V Carrera de Relevos Camino de Santiago: Mi historia, sus fotos

Vuelvo al Camino. Visito de nuevo el Bierzo. Vuelvo a correr por sus tierras, una carrera especial: la V Carrera de Relevos Camino de Santiago.

Hoy comparto esfuerzos con mis compañeros del “Nunca correrás solo”. Formo parte del equipo B, que no quiere decir que sea peor que el A; simplemente es el B. Correré el segundo tramo, los 11 kilómetros que separan Trabadelo de Las Herrerías. Y mientras llega mi momento recuerdo otros Caminos. Ánimo a los amigos y compañeros que afrontaran el primer tramo; desde la acera en Villafranca y desde el coche en el viaje a Trabadelo.

Las calles de Trabadelo se confunden entre los corredores que llegan y los que ya calientan motores; entre idas y venidas. Aplausos y ¡vamos!. Son las once; mi hora. A la de ¡ya! Empiezo. Tranquilo y sin prisas, evitando sufrimientos en estos primeros metros de subes y bajas. Monotonía de asfalto, del verde de las orillas, de un rompepiernas continuo. Zancadas solitarias. Monotonía de kilómetros corridos más con el corazón que con las piernas. Esfuerzo recompensado con la llegada a meta, con los aplausos de los que esperan para correr y de los que ya han corrido. Fatiga y satisfacción. Recuperación y descanso.

Otra vez al coche para llegar al Cebreiro, a Galicia, a recibir a los valientes que se enfrentaron al relevo más duro, y también al más bonito; a los que soportaron las duras rampas y la lluvia. A ver el final de una carrera de relevos.

Y vuelta, a la ducha, a compartir una agradable comida con los amigos. A las risas. Al café. A pensar en mañana. A soñar otras carreras. A terminar de disfrutar de un día especial.

Y para terminar os dejo con las fotos de Ángeles.

Si alguien quiere la foto en tamaño original, y sin marca de agua, que me envíe un correo electrónico, indicándome número de foto y número de dorsal.