Los prolegómenos de la carrera no distan mucho de las de otras, llegada con tiempo suficiente para la recogida de los dorsales, para tomar un café, para charlar con los amigos, para calentar...y para sentir la carrera desde el principio.
Situado en la línea de salida, junto a mi hija, repaso las sensaciones que tiene mi cuerpo, no son malas. ¿Me he recuperado del esfuerzo de los Aquilianos?, creo que sí, aunque tengo ganas de descansar, de parar un poco. A la de tres (como cuando éramos niños o no tan niños) empezamos a correr. Por delante ocho kilómetros, sobre un circuito urbano al que hay que dar dos vueltas. Salida rápida, como siempre que se trata de una carrera relativamente corta. Deseo suerte a mis amigos y a mi hija, y me voy a por mi ritmo. Pronto nos encontramos con la corta pero dura rampa (el único desnivel de la cita), la subo con alegría, sin forzar la respiración, sin querer perder el tren de los que me rodean. Después una suave bajada nos deja dos kilómetros de llano antes pasar por la línea de meta por primera vez. Empiezo a notar el cansancio en mis piernas, pero no me encuentro mal. Otra vez la corta pero dura rampa. Se me atraganta un poco, aunque los ánimos de Siridia me vuelven al esfuerzo, a no dejarme ir a un ritmo cansino. Otro grito de ánimo que a mi me parece anunciar la cercana presencia de mi hija. No miro hacia atrás. Nunca o casi nunca lo hago. Sigo corriendo. "Papá" oigo a mis espaldas. Es Sonia, mi hija, quien se pone a mi altura. Por primera vez me ha dado alcance. Paro mi crono, 24 minutos y 36 segundos de la carrera de La Esperanza; como si quisiera atrapar para siempre ese momento. "Te espero". "No, sigue". Y la veo alejarse poco a poco, no hago nada por alcanzarla, no tiene sentido, si hubiese tenido fuerzas me habría ido con ella. Sigo con mi ritmo, sintiendo que la alegría recorre mi cuerpo mientras recuerdo esas carreras en las que quería saber del sufrimiento de ella, y ahora, ahora sé que va bien, que no tengo por qué preocuparme. Me siento feliz por su progresión, en la que, aunque solo sea un poquito algo tendré que ver. Por lo demás, todo era una cuestión de tiempo, de un día, de una carrera. Y con esos pensamientos enfilo la recta de meta, donde al fondo, detrás de la línea me espera Sonia. Veintitrés segundos después traspaso esa línea, abrazo a mi hija y la doy un beso.
Pero no acabaron ahí las sorpresas, ya que Sonia quedó segunda en su categoría. Un pódium que premia sus esfuerzos y sufrimientos, y que a mí me hace sentir orgullo de padre.
Para terminar felicitar a Mujeres running por su excelente organización, y por el apoyo que dieron durante todo el recorrido. Mandar un saludo a Geli, mujer running, a la que tuvimos ocasión de saludar. Y como no, agradecer el apoyo incondicional de Ángeles.
Situado en la línea de salida, junto a mi hija, repaso las sensaciones que tiene mi cuerpo, no son malas. ¿Me he recuperado del esfuerzo de los Aquilianos?, creo que sí, aunque tengo ganas de descansar, de parar un poco. A la de tres (como cuando éramos niños o no tan niños) empezamos a correr. Por delante ocho kilómetros, sobre un circuito urbano al que hay que dar dos vueltas. Salida rápida, como siempre que se trata de una carrera relativamente corta. Deseo suerte a mis amigos y a mi hija, y me voy a por mi ritmo. Pronto nos encontramos con la corta pero dura rampa (el único desnivel de la cita), la subo con alegría, sin forzar la respiración, sin querer perder el tren de los que me rodean. Después una suave bajada nos deja dos kilómetros de llano antes pasar por la línea de meta por primera vez. Empiezo a notar el cansancio en mis piernas, pero no me encuentro mal. Otra vez la corta pero dura rampa. Se me atraganta un poco, aunque los ánimos de Siridia me vuelven al esfuerzo, a no dejarme ir a un ritmo cansino. Otro grito de ánimo que a mi me parece anunciar la cercana presencia de mi hija. No miro hacia atrás. Nunca o casi nunca lo hago. Sigo corriendo. "Papá" oigo a mis espaldas. Es Sonia, mi hija, quien se pone a mi altura. Por primera vez me ha dado alcance. Paro mi crono, 24 minutos y 36 segundos de la carrera de La Esperanza; como si quisiera atrapar para siempre ese momento. "Te espero". "No, sigue". Y la veo alejarse poco a poco, no hago nada por alcanzarla, no tiene sentido, si hubiese tenido fuerzas me habría ido con ella. Sigo con mi ritmo, sintiendo que la alegría recorre mi cuerpo mientras recuerdo esas carreras en las que quería saber del sufrimiento de ella, y ahora, ahora sé que va bien, que no tengo por qué preocuparme. Me siento feliz por su progresión, en la que, aunque solo sea un poquito algo tendré que ver. Por lo demás, todo era una cuestión de tiempo, de un día, de una carrera. Y con esos pensamientos enfilo la recta de meta, donde al fondo, detrás de la línea me espera Sonia. Veintitrés segundos después traspaso esa línea, abrazo a mi hija y la doy un beso.
Pero no acabaron ahí las sorpresas, ya que Sonia quedó segunda en su categoría. Un pódium que premia sus esfuerzos y sufrimientos, y que a mí me hace sentir orgullo de padre.
Para terminar felicitar a Mujeres running por su excelente organización, y por el apoyo que dieron durante todo el recorrido. Mandar un saludo a Geli, mujer running, a la que tuvimos ocasión de saludar. Y como no, agradecer el apoyo incondicional de Ángeles.
16 comentarios:
Gran carrera y enhorabuena por ese podium de Sonia porque se ve reflejada la progresión y la voluntad que le habéis puesto cada uno. A recuperarse y a seguir en la brecha. saludos!
Todo esfuerzo hecho con tesón y costancia se ve recompensado y aquí tenemos un ejemplo claro. Enhorabuena a los dos.
Me alegro por el podio, al final una fiebre inesperada en la noche del abado me impidió asistir, nos veremos en otra, saludos.
Hola SAturnino:
como comentamos ayer al acabar la carrera, todo en esta vida llega, unas veces antes y otras después. Se van viviendo etapas, se acaba una, comienza otra. Ayer todos los que corrimos fuimos testigos sin saberlo de un fin de esas etapas y el comienzo de otra. Siempre cosas buenas: "es ley de vida". ¡enhorabuena a los dos!
Valga esta entrada como recuerdo: http://mediamaratonleon.blogspot.com/2011/06/fotos-carrera-de-la-esperanza-2011.html
No obstante con mi método de entrenamiento podemos hacer que la transición se alarge en el tiempo...Hay que empezar ya ...
Enhorabuena por ese podio, por esa carrera y por esas sensaciones buenísimas.
Mi madre también participó en ella y me comentó que estaba muy bien.
¡Arriba esos Leoneses!
Un abrazazo
Tiene que ser muy emocionante ver como tu hija va progresando y madurando. Buena carrera Satur
Satur Satur... tanto Aquiliano pasa factura!. Es broma, lo cierto es que llevo leyendo la progresión de tu hija desde hace un año y es algo digno de mención. Y eso es algo positivo para tu evolución también, porque como bien dices, ya no tienes que pensar en ella, sino en tu propio progreso.
Habrá "vendetta"? La cosa se pone emocionante...
Un saludo
Felicidades Satur!! Debió ser superemocionante ese final de carrera con tu hija adelantándote......Gran carrera de los 2
Saludos
Pedazo momento, si es que Sonia va como una moto y a los carrozas nos va costando mejorar...
Enhorabuena al padre y a la hija y que sigas enseñandole tu forma de correr.Muchas gracias por venir y por los halagos a las runing.
Vamos en una palabra.. que nunca te has sentido tan feliz como cuando te paso tu hija...esta claro que algo has tenido que ver y muchoooooo.
Me gustaría verte la cara cuando tu hija subió al cajón del nº2.. seguro que te temblaban las piernas.
FELICIDADES A LOS DOS.
Sabíamos que existía la posibilidad y así fue. Eso sí, es justo reconocer de que vienes de los Aquilianos y ahora estás descansando, sencillamente tenías que tener un día malo para que yo acabara por delante de ti, porque si estás en forma... jejeje.
Besín papi!
Yo creo que en su progresión mucho tienes que ver..., mi madre perdió la carrera contra esa enfermedad hace unos años.., Felicidades a ti y esa gran atleta que es tu hija por la carrera y desde este humilde lugar del ciberespacio dar las gracias a "Mujeres Running" por la buena organización y por la causa
Supongo que ésta debe ser una de esas veces en las que a uno le llena de satisfacción que alguien le gane en la carrera, tanto que debe saber como a una victoria propia. Felicidades a los dos, y mis agradecimientos públicos a tu mujer por la cantidad de fotos que está haciendo en todas las carreras; gracias a ella, y supongo que no seré el único, siempre me encuentro en alguna foto que guardo para mi galería personal de carreras.
Nos vemos en la próxima. Un saludo.
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