La salida era a las 17:00 horas desde el edificio de Botínes, así que hacía allí nos dirigimos Miguel (mi hermano), el equipo D2 (mi sobrina Susana y mi hija Sonia) y el que suscribe. Ya con los dorsales en el pecho (no es cuestión de perder tiempo cuando lleguemos a la salida), cruzamos nuestro parque, para después ascender por la calle Barahona, donde ya empezamos a ver atletas, convirtiéndose en riada cuando llegamos a la calle la Rúa.
Ya en la plaza de Botínes el gentío es espectacular (creo que algo menos que el año pasado), vamos tomando posiciones en la zona de salida, aunque a duras penas podemos avanzar y nos tenemos que conformar con situarnos en la parte trasera (nos da igual tampoco tenemos prisa), los niños cargados de más ilusión que nadie están al principio, nerviosos, esperando el pistoletazo de salida, la mayoría con sus madres al lado agarrándoles de la mano para que no salgan disparados.
Suena la megafonía “quedan cinco minutos””el total de dorsales entregados son 5400” y esto me confirma que este año somos menos gente, pero no menos ruidosa.
También como no, se ve gente disfrazada (no mucha, el leonés no tiene ese carácter) del típico papa Noel, la ya popular cofradía de San Silvestre, …; en este punto me viene a la memoria cierto marinero que un día paso por estas tierras.
Llego la hora y el pistoletazo de salida, la gente empieza a correr, al menos los de delante, los demás nos tenemos que conformar con ir caminando, llegamos a la plaza de Santo Domingo y por fin podemos empezar a trotar, poco porque los niños aparecen por todos los lados, unos solos y otros arrastrando a sus madres, continuamos por la calle Ramón y Cajal donde ya el grupo de cuatro queda reducido a dos grupos de dos, Sonia y yo continuamos juntos, llegamos a la calle Renueva, donde se estrecha la carrera haciendo que correr vuelva a ser complicado, accedemos a la calle Suero de Quiñones, Juan de Badajoz y Gran Vía de San Marcos, calle ancha que ya permite correr tranquilamente sin estar tan pendiente de la chiquillería, de nuevo Plaza de Santo Domingo, giro a la derecha y embocamos la recta de Ordoño II, ya estamos en la plaza de Guzmán, cruzamos el puente de los leones, esta vez giro a la izquierda y otra gran recta, la del Paseo Saénz de Miera, que nos llevara al palacio de los deportes donde esta ubicada la meta, y así sin darnos cuenta la meta, la siempre ansiada meta.
Tiempo invertido 19´47´´, siempre según mi crono, sobre una distancia de 3350 metros.
Después un poco de relax y descanso en el Palacio, saludos a amigos y para casa trotando que no es cosa de quedarse frío.
Siempre es un placer correr por las calles de mi ciudad, aunque muchos conductores no pensaran lo mismo, salvo que con su claxon estuviesen animando a los corredores.En definitiva y como decía al principio bonita fiesta atlética y ahora ansiando que llegue el día 22/03/09 para correr esa media maratón.