domingo, 27 de abril de 2014

V Carrera Popular Santo Toribio: Mi historia y sus fotos



La semana no ha sido fácil, muchos los recuerdos de Mapoma y muchos los años en los que he seguido los mismos rituales. Unos rituales rotos para la ocasión. Y con todo ello me voy a Astorga, a los 10 kilómetros de la Carrera Popular de Santo Toribio, para intentar olvidar algo que inevitablemente todo a mí alrededor me recordaba.
Tras todos los prolegómenos se inicia la carrera, y como he hecho costumbre en mis últimas citas acompaño a María Jesús. Sin prisas o con las prisas que ella pueda tener. El comienzo favorable hace que sea rápido y que con el primer repechos nos demos cuenta que no es el día para ir juntos, así que para evitar sufrimientos innecesarios mejor cada uno con su carrera. Una vez separadas nuestras zancadas no tardo mucho en coger mi ritmo, y una vez hecho esto ya solo trato de correr cómodo. Evitar cualquier exigencia o sufrimiento es el objetivo. Muchos sentimientos y demasiados recuerdos antes de cruzar la meta; una meta que hoy estaba demasiado lejos.


Os dejo las fotos de Ángeles. Si alguien quiere la foto en tamaño original, y sin marca de agua, que no dude en mandarme un correo electrónico, indicándome el número de foto y número de dorsal.

jueves, 24 de abril de 2014

TRES EN RAYA



El domingo se corre el Maratón de Madrid y no voy a estar allí. Esta semana debería estar pendiente de dolores imaginarios, preocupado por esto y por aquello, tenso y nervioso, como lo he estado durante los últimos doce años. Pero en mi no se atisba ninguna de esas sensaciones, por el contrario me encuentro raro, entristecido. Siento envidia.
Cuando el año pasado, allá por el mes de octubre, decidí correr los 101 Peregrinos no tenía ninguna intención de renunciar a Mapoma. Una semana es lo separaba ambos retos pero aún así haría las dos. Primero el maratón y después los 101. La mentalización había empezado. Podría con ello.
La idea, la mía, era correr Mapoma con mi amigo Abe, tranquilo, a su ritmo, y siete días después irme a por los 101. Pero durante los días que pasé con él en Málaga, donde corrimos su maratón, me comentó que no correría Madrid y que por el momento se apartaba de los 42195 metros.
He de reconocer que fue un contratiempo, pero aún así por mi cabeza no pasó abandonar la idea, la mía, aunque está tendría que ser modificada.
Quedaba mucho tiempo pero este ha pasado muy deprisa y ahora me doy cuenta de que siempre ha ido en mi contra.
Sin saberlo en Málaga empecé a jugar al tres en raya. Las reglas serían diferentes. Para empezar solo habría un jugador, yo. Solo tres fichas, las mías. Y solo cinco, o seis jugadores, como mucho, tendrían derecho a moverlas.
La primera ficha fue colocada en el centro del tablero por mi amigo Abe. La lógica dice que ahí iría la primera. Había tiempo.
La segunda ficha la colocaron en la parte superior derecha, y lo hizo sin saberlo, mi hijo. Fue por Navidad. Seguía habiendo tiempo.
Ya tenía dos fichas en el tablero; faltaba la tercera. Todo era cuestión de esperar el momento.
Pero el tiempo fue pasando, y como dije antes ahora sé que en mi contra, y la última ficha se quedo sin colocar. Yo no hice nada y quienes pudieron haberlo hecho tampoco. Nunca dijeron lo que yo quería oír. Callaron y escucharon. Nunca me dieron ese último empujón. Fueron prudentes y con ello me obligaron a mí a serlo también.
Y pasó el tiempo, y llega el domingo, y se acerca Mapoma, y sé que mis pasos no correrán esos 42195 metros mágicos, pero también sé que nada podrá evitar que mi corazón si esté en la quedada de Cibeles, y en línea de salida de Colón, y que sufra esa Casa de Campo, y que os acompañe en cada metro hacía la meta. Os espero a todos en el Retiro. Mucha Suerte.

lunes, 21 de abril de 2014

HASTA OTRO AÑO



Virgen de la Esperanza
Se acabó la Semana Santa. Los capillos, túnicas, cíngulos, fajines, y demás complementos vuelven con mimo a sus armarios. Los tronos con sus diferentes Vírgenes, con Jesús en sus variados estados, los Apósteles, y demás Santos, se irán a retiro. Muchos a lugares lúgubres, otros, los menos y más privilegiados, a sus iglesias o catedrales, a pequeños museos, para su culto, su deleite y disfrute. Las cornetas y tambores, los trombones y bombos, y los platillos, y las trompetas, descansarán un poco, no mucho, antes de empezar a vivir la próxima Semana Santa; estos son los primeros, quizás los más afortunados. Los “papones” contarán lo que han pasado estos días mientras piensan en el próximo año, en la próxima Semana Santa, cuando ni tan siquiera han tenido tiempo de hacer balance o de reflexionar sobre las sensaciones que acaban de vivir. Se acabó el mirar al cielo para pedir que la lluvia no arruinase la ilusión de tanta gente. Se acabaron las reuniones de amigos entorno a una buena limonada. Se acabó la Semana Santa en León.

viernes, 18 de abril de 2014

RE-VERSOS: SANTA TERESA DE ÁVILA



Soneto a Cristo Crucificado

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
¡Tú me mueves, Señor!
Muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme en fin, tu amor,
y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera. 

Atribuido a Santa Teresa de Ávila

domingo, 13 de abril de 2014

PROCESIÓN JESÚS DE LA ESPERANZA: LEÓN




España entera disfruta de la Semana Santa. León disfruta de su Semana Santa. Yo disfruto de mi Semana Santa. Entonces yo disfruto de la procesión de Jesús de la Esperanza. Cualquier debate filosófico de los antiguos y viejos filósofos llegaría a esta conclusión; véase Aristóteles, Platón, y otros, diría: Saturnino disfruta de la procesión de Jesús de la Esperanza.

La Semana Santa no es solo Jueves Santo y Viernes Santo; algo que se les olvida a nuestros queridos comunicadores. No son solo los días centrales, no son solo esas procesiones que quieren acaparar el protagonismo de una Semana Santa que abarca muchos días, muchas procesiones. No son solo esas cofradías que presumen que fueron creadas en la Edad Media y que siguen ancladas en esos siglos. La Semana Santa es mucho más; son muchos más días, son muchas cofradías, son muchas bandas, son muchas agrupaciones, son muchas horas. Son muchas ilusiones. Son muchos Papones. La Semana Santa es mucho más.
Ayer volví a compartir procesión con Ángeles. Ella va con la Esperanza y yo voy junto a ella. Siguiéndola, presente en todas las calles, en todas las esquinas. Allí estaba yo, animando, apoyando, pujando desde fuera; como ella hace en tantas y tantas carreras. Ayer volvieron a hablar nuestros ojos.
Y disfruté de su procesión, sufrí su cansancio y disfruté de su gozo.
La Semana Santa es mucho más.