturas no la hace nada fácil, la fatiga es dueña de mí; plaza de España, última curva y la larga recta de meta ante mí, de reojo miro el reloj y alargo la zancada, un paso y otro y otro, no miro a los lados, no veo a nadie, no quiero verlos, no oigo a nadie, no quiero verlos, solo veo el arco, solo escucho mi corazón, cruzo la línea, paro mi crono, 3h45´12´´.
Ahora sí, ahora ya me puedo relajar, ahora puedo soñar, recojo aire, lleno pletórico los pulmones mientras camino entre el gentío, busco a mi ángel, la veo, nos encontramos, y me da el beso del vencedor, mi beso, mi premio.
Ya juntos caminamos, los dos tranquilos, buscando un lugar donde poder estirar; “Saturnino”, es la voz de Rafa, me alegro al verle con su medalla al cuello; “no vuelvo a correr más maratones” me dice, sonrió, “volverás”.
Zaragoza y su maratón ya es parte de mi historia.
Y para terminar la crónica de un maratón, no se me ocurre mejor manera que desear toda la suerte del mundo, la que sin duda yo he tenido, a Carlitros, Quique, Carles Aguilar, y todos los amigos de este blog que el domingo se enfrentarán al maratón de San Sebastián.
25 comentarios:
Uff, muy emocionante la crónica. Me ha gustado mucho.
Enhorabuena por ese magnífico maratón, ha sido impresionante esa bajada al crono en los diferentes puntos, tiene que ser una sensación buenísima esa.
Me alegro mucho, felicidades y a por el próximo ¿no? :-)
Jo... me has puesto los pelos como escarpias!!! Me alegro un montón por tí. Gran lucha con el crono al que al final ganste!! Me alegro de que fuera Zaragoza, y sí, claro que volveré... Un abrazo.
Éste, tu amigo, se ha acordado estos días de esta crónica que nos faltaba y se alegra enormemente de tu exito.
Suerte a Quique, Carles y Carlitos
Uf, porque ya sabía que habías hecho una marca espectacular... que si no, a medida que iba leyendo tu acercamiento algo más lento al km 35-39,40... hubiese sufrido un montón... Que gran crónica, y que alegría sentirte tan contento y feliz. Un abrazo enorme.
Satur muy buena la crónica. No me había percatado de tu dorsal, sus dos últimas cifras me suenan mucho. Ibas sobrado, pues te acuerdas de todo con mucho detalle.Lo importante, aparte del tiempo es difrutar y creo que lo has hecho de lo lindo. Ahora a preparar el siguiente envite, sin prisas. Un saludo. A de la Mata.
Hola Saturnino, ahora a pensar en la número 12. L.A.
Gran crónica de la carrera. Leyendola me apetece aun más correr algun dia mi primer maraton.
Enhorabuena por este maraton.
Muy buena crónica Saturnino, me alegra ver que as podido con la maratón.
Slds
Esta lucha contra el reloj ha sido muy emocionante. Sinceramente, viendo cada paso kilométrico creo que tienes mucho margen de mejora en maratón. Deja de soñar y empieza a creértelo!!
Un besín!
Hola Saturnino, acabo de leer tu crónica y he de decir que has hecho un Maratón muy bien planificado y corriendo con la cabeza bien centrada... Te felicito por ello y por tus buenas sensaciones... Creo que esta es tu MMP, si es así tengo la percepción de que a poco que te lo propongas podras restas algunos minutos en una próxima ocasión... Adelante...!! Y grácias por tus ánimos para Donostia, a ver si soy capaz de hacer lo mismo que tu...!!
Bonita crónica, una buena carrera, felicidades una vez más.
Me ha encantado esa "tranquilidad inquieta" que por lo que veo te acompañó toda la carrera. Enhorabuena Saturnino.
¿Y el siguiente?
Abrazos. ;-)
Menos mal que ya estas por aqui creia que te habias quedado corriendo por Zaragosa, enhorabuena y un abrazo amigo
Enhorabuena Crak, te estas convirtiendo en un experto! un abrazo!
Enhorabuena Saturnino. Una gran crónica y, lo más importante, una gran carrera.
Un fuerte abrazo.
Leyendo tu crónica he estado corriendo contigo, me has asustado un poco pero al final has entrado triunfante. Enhorabuena.
Un saludo.
¡Qué pedazo de crónica! Se me ha puesto la piel de gallina... Hay cosas que al leerlas me doy cuenta de lo importante que son para un corredor popular como somos nosotros:
1.- Por un lado, el apoyo que desde las aceras, nos dan gente que no nos conoce, y que ni se imaginan lo que empujan. Si encima te animan "personalizadamente" ya ni te cuento.
2.- Otro, el apoyo moral y el sacrificio de nuestros "ángeles" que están padeciendo, sufriendo y aguantando y que creo que son a quienes, en los momentos de flaqueza, acabamos encomendándonos.
3.- Y la tercera es lo reconfortante que resulta pisar la meta tras avanzar por una recta interminable. Las lineas de meta saben a gloria. Si se consigue el objetivo, perfecto, pero incluso si no se consigue, cruzar la meta siempre es emocionante.
Saturnino, enhorabuena por tu marca. Estoy seguro de que si te convences de ello, podrás batirla en un futuro no muy lejano. Enhorabuena, campeón!
EL ANGEL TE QUIERE DECIR QUE LA CRÓNICA DE LA CARRERA ES FRANCAMENTE EMOTIVA.BONITA CIUDAD,BONITA MAÑANA,BONITA CARRERA Y UN GRAN CORREDOR. UN BESO.A.LL.
Haciendo un paréntesis en mi mudanza me encuentro con tu crónica, es alucinante como retienes en la cabeza los kilómetros y sensaciones, a ti no te hace falta GPS ;D
Bueno enhorabuena una vez más, ahora a por más retos que espero y deseo "no corras nunca solo", un saludo.
Impresionante esta crónica tan detallada, yo no me acuerdo ni de la mitad que tu.
Saludos y felicidades por tu marca.
Enhorabuena campeón, como era de esperar otra vez batiendo tu marca. La próxima MMP en MAPOMA 2010.
Abrazos.
Enorme tu crónica, Saturnino. Espeluznante y emocionante también. Acorde al nivel del logro de tu MMP.
FELICIDADES, SATUR.
¡Qué sangre fría y qué dominio de la situación! 5' por debajo de lo previsto en el K20 y no pensar ni por un momento en que todavía quedaban otros 22 más. ¡Qué barbaro!
De todas estas cosas se aprende.
Gracias, Satur. Un abrazo.
ENHORABUENA!. Me alegro que fuera en Zaragoza donde bajaste tu tiempo. Bonita ciudad, sí señor, y gran carrera la tuya. Al leerlo todavía tengo más ganas de correr ese primer maratón mío.
Un abrazo.
Gracias a todos por vuestro apoyo incondicional.
Besos y abrazos a raudales.
Satur, tenía ganas de leer la crónica y hasta hoy no he podido.
Mi más sincera enhorabuena por tu gran logro y gracias por esos buenos deseos, que aunque no pude leer, seguro que me empujaron en San Sebastián.
Un abrazo
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