miércoles, 30 de enero de 2019

¡Vive y disfruta!

31/01/2019. Treinta y un días entramos en este Año Nuevo; entrada cargada de muchos buenos deseos. Atrás quedan esas fiestas que hacen de puente entre lo "viejo" y lo "nuevo". Atrás dejamos toda esa confusión eufórica, ese quizás sinsentido en que pensemos, o queremos pensar, que nuestras vidas van a cambiar en un pis pas, en un descolgar un calendario para poner otro.
Cruzamos ese minúsculo puente llenos de buenos deseos, como si todo lo dejado no tuviese importancia, y queriendo poner el contador a cero. Y eso es un imposible.
Hoy quizás ya hayas hecho trizas aquella lista de los buenos propósitos, echa bajo el paraguas de las fiestas de navideñas. Quizás, solo quizás, hayas abandonado las clases de inglés, te hayas desapuntado del gimnasio renunciando a tener un cuerpazo, hayas colgado esas flamantes zapatillas con las que pensabas correr rápido rápido, hayas apartado tu vista de la báscula y dejado a un lado toda dieta sana, y ya de dejar el tabaco ni hablamos. ¡Quizás, solo quizás!.
En pocos días te diste cuenta que el mundo sigue girando igual, lo mismo que los años anteriores, y que no vas a llevar a cabo ninguno de todos esos buenos propósitos, que ya si eso el próximo año.
Quedan trescientos treinta y cuatro días para que este año sea viejo, y sea parte de los recuerdos, así que vamos a tomarlo con calma. ¡Vive y disfruta!. Yo de momento seguiré sin ir a clases de inglés, seguiré yendo al gimnasio, seguiré corriendo, seguiré sin fumar, y seguiré con mi vieja báscula. Pero sobre todo seguiré disfrutando con mis amigos. 

sábado, 19 de enero de 2019

RE-VERSOS: JOSÉ ÁNGEL BUESA


CANCIÓN CONTIGO

Aquí estás en la sombra,
con tu mano en la mía,
respirando en un tiempo
sin antes ni después.

Ya ves que,
aunque te fuiste,
no te vas todavía,
y estas aquí, conmigo
no importa donde estés.

Desnuda en esta sombra
te palpará mi mano,
lenta mano de ciego
que acaricia una flor,
y sabré de repente
donde empieza el verano,
yo, que solo he sabido
donde acaba el amor.

Aquí estas en la sombra,
conmigo todavía,
compartiendo este lecho
calidamente aquí,
Detenida en la noche,
y donde nunca es de día,
detenida en la noche
y amaneciendo en mí.

Y ahora soy como el surco
donde madura el trigo,
como la flor que nace
donde pisan tus pies,
porque, aunque nunca vuelvas,
siempre estarás conmigo,
conmigo en esta sombra
sin antes ni después.

De José Ángel Buesa