Calmado y comedido, así es como se encuentra mi estado de ánimo, atrás he dejado ya tempestades, borracheras y resacas.
Calmado, con mucha calma, es como me he tomado los entrenos de la semana, que debido a la presencia de un pequeño pinchazo en mi pierna izquierda, concretamente por debajo de la rodilla, he tenido que modificar; empecé el lunes saltándome mi rodaje suave y corto, el que suelo hacer el día siguiente a una carrera, con el único fin de hacer buenos estiramientos al terminar, yo lo denomino rodaje de recuperación activa.
Ya el martes rodé 30´, con un día de retraso hice lo que no había hecho el lunes, con la presencia de la sombra del pinchazo rondando mi cuerpo; “no es buen momento para una sobrecarga”, pensé; si ya sé que para eso nunca es buen momento, pero ahora me pilla fatal.
El miércoles ya no hubo sorpresas y realice el entrenamiento programado con antelación, no podía haber más cambios, 46 minutos por el paraje de los pinos, recorrido de un sube y baja constante, que sin duda para el recorrido sinuoso del mapoma me vendrá bien; hoy las sensaciones no fueron malas y el temido pinchazo apareció fugazmente un par de veces, solo, que alegría.
El jueves descanso, y desde aquí pasamos a las series del viernes, mis odiadas y temidas series, no por duras, sino por aburridas, que voy a hacer me aburren y no lo puedo remediar, aunque desde hace poco he incluido en mis entrenamientos para ver si son capaces de sacarme del atascamiento de tiempos en que encuentro sumido; 3x2000 rec 2´, con unos tiempos que aunque no son muy buenos, si me han dejado satisfecho, 9´ 02´´, 8´ 53´´ y 8´ 42´´, más un rodaje de 20´ antes y 10´ después; poco a poco me voy encontrando más cómodo con este entreno y lo que es más importante mi cabeza lo va aceptando.
Y llegó el domingo, el del cambio de horario, y hemos pasado del grupo más o menos numeroso, pero grupo al fin y al cabo, de las semanas anteriores, a conformar un dúo, Mauri y yo fieles a la cita dominical.
Cita que debido al cambio de relojes, hemos retrasado una hora; y mientras decidimos el recorrido al que nos vamos a enfrentar, unos pequeños estiramientos para hacer boca, y ya decidido a rodar, el sube y baja de los pinos ha sido el elegido, y 1h 09 el tiempo invertido; he acabado con muy buenas sensaciones y satisfecho porque no tenido molestias, aunque esto no quita para que sigamos vigilantes.
Comedido, con mucha calma, afronto las cuatro semanas que me quedan para mi octavo mapoma, por delante tres semanas de duro trabajo y una de descanso y asimilación de ese esfuerzo realizado.
Calmado, con mucha calma, es como me he tomado los entrenos de la semana, que debido a la presencia de un pequeño pinchazo en mi pierna izquierda, concretamente por debajo de la rodilla, he tenido que modificar; empecé el lunes saltándome mi rodaje suave y corto, el que suelo hacer el día siguiente a una carrera, con el único fin de hacer buenos estiramientos al terminar, yo lo denomino rodaje de recuperación activa.
Ya el martes rodé 30´, con un día de retraso hice lo que no había hecho el lunes, con la presencia de la sombra del pinchazo rondando mi cuerpo; “no es buen momento para una sobrecarga”, pensé; si ya sé que para eso nunca es buen momento, pero ahora me pilla fatal.
El miércoles ya no hubo sorpresas y realice el entrenamiento programado con antelación, no podía haber más cambios, 46 minutos por el paraje de los pinos, recorrido de un sube y baja constante, que sin duda para el recorrido sinuoso del mapoma me vendrá bien; hoy las sensaciones no fueron malas y el temido pinchazo apareció fugazmente un par de veces, solo, que alegría.
El jueves descanso, y desde aquí pasamos a las series del viernes, mis odiadas y temidas series, no por duras, sino por aburridas, que voy a hacer me aburren y no lo puedo remediar, aunque desde hace poco he incluido en mis entrenamientos para ver si son capaces de sacarme del atascamiento de tiempos en que encuentro sumido; 3x2000 rec 2´, con unos tiempos que aunque no son muy buenos, si me han dejado satisfecho, 9´ 02´´, 8´ 53´´ y 8´ 42´´, más un rodaje de 20´ antes y 10´ después; poco a poco me voy encontrando más cómodo con este entreno y lo que es más importante mi cabeza lo va aceptando.
Y llegó el domingo, el del cambio de horario, y hemos pasado del grupo más o menos numeroso, pero grupo al fin y al cabo, de las semanas anteriores, a conformar un dúo, Mauri y yo fieles a la cita dominical.
Cita que debido al cambio de relojes, hemos retrasado una hora; y mientras decidimos el recorrido al que nos vamos a enfrentar, unos pequeños estiramientos para hacer boca, y ya decidido a rodar, el sube y baja de los pinos ha sido el elegido, y 1h 09 el tiempo invertido; he acabado con muy buenas sensaciones y satisfecho porque no tenido molestias, aunque esto no quita para que sigamos vigilantes.
Comedido, con mucha calma, afronto las cuatro semanas que me quedan para mi octavo mapoma, por delante tres semanas de duro trabajo y una de descanso y asimilación de ese esfuerzo realizado.