viernes, 31 de diciembre de 2010

31/12/2010

Sin duda no pasaría de ser un día cualquiera, un día normal, pero su situación estratégica en el calendario lo convierte en ese día especial, en ese último día de un año; el día en el que intentamos atrapar todos los recuerdos y todas las vivencias del largo año que despide.
El día de enfrentarnos ante la difícil tesitura de elegir esos bonitos recuerdos, otra vez ante este papel en blanco que quiere recoger esos momentos sin menospreciar otros que quizás en otra circunstancias serían dignos de las mejores crónicas.
Elegir una carrera, la mejor carrera que he corrido este 2010, me resulta difícil; me quedaría con todas, todas tienen una historia especial, pero obligado a elegir me quedo con la II media maratón de León, por ser la de la consolidación de una prueba, la de una ciudad volcada con su carrera.
También especiales fueron esos dos maratones: Madrid y Castellón.
Distinguir esos momentos especiales, emotivos, me resulta aún más difícil, y como las normas las pongo yo no voy seleccionar uno solo, sino tres: el momento del encuentro con mi hija en la media de León, la llegada de Mapoma de la mano de mis sobrinos, Lucia y Enrique, y la llegada de la travesía integral de los Montes Aquilianos junto a mi amigo Ángel.
Buscar una fotografía de las cientos que me han sacado, en las que se combine la improvisación y la ocasión de ver algo especial, me resulta no difícil, sino que muy difícil, pero me voy a quedar con tres, dos que para mí sintetiza el espíritu del atletismo popular, amistad y complicidad, y mucho, mucho sufrimiento:
Foto de Ángeles

Cortesía de fotos Gijón

Cortesía de Juan Antonio

Aunque lo mejor de todo, mi mayor satisfacción, es la cantidad de gente que he conocido, gente que día a día, carrera tras carrera, entrenamiento tras entrenamiento van formando la palabra amistad.

jueves, 30 de diciembre de 2010

OTRO FIN DE FIESTA

La San Silvestre Leonesa ha tenido la culpa de que un año más cumplamos con nuestra particular manera de celebrar las fiestas, corriendo; recorriendo esas calles que día tras día han ido viviendo nuestra rutina; un rato de día al lado de nuestros amigos, con esos amigos con los que hemos compartido otras carreras y otros buenos momentos.
Esta carrera por esas cosas de la vida iba a ser especial para mí, era la primera (con chip) que pensaba correr de principio a fin con mi hija; en mi pensamiento estaba no agobiarla y correr a ritmo de 05:30, solo correr; y con esas premisas por ella conocidas (bueno de no agobiarla no había dicho nada), nos situamos en la línea de salida, después de ver, felicitar, y saludar a un montón de amigos; parte trasera, como quería Sonia; pistoletazo y nos vamos, “a mi ritmo, mi hombro siempre primero, coge la respiración”, sin prisas, la ciudad es nuestra; agradable recorrido por calles céntricas, disfrutando, escuchando la ciudad, escuchando la respiración de mi hija, “qué tal”, sé que va bien, pero pregunto, “bien”, “sigue así, vamos bien, yo marco el ritmo, tú solo corre”; seguimos viendo pasar León, Ordoño, Guzmán, Lancia, la plaza de toros que marca el inicio de una suave subida, pero subida al fin y al cabo; sigo dando ánimos a Sonia, sigo escuchando su respiración y oigo que le el ritmo ahora le cuesta, pero vuelvo a preguntar, “qué tal”, “no muy bien”, “venga, vamos bien, levanto el pie pero sigue mi ritmo", y sigue trabajando su carrera, sé que vamos bien, muy bien; último kilómetro, último esfuerzo; controlo el ritmo, últimos metros, últimas zancadas para alzanzar ese 30´20´´, que a mí me deja más que satisfecho, y a ella mucho más.
Y con esto ponemos el punto final a una carrera y el punto y a parte de un año plagado de ellas.

lunes, 27 de diciembre de 2010

ISOTÓNICAS Y BARRITAS…

…energéticas han dejado paso durante estos días a turrones, mazapanes y vinos espumosos; de comidas moderadas a copiosas comidas y largas tertulias, amenizadas por todo tipo de dulces; de días de trabajo a días de fiesta y jolgorio, a días, en ocasiones, de excesos; vivimos inmersos en unas fechas en que nuestras vidas tranquilas y organizadas se ven salpicadas por las prisas y el frenesí, pero en los que aún, a veces con dificultad, encontramos un hueco para salir a correr y seguir con los rodajes más o menos programados.
En mi caso y dentro de la vorágine he encontrado esos tres ratos de tranquilidad, esos tres momentos necesarios para que el cuerpo no se vaya de la rutina.
El martes, treinta y dos minutos de regreso a los entrenamientos, o mejor, de vuelta a los rodajes, ya que hasta después de las Navidades no empezaré la preparación de Mapoma.
El viernes y domingo acompañe en su entrenamiento a mi hija, ella ya ha empezado con su objetivo, que queriendo y con toda la ilusión del mundo he hecho mío; sesenta y ochenta y ocho minutos, respectivamente, de rodajes tranquilos y de mentalización.
Aún nos quedan días de carga de hidratos, proteínas y grasas extras, así que lo mejor será continuar corriendo para eliminar los excesos de la alegría.

martes, 21 de diciembre de 2010

EN BUSCA DE OBJETIVOS

Después de unos días de descanso (merecido) de cuerpo y mente, apartando de mi esa euforia desmedida que invita a correr, correr y correr, cuando con toda la prudencia deberíamos hacer lo contrario, he vuelto a los entrenamientos.
Y he vuelto en un día gris plomizo, con una suave lluvia que dejaba resbalar sus gotas por mi cara, con un relajante y placentero rodaje de seis kilómetros, y he vuelto con ganas, con muchas ganas de afrontar esos objetivos ya programados, entre los que destaca por un motivo muy especial Mapoma, y todos esos que a buen seguro se irán añadiendo, y con la esperanza de disfrutar y compartir todos esos momentos con mis amigos.

jueves, 16 de diciembre de 2010

CASTELLÓN: EL DESPERTAR DE UN SUEÑO

Un viaje tranquilo nos lleva a la ciudad de Castellón; como tranquilos fueron los paseos del sábado, llenos de amena charla y de confidencias; y con esa tranquilidad y aún entre dos luces abandonamos el domingo el hotel, como si el día aún no quisiera dejarnos ir en pos de nuestro sueño; con parsimonia nos encaminamos hacía la zona de salida; con una indiferencia fingida dejamos que vayan pasando los momentos previos, pero no podemos fingir siempre, y tampoco es lo que queremos, ansiamos el instante de la salida, ese tiempo tan mágico; nuestros gestos, cada vez más nerviosos nos delatan, y la despedida de nuestros acompañantes, esos seres queridos que van a sufrir ese otro maratón, la anuncian más alto que la voz metálica que nos envuelve; situados en cajones imaginarios, escuchamos expectantes la cuenta atrás, 10, 9,….,6…., 3, 2, 1, y empezamos la marcha hacía un bonito sueño, ya no hay tiempo para los miedos.
Damos esos primeros pasos con lentitud, con la emoción contenida y compartida con mi amigo Abe, con Jan, con Halfon, con Raúl perdido de mi vista, al igual que Miguel, y con un montón de locos; recorro ese primer kilómetro en compañía de mis amigos, es una costumbre que me gusta cumplir, después ese apretón de manos que hace de despedida, “buena suerte”;y me voy por la estrechez de la calle Colón, ya no volveré a mirar atrás, la calle Mayor, me turba el corazón,mientras la calle Gobernador, calma el ánimo, fija las primeras prioridades, plaza Puerta del Sol, “¿en Castellón?”, la calle San Vicente nos lleva de nuevo al Paseo Morella y de ahí a la zona universitaria, y vuelta al centro de la ciudad, a la estrechez de esas calles que hacen más complicado correr; ahora corremos kilómetros en dirección al grao, ya van nueve y alcanzo el globo de 03:45, voy cómodo, me entra la duda, no sé qué hacer, sigo o me quedo a su amparo, decido aguantar en el seno del grupo y dejar correr estos kilómetros de asquerosa monotonía, solo rota por el volver de los corredores que nos preceden; llegamos al grao, kilómetro 13, y sigo refugiado en el numeroso grupo, voy relativamente tranquilo y en tiempos del objetivo, de ese sueño, lo que hace que me vuelva a plantear la estrategia, “¿qué puede pasar si arriesgas?”; y en el kilómetro catorce fuerzo la apuesta, arriesgo y abandono ese grupo, los dejo unos metros, lentamente, muy despacio.Castellón nos recibe de nuevo, el ánimo de la gente levanta el nuestro, siempre bajo la atenta y amenazante mirada del monstruo del kilómetro veinte, grande, muy grande, lo miro y miro el crono, el objetivo se me está yendo por dos minutos, pero no pasa nada hay margen; cruzamos la media y volvemos hacía ese ser gigantesco, lo miro, lo veo sin querer; otra vez las calles estrechas, ahora más llenas de gente, llenas de un apoyo que hacen el correr más fácil; el kilómetro 26 nos deja a merced de otro desierto, otra vez kilómetros por terrenos desangelados, a mi espalda oigo la algarabía del gran grupo, la he oído desde que lo abandone, nunca conseguí abrir demasiado hueco, pero tampoco nunca caí en el desánimo; y llega el kilómetro veintinueve, el kilómetro en que el grupo me alcanza y me rebasa, me agarro a él con uñas y dientes, pero no es suficiente, y se van, poco a poco pero se van; no me inquieta, soy consciente de que mi ritmo ha caído, pero sigo estando ahí, acomodo la marcha al nuevo escenario y dejo que los kilómetros pasen; otra vez el centro de Castellón, el 35, la gente volcada con los corredores, gritando sin descanso, llevándonos en volandas aunque solo sea unos metros; 36, me cruzo con Jan, “llego aunque sea andando” me dice; 37,veo a Abe, “vamos que lo tienes”, se que va a hacer un marcon; 38, los inquietos automovilistas nos apremian con sus claxon, “tendrán prisa”; 39, 40, 41, aún puedo recoger un pequeño premio, mejorar mi marca, o eso creo, aprieto, aunque a estas alturas es mucho decir, último giro y la meta a tiro de piedra, y a reventar de gente, última mirada al reloj para comprobar que el sueño se ha esfumado, el mejor y el otro, pero nadie me va a quitar este momento, veo a Ángeles, nos sonreímos, me encamino hacía ese pasillo que apenas deja que lleguemos a meta, últimos metros, últimos sueños antes de la victoria, de mi victoria, y de la de todos los que llegaron; traspaso esa divina raya, 03:46:29, feliz, muy feliz.
Atropelladamente estiro, repongo fuerzas y me voy en busca de Ángeles, a esperar la llegada de mis amigos y ver que todos, uno a uno, han conquistado Castellón; todos somos hoy un poco más felices, seguro.

jueves, 9 de diciembre de 2010

DOS DÍAS PARA SOÑAR

Entre fiesta y fiesta va transcurriendo la semana y con ella los entrenamientos que a ritmos tranquilos van calmando la ansiedad de querer llegar al día de Castellón antes de tiempo.
Hoy finalizo las tres salidas previstas para la semana, se acabó; han sido, como ya indique antes, rodajes tranquilos y cortos, no más de una hora, y es que ya no merece la pena forzar y además sería desacertado.
Si, se acabaron los entrenamientos, esos entrenamientos largos en soledad, esos entrenamientos de series, en ocasiones forzadas; entrenamientos que creo me llevan a Castellón en buenas condiciones y con ganas de hacer un buen maratón.
Ahora por delante dos días para soñar y para terminar de planificar la carrera, para templar el ánimo y aplacar el ímpetu, para repetir una y otra vez:“la carrera es larga, tranquilo”, para dejar que la mente viaje una y otra vez sobre esos grandiosos cuarenta y dos kilómetros.
Y después del sueño, el despertar del domingo, la hora de la verdad, la hora de ver cumplidos nuestros sueños o la hora de ver esos sueños rotos.
Suerte a todos y que al acaba la carrera nadie tenga pesadilla
s.

domingo, 5 de diciembre de 2010

A UNA SEMANA: CASTELLÓN

Al mismo tiempo que tomaba la decisión de acudir a Castellón me involucraba en un plan de entrenamiento de doce semanas; hoy termina la semana número once, solo falta una para la cita; hoy también se cumplen dos semanas del abandono de ese plan (las mismas de mi apagón informático), para volver al mío, al que me ha dado resultado en otras ocasiones y en el que me encuentro muy a gusto; un plan en el que tienen prioridad las sensaciones y el descanso.
Y esta semana, cuando ya queda tan poco, es cuestión de no estropear las cosas, así que las salidas han ido encaminadas a recuperar el esfuerzo y a buscar buenas sensaciones; empiezo el entrenamiento semanal el lunes, con una tirada de doce kilómetros (aproximadamente), bajo el amparo de la noche, con tranquilidad y sin forzar, cogiendo aire durante sesenta y un minutos.
El martes y miércoles doy paso a la otra prioridad, el descanso; y continuo recuperando sensaciones el jueves, en compañía de mi hija, que vuelve a las andadas, mismo recorrido que el lunes, y sesenta y tres minutos de noche, frío y nieve.
Vuelvo el viernes a la fría noche, a trotar plácidamente durante cincuenta y nueve minutos.
Y termino la semana, con la tirada larga del domingo, la última, y quizás la más importante; mañana desapacible, con un cielo gris plomizo, y un paisaje de un verde desgastado por el otoño, acompañado por un rio cristalino, y de un silencio de soledad, solo roto por el golpeteo de mis zapatillas y los latidos de mi corazón; veintidós kilómetros y ciento veinte minutos de buenas sensaciones; veintidós kilómetros y ciento veinte minutos más cerca del objetivo.
No quiero terminar sin recordar Málaga, mañana estará en el pensamiento de muchos de nosotros, ya que por sus calles se correrá su primera maratón, y seguro que algún amigo estará batiéndose el cobre; suerte para todos ellos, y en especial para Miguel que intentará bajar de 3h30´, y para Ángel que se enfrenta, si no me equivoco, a su 121 maratón.

lunes, 22 de noviembre de 2010

SEGUIMOS

Erineo Cabrillán, mentor de voces ajenas bajo el sol del mediodía, se pasa su pañuelo por la frente, observa un trabajoso escarabajo que cruza el camino y pregunta al agrimensor:

-¿Sigo? (“Las elipsis del cronista” de Pablo Andrés Escapa); así empezaba la entrada que hace tres semanas quedo atrapada para siempre en el interior de mi cabeza o de mi ordenador (ya, qué mas da); pero hoy puedo contestar a Erineo, y le puedo decir que he seguido entrenando, más o menos bien, y que he seguido pensando en Castellón; y le puedo confesar, si aún no lo sabe, que en estos momentos me encuentro cansado muscularmente, muy cansado, pero con las cosas bastantes claras; y le puedo contar que a falta de tres semanas tengo claro, más o menos, lo que quiero hacer el día de carrera; y también le puedo decir que faltan tres semanas para la gran cita, que hoy he empezado la décima semana del plan, y que debido a la fatiga he recortado el rodaje, pero que esos diez minutos los recuperaré el viernes, que no he querido forzar porque creo que el trabajo ya esta hecho y que el tiempo que queda será para asimilar ese trabajo y llegar a Castellón descansado, y que a pesar del cansancio me encontrado cómodo.

En este tiempo de ausencia, y también lo sabe Erineo, he tenido presente las carreras que muchos de vosotros habéis corrido, sobre todo el maratón de Zaragoza, y que procuraré ponerme al día.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

CORRER ES VIVIR

No suele ser habitual, a Dios gracias, pero en ocasiones el corredor popular siente la arrogancia del corredor de élite, la indiferencia del organizador de la carrera y el desprecio del público, “pobre, para qué corres si vas a llegar el último”.
“¿Pobre de mí?, pobre de vosotros”; no me tengáis lástima por hacer lo que quiero; por llevar el correr en la cabeza y en el corazón; por trasladar los valores del deporte, solidaridad, amistad, lucha, sacrificio, a mi vida cotidiana.
“¿Pobre de mí?, pobre de vosotros”; no sueño cuando corro, quizás antes, quizás después, tengo los pies en la tierra, pero cuando corro sufro, amo, rio y lloro, y siento rabia y alegría, y oigo como late mí corazón, me siento vivo.
“¿Pobre de mí?, pobre de vosotros”; correr no es todo en la vida, lo sé, pero cuando corro estoy cerca de miles de seres que sienten, como yo, que su vida esta incompleta si no corren.
Así que cuando veas a un corredor popular arrastrar sus pies hacía la meta, a cualquier corredor, piensa “¿Pobre él?, pobre de mí, él al menos tiene una meta".

sábado, 6 de noviembre de 2010

RE-VERSOS: DE MARCOS ZAPATA

Ladrar a la luna

¡No desmayes jamás ante una guerra
de torpe envidia y miserables celos!
¿Qué le importa a la luna, allá en los cielos,
que le ladren los perros de la tierra?

Si alguien aspira a derribarte, yerra
y puede ahorrarse inútiles desvelos;
no tan pronto se abate por los suelos
el Escorial que tu talento encierra.

¿Que no cede el ataque ni un momento?
¿Que a todo trance buscan tu fracaso?
¿Que te cansa el luchar...? ¡No lo disputo!

Mas oye, amigo, este refrán de paso:
¡Se apedrean las plantas que dan fruto!
¿Quién del árbol estéril hace caso?

Marcos Zapata

martes, 2 de noviembre de 2010

PEREGRINO POR UN DÍA

La carrera de relevos Camino de Santiago entre Astorga y Ponferrada nos daba la oportunidad de ser peregrino por un día, de sentir lo que miles de personas han sentido durante siglos, ¿quién no tiene entre sus retos hacer el Camino de Santiago?; así que cuando tuvimos noticias de la carrera empezamos a formar los equipos para la aventura, a repartir los tramos que cada corredor-peregrino haría, no hubo problema en ello, a mí, a petición propia, me correspondió el primero.
La plaza mayor de Astorga era un hervidero, corredores y familiares vivían una situación atípica; la hora de la salida se acercaba y no todos se estaban preparando para ese momento, unos calentaban y otros animaban a la espera de que más adelante les llegase su turno.
Y a las 10:00 horas (más o menos) del día treinta y uno de octubre de dos mil diez empezaba mi peregrinaje; zancada a zancada dejaba las calles de Astorga para ir adentrándome en el Camino; los primeros metros son favorables y me sirven para ir cogiendo aire, pronto empezará la suave pero constante subida que no me abandonará en toda la etapa; la carrera se va estirando, corremos por la derecha de la carretera, los claxon de los coches suenan una y otra vez, mezclándose con los gritos de ánimo de sus ocupantes, familiares y amigos, y el resto de los componentes de los equipos que se dirigen a sus puntos de salida, Rabanal del Camino, Acebo o Molinaseca; pasado el primer avituallamiento (¿kilómetro cinco?), empiezo a tener malas sensaciones, me atranco y no pillo el ritmo de respiración, “no pienses, no estás aquí para sufrir, disfruta”; procuro agarrarme a los corredores que me adelantan, o al menos seguirlos durante unos metros a la espera de que esas sensaciones sean pasajeras; atrás quedan Murias de Rechivaldo y Castrillo de los Polvazares, poco a poco vuelvo a la normalidad, la respiración va al ritmo de las piernas que ya se han adaptado a la pendiente; en el kilómetro ocho, después de un giro a la derecha, nos empieza a entrar el viento de costado, lo que hace en ocasiones el correr complicado; llegamos a Santa Catalina de Somoza donde sus habitantes y el sonido de sus campanas nos acompañan mientras recorremos sus calles; vuelvo a soñar, vuelvo a los
sentimientos de esos miles de peregrinos; los kilómetros se suceden, atravesamos el pueblo con el curioso nombre del Ganso, el cansancio hace mella en nuestro ánimo, el fuerte viento que nos golpea de frente amenaza con arrebatarnos las últimas fuerzas; la temperatura ha bajado y una suave lluvia empieza a caer sobre nosotros; Rabanal del Camino a la vista, ya nada importa, solo llegar, subo la empedrada calle principal, primero me recibe mi ángel, aliviada, seguro, con su sonrisa, y después mi meta, el final de mi camino.
Pero aún no ha acabado la historia de este camino, en compañía de Ángeles, me dirijo hacía Acebo, final de la segunda etapa; el día empeora a media que subimos a Foncebadón, frío, niebla y lluvia son ahora los compañeros de los corredores; paso a Pablo y Amador, a quienes esperamos en su meta Acebo.
Continuamos el camino y salimos de Acebo en busca de Molinaseca, donde Susana y Mauri terminaban su etapa.
El grupo aumenta y seguimos hacia Ponferrada; allí Lorenzo, Miguel y Sonia daban por terminado el camino, ese Camino que yo había empezado en Astorga.
Hoy he sido, hemos sido, peregrinos por un día.

domingo, 31 de octubre de 2010

Carrera de relevos del Camino Santiago entre Astorga y Ponferrada: Por Ángeles

El grupo a la espera de la salida de los primeros relevistas.

Hoy fueron también Camino....

...como Ellos.

Saturnino acabando su Camino (primer relevo).

Pablo bajo la lluvia con la protección de la Virgen.

Alineación al centroSonia disfrutando del Camino (quién te ha visto y quién te ve).

viernes, 29 de octubre de 2010

A MEDIO CAMINO

Esta semana el plan para llegar a Castellón en las mejores condiciones atraviesa el ecuador; paso siempre importante, bien sea porque ya has recorrido la mitad del camino o porque solo te queda la mitad de él (depende como veamos la botella); es tambien el momento de hacer un primer balance, de comprobar si todo va como lo habíamos planeado, de ver si aún tenemos fuerza para seguir luchando por el objetivo que nos habíamos planteado, y si seguimos con la misma intensidad o si revajamos la misma.
Creo que hasta la fecha he entrenado bien, sin prisas y con la constancia necesaria para llegar a buen puerto, que no es otro que lograr bajar mi marca en maratón.
La semana deja, hasta el momento, dos rodajes, uno de sesenta y cinco minutos y otro de cincuenta, más otra salida de series, en esta ocasión 4x2000; si, me falta aún la tirada la larga, la del domingo, ya lo sé, pero ésta será especial, estaremos en Astorga, donde tiene lugar la salida de la I carrera por relevos del Camino de Santiago, entre Astorga y Ponferrada; los equipos estarán formados por cuatro miembros, aunque también se puede participar de forma individual y hacer un solo tramo; yo me encargaré del primer relevo, y correré entre Astorga y Rabanal del Camino; unos 21 kilómetros separan ambas localidades; después a esperar al resto de compañeros y a disfrutar de su compañía.
Perfil 1ª etapa Astorga-Rabanal del Camino

lunes, 25 de octubre de 2010

Otra más o otra menos (depende como se mire)

Seguimos adelante, quemando semanas, quemando etapas; el primer objetivo de esta nueva semana era recuperar el esfuerzo de las dos anteriores, de las dos intensas carreras vividas; no ha sido fácil, pero con el discurrir de los días las molestias iban desapareciendo, dando paso a las sensaciones que hacen ameno el correr.
Para ayudar a esa recuperación cambie el entreno del lunes para el martes, algo que tampoco pejudica mucho el plan (creo) y que suelo hacer la semana en que coincido con Sonia; así que el martes, en su compañía, salí a rodar, a ritmo tranquilo, sin pretensiones, durante sesenta y dos minutos.
El miércoles, casí sin tiempo para pensar, vuelvo a calzar las zapatillas, me esperan mis queridas series, único entrenamiento que no he variado desde que empece la cuenta atrás para Castellón; hago el calentamiento con Sonia, y después cada uno se va a hacer lo que tenía programado, ella cuestas y yo cambios de ritmos, o sea ella a los pinos y yo a la granja; hoy quizás, desde que empece con las series, ha sido el día que más me ha costado cumplir lo programado, acabando más cansado de lo que debería, pero con la satisfacción de no ceder a los cantos de sirena.
El jueves descanso, un descanso que mi cuerpo seguro ha sabido agradecer, y que ha hecho que el viernes las sensaciones fuesen agradables, y las pequeñas molestias de las piernas fuese un mero recuerdo; salida que también realice en compañía de Sonia, y creo que de todos los corredores de León (Dios mío, que transito).
El domingo, el día de la tirada larga, con Sonia, como no, disfrutando de un sol apagado que nos deja una temperatura agradable para correr, a un ritmo relajante y tranquilo, sin pretensiones, solo correr.

Y ahora a por otra semana en la que al final de la misma se encuentra otro pequeño reto: I carrera de relevos entre Astorga y Ponferrada por el Camino Santiago.

sábado, 23 de octubre de 2010

martes, 19 de octubre de 2010

La Bañeza, otra historia

Si es que no estamos a lo que estamos

Yo soy más de verbo que de sustantivo”; esto qué tiene que ver con la media de La Bañeza, os estaréis preguntando; pues mucho o nada, o depende, pero tenía que empezar así; por qué, pues por mi cosas, por las nuestras, o simplemente porque sí; explicarlo es complicado, aunque más complicado es saber lo que quieren decir con esa expresión, aunque Ángeles parece que lo tiene claro.
Pero la verdad, sí tiene mucho que ver con La Bañeza, con esa carrera, con la amistad, con los amigos que he hecho corriendo, con la complicidad; con esa complicidad que carrera a carrera, año a año nos va acercando.
Para mí la media de La Bañeza no son solo 21095 metros, no es una media cualquiera, es algo más, en ella se aúnan muchos sentimientos; señalada en mi calendario como cita especial, no por tener en ella mi mejor marca, no por correr como en casa, que bien podría ser, sino porque durante este fin de semana nos reunimos los amigos del Nunca
Correrás Solo, los de León con los de Madrid, o viceversa, amigos para correr, amigos para pasarlo bien, amigos para siempre, y otros amigos como Jan y Raquel.
Y con esos sentimientos llegamos a La Bañeza, con el tiempo suficiente para ver salir a los andarines y a los patinadores, para despedir a los amigos que se han inclinado por esas modalidades; el cálido ambiente que se respira en la zona de salida contrarresta el frío que a esa hora nos deja la mañana; frío que combatimos al refugio de un café, entre animada charla y sentidos saludos, demorando el momento del calentamiento todo lo que podemos.
Pero por mucho que queramos demorar los acontecimientos, no podemos parar el tiempo, y el momento de la salida se acerca, llega, y todos dispuestos, y a toque de silbato, emprendemos la marcha; tengo claro el planteamiento, el ritmo de carrera, no quiero dejarme llevar por el subidón de la salida, o lo que es lo mismo, no deseo sufrir; así que después de unos primeros metros al lado de mi hija, de esos últimos consejos, a los que quizás no haga caso, acoplo mi ritmo a los de mi planteamiento, y me alejo intranquilo por ella pero con mi tranquilidad; y al lado de Mauri transcurren los primeros kilómetros, de ligera subida, algún repecho más o menos duro, todo depende de donde se mire; la carrera después de esos repechos se ha estirado y cada uno va colocándose en su posición natural, y los compañeros de viaje empiezan a ser los mismos; los kilómetros van cayendo de mi lado, las sensaciones no son malas, pasamos el kilómetro diez y hay que exprimirse un poco, no cambio los planes, ya estaban en mi cabeza, y hoy manda ella; voy disfrutando, de la carrera, de la compañía, de esos campos que se extienden ante mí, siempre ilimitados, viajo a través de ellos, paso a paso, zancada a zancada, voy acercándome hacia mi meta, hacia la meta; disfruto de la visión del arco final, y gozo cuando lo cruzo; el crono, mi crono, 1h45´15´´.
Recojo como puedo (solo tengo dos manos) todo lo que me dan en meta; pillo aire; busco a mi ángel de la guarda, Ángeles, recibo mi beso de campeón y me voy a por Sonia; deshago el camino, con incertidumbre y con esperanza, hasta su encuentro; viene escoltada por Abe, ¿qué tal?, ¿bien?, no necesitaba preguntar, la respuesta la reflejaba su rostro; retomo el trote a su lado, dando unos ánimos que hoy están de más.
Pero aún no había terminado el día, y como suele ser habitual nos reunimos para dar cuenta de una agradable comida, donde siempre afloran mil y una locuras, y mil y un recuerdos.
Aquí, nos vamos centrando un poquito

Y para terminar agradecer los ánimos de Ana, y de Ángeles, y de Sandra y familia, y la presencia de Abe, Jan, y Raquel; además de haber echado de menos a unos cuantos amigos, que a buen seguro estuvieron en alma con nosotros.
Y aquí acaba una historia difícil de contar y llena de buenos momentos.

domingo, 17 de octubre de 2010

XII media maratón Vía de la Plata: Por Ángeles

Sonia y Saturnino: Ellos me llevaron a La Bañeza
La espera así es más llevadera
Que corran ellos
Una sonrisa: Lo dice todo
Fin de fiesta

viernes, 15 de octubre de 2010

Parada obligada

Los entrenamientos de esta semana, que bien podría llamar “semana puente”, por transcurrir entre los diez kilómetros de León del pasado domingo y la media maratón de La Bañeza de éste próximo domingo, han variado algo lo programado, aunque solo un poquito.
La salida del lunes fue algo más larga, recuperando el tiempo que el domingo había hecho de menos, y más exigente de cómo la tenía que haber hecho, pero la rabia interior me pedía ese esfuerzo, no por castigar al cuerpo, sino por desahogarlo; el miércoles, el día de las series (sigo con ellas), no hubo cambio de planes y todo aconteció según lo previsto; hoy viernes, me incline por pensar en los veintiún kilómetros del domingo, haciendo una tirada corta, intentando llevar el ritmo que me gustaría tener durante la carrera; y ya, el domingo, la tirada larga será en carrera, en la XII media maratón Vía de la Plata, lo que sin duda hará que el ritmo sea más vivo y suba el nivel de exigencia.
Y ahora, cambiando de tema, me gustaría hacer un par de puntualizaciones sobre la organización de los diez kilómetros de León, que se celebró el pasado domingo (10-10-2010); sin ánimo de entrar en polémica, y vaya por delante que para mí fue casi perfecta, solo le pongo dos “peros”, aunque de fácil solución; el primer “pero” lo encuentro en la salida, no se puede poner en el mismo montón a los que van a hacer los diez kilómetros que los que van a hacer los dos, o antes o después, no juntos; y el segundo “pero” lo sitúo en la línea de meta, en la que habiendo sitio nos metieren en el embudo de la calle Sierra Pambley; y salvo estos dos “peros” la organización de 10.

lunes, 11 de octubre de 2010

DIEZKM CIUDAD DE LEÓN: EL MEJOR ESCENARIO

El teatro del atletismo popular montaba de nuevo su escenario en la ciudad de León, y para esta ocasión la obra elegida tenía por título “DiezKm Ciudad de León”, primera vez que se representaba en esta bonita ciudad.
Los papeles protagonistas se los dieron a actores foráneos, que aunque no eran de relumbrón, cumplieron con lo que de ellos se esperaba, ganar; los actores secundarios, la mayoría locales, no fallaron y su actuación estuvo a gran altura; pero los que no fallaron y dieron un verdadero recital fueron los cientos de figurantes que participaron en la obra, mostrando lucha, coraje y espíritu de superación, y fueron los que a la postre se llevaron la mayoría de las ovaciones de un público entregado.
Al final tanto organizadores, como actores y público quedaron satisfechos, siendo todos emplazados para las posteriores representaciones que a buen seguro se volverán a hacer en este grandioso escenario.
En cuanto a mi participación en los actos, fue la de mero figurante, pero eso sí, comprometido con la causa; y así, con ese compromiso y desoyendo los consejos de mi cabeza, salí a por todas, tomando el mando en ese momento mi corazón; quería hacerlo bien en mi tierra y bajar un crono que alguna veces se me antoja imposible, pero aún así hay que intentarlo y qué mejor que en casa.
Salgo bien y en los dos primeros kilómetros voy dentro del objetivo; en el tercero sigo estando ahí, pero empiezo a notar que las piernas no van todo lo frescas que yo quisiera; ya en el cuarto cada zancada que doy me aleja un poco del sueño de hoy, mientras el quinto lo hace del todo, por lo que ya decido, o lo ha decidido la carrera, que tenemos que actuar con cabeza, así que ya desde aquí busco un ritmo más o menos cómodo y me dejo ir; ya estamos en el kilómetro siete y volvemos a las calles de la ciudad, lo que hace más llevadero mi pequeño calvario, los kilómetros finales van cayendo por inercia, por su propio peso, y aunque cansado, intento disfrutar de la subida de la calle Ancha, de ese giro a la izquierda previo a la meta y de esa vista de la Catedral, siempre inmensa.
El tiempo de 48´33´´ en que se para mi crono, no me ha dejado para nada satisfecho, pero es lo que hoy ha tocado; aunque también es cierto que ha sido el único sabor amargo, porque el poder compartir carrera con cada vez más amigos me llena de satisfacción.
Y ya para terminar, agradecer el apoyo de mi ángel de la guarda, Ángeles.

sábado, 9 de octubre de 2010

RE-VERSOS: DE JOSÉ SANTOS CHOCANO


"Nostalgia"

Hace ya diez años
que recorro el mundo.
¡He vivido poco!
¡Me he cansado mucho!
Quien vive de prisa no vive de veras,
quien no echa raíces no puede dar frutos.
Ser río que recorre, ser nube que pasa,
sin dejar recuerdo ni rastro ninguno,
es triste y más triste para quien se siente
nube en lo elevado, río en lo profundo.
Quisiera ser árbol mejor que ser ave,
quisiera ser leño mejor que ser humo;
y al viaje que cansa
prefiero terruño;
la ciudad nativa con sus campanarios,
arcaicos balcones, portales vetustos
y calles estrechas, como si las casas
tampoco quisieran separarse mucho...
Estoy en la orilla
de un sendero abrupto.
Miro la serpiente de la carretera
que en cada montaña da vueltas a un nudo;
y entonces comprendo que el camino es largo,
que el terreno es brusco,
que la cuesta es ardua,
que el paisaje es mustio...
¡Señor! ¡Ya me canso de viajar! ¡Ya siento
nostalgia, ya ansío descansar muy junto
de los míos!... Todos rodearán mi asiento
para que les diga mis penas y mis triunfos;
y yo, a la manera del que recorriera
un álbum de cromos, contaré con gusto
las mil y una noches de mis aventuras
y acabaré en esta frase de infortunio:
¡He vivido poco!
¡Me he cansado mucho!

José Santos Chocano

miércoles, 6 de octubre de 2010

A CUATRO DÍAS

El próximo domingo los corredores populares leoneses volvemos a estar de enhorabuena, veremos el nacimiento de una nueva carrera, los 10 kilómetros de León, donde decenas de atletas darán colorido a sus calles, siendo nuestra grandiosa catedral, lugar de la meta, testigo del esfuerzo de todos ellos.
Yo, mientras, como un mero testigo, dejo transcurrir estos últimos días, y sigo con el trabajo programado para Castellón, no quiero cometer los mismos errores que en el pasado (un pasado demasiado reciente); sin apenas variaciones he completado las dos primeras salidas semanales, ayer con un rodaje de cincuenta y ocho minutos, y hoy, bajo una fina lluvia, con el entreno de series (aún sigo con ellas); ya para la tirada del viernes pensaré un poco en los diez mil y además de rebajar la intensidad acortaré el tiempo de entrenamiento, y así el domingo intentar estar un poco a la altura de la cita.

lunes, 4 de octubre de 2010

SIGUE EL CAMINO…

… directo a Castellón, objetivo de esta parte de la temporada; diez semanas por delante, y dos semanas que quedan atrás, en las que he cumplido el plan que me impuse, casi a rajatabla, sobre todo en lo que se refiere al día de series, mi gran talón de Aquiles.
Es un plan que en absoluto me obsesiona, algo que por vuestros comentarios a mi entrada anterior parece que di a entender; lo seguiré siempre que siga disfrutando corriendo, y si tengo que cambiar días de entrenamientos o rodajes lo haré sin problema alguno, manteniendo invariable los días de descanso.
Ayer sin ir más lejos, modifique el plan para acudir a la quedada difundida por el “blog mediamaratonleon” y por el periódico local “la Crónica de León”, en la que recorreríamos los diez kilómetros a los que nos enfrentaremos el próximo domingo 10/10/10. Una quedada donde disfruté de correr entre amigos, lo de menos era el recorrido, todos los que allí estábamos lo conocemos de sobra. Esta semana, a pesar de la cita del próximo domingo, no tengo intención de modificar el plan, y simplemente me situaré en la línea de salida con la intención de hacer un entrenamiento de calidad, y de divertirme corriendo por las calles de León.

viernes, 24 de septiembre de 2010

CAMINO A CASTELLÓN

Sale de su mundo de sueños, “Cuentos” de Chejóv; con su imagen de la Pilarica, conquistada en dura lucha a orillas del Ebro; él que iba para calendario y se convirtió en fiel marca páginas; él que tiene señalado en circulo rojo el día veinte, día del principio de un plan que en doce semanas me llevará a correr a Castellón; un plan, Dios mío, los que me conocen piensan que no va a llegar a buen puerto, sería el primero, y con sus certezas y mi incertidumbre he dado los primeros pasos de plan, que aunque no haga milagros espero cumplir hasta el final, y no por llevar la contraria.
Aunque la sola lectura de las claves para que éste tenga éxito no haga más que generar dudas, puedo estirar y hacer abdominales al iniciar y al terminar los entrenamientos, en esto no hay problemas; puedo hacer rodajes lentos, y más lentos si fuera necesario; puedo cambiar los días de entrenamiento, siempre que respete el día de descanso después del entreno de calidad, pero nunca debo juntar tres entrenamientos seguidos, ¡Nunca¡, recalca el plan, pero entonces no entiendo por qué en la octava y décima semana tengo cuatro días seguidos, quizás yo no entienda el significado de ¡Nunca¡; y el remate final, tendré éxito si lo sigo a pies juntillas, si no se curan en salud, será un fracaso y yo un fracasado claro, y la culpa será mía; y desde un principio saben que para un popular es imposible llevarlo hasta las últimas consecuencias.
Aunque una cosa tengo clara, con plan o sin plan estaré en Castellón corriendo su maratón.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

XII SUBIDA AL NARANCO: MI HISTORIA

“En el puerto de Pajares León y Asturias se abrazan porque son tierras hermanas”, decía una canción del malogrado cantante leonés Roberto Rey; y con ese cariño encaminamos nuestros pasos a Asturias, a Oviedo, al Naranco; al reencuentro de viejos amigos, como José, quien un día me sorprenderá y vendrá a León; a todo lo que envuelve nuestras carreras: esa recogida de dorsales, ese café tomado en el bar de siempre, esa charla mientras calentamos al trote, esa espera “tensa” del momento de la salida, ese pistoletazo que nos devuelve a la cruda realidad.
Y ese momento siempre llega, y con la precaución de no tropezar con nadie empezamos a correr; la estrechez de la calle no permite otra cosa que no sea seguir el ritmo de los que me preceden, con la tranquilidad que durante dos kilómetros, casi tres, nos da la carrera, y con la tranquilidad de conocer el recorrido; visualizando la carrera, como le gusta a mi amigo Ángel, aprovecho la tregua para ir cogiendo un buen ritmo de carrera, sin volverme loco, lo que malgaste ahora me hará falta más tarde; “en aquél giro a la izquierda se acaba lo bueno”, y antes de darme cuenta aparece la primera rampa, la única diría yo, a partir de aquí toca regular y luchar, agachar la cabeza, mirar hacía arriba, sufrir y disfrutar del entorno, me adapto bien a la subida; de ir en grupo pasamos a ir en fila; llego al kilómetro cinco, donde empiezan las rampas más duras, pero al mismo tiempo uno de los puntos más bellos de la carrera, a la izquierda Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, joyas del prerrománico, recuerdos de una lejana época estudiantil; recuerdos y estampas que me devuelven a la realidad de la subida, el sudor resbala por mi frente, el calor aprieta; kilómetro seis, me aferro al ritmo, a los compañeros de viaje, la impresionante vista de Oviedo me distrae, busco la silueta de San Julián de Prados, otra joya prerrománica, no la encuentro; kilómetro siete, todo un poco más cerca, todo más a mi alcance, o eso me parece a mí; alargo la zancada, como si esa maniobra transformara la subida en un suave descenso hacia la meta, y el esfuerzo en satisfacción.
Ya en la meta, todo parece de otro color, todo ha merecido la pena; recuentro con Ángeles, con su beso, con José, y con Ana, y con Mauri, sensacional en su primer Naranco, y con Gargar, cuarto en la general; con los cambios de impresiones, y con los inevitables hasta la próxima carrera.
Abandonamos el Naranco, pero no Oviedo, antes de regresar a León tengo que compartir mesa y mantel con mi amigo José y su señora; mesa a la altura de la tierra asturiana.
Y con esta subida dejo un poco las carreras de montaña, las próximas citas creo que no serán tan exigentes, al menos en lo que a la orografía se refiere.

domingo, 19 de septiembre de 2010

XII SUBIDA AL NARANCO: POR ÁNGELES

Mauri y Saturnino esperando el momento de la salidaDurante el esfuerzo de la subida se divisa todo Oviedo
Mauri llegando a meta
Saturnino 48´57´´ después de inciar la carrera

Vista desde la meta

sábado, 18 de septiembre de 2010

VOLVEMOS A ASTURIAS

Sí, volvemos a Asturias, algo siempre grato, por el trato que recibimos y porque se come de maravilla; aunque antes de disfrutar de sus buenas viandas tendremos que correr.
La cita tendrá lugar el domingo y será en la XII subida al Naranco; carrera que ya he corrido en cuatro ocasiones, aunque ahora llevaba dos años sin acudir a la cita, pero este año me apetecía volver; la alternativa para el fin de semana era la media de Valladolid, pero en estos momentos no tengo la cabeza en esa distancia.
La prueba consta de ocho kilómetros, los dos primeros llanos y los seis restantes de dura subida, creo recordar que al menos en dos de sus rampas; rampas desde las que se divisa la ciudad de Oviedo (si la niebla no lo impide) y que transitan por los monumentos del prerrománico Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, algo digno de ver.

lunes, 13 de septiembre de 2010

NO HAY NADA MEJOR

Así es, y para disfrutar de esos retos, de esos objetivos con los que nuestro cuerpo siente algo muy especial, no hay nada mejor que correr; “¿para hombre y saborea un poco las carreras?” me dijo mi vecino Anselmo el pasado domingo mientras me disponía a iniciar un suave rodaje, “eso es precisamente lo que voy a hacer” le contesté; y eso es lo que hice, correr; correr con la mente puesta en los recuerdos, atrapando las vivencias que aún flotaban en mi cabeza para que se quedasen siempre en mi interior.
Y con esa premisa, la de disfrutar, empecé los rodajes semanales (esta vez el domingo) con una suave sesión matinal de veinticinco minutos, acompañada de ligeros estiramientos; para por la tarde volver a La Candamia, pero esta vez caminando, y sentir que mis piernas viven.
El lunes, después de la recuperación de ayer, realice el entrenamiento normal, cincuenta y dos minutos, sin apenas sentir molestias y con muy buenas sensaciones; la verdad es que no me extraña, ya que este año, aunque el resultado después no fue el que yo esperaba, llegaba al Anglirú en buena forma, pero hay días.
El martes me tome un pequeño respiro, y no por hacer caso a mi vecino, sino por no pasarme.
El miércoles es el día que el plan que tengo sobre la mesa, y que debería empezar el día 20, tiene dedicado a las series, así que quizás por empezar a acostumbrarme o a mentalizarme, y contando con la compañía de Sonia, que también las tiene en su plan, nos encaminamos a hacer 7x500+1´rec, más el consabido calentamiento y el merecido descanlentamiento; decir que las hice, y como hay que hacerlas, de más a menos, y que me siguen aburriendo, pero.
El jueves, aprovechando el buen tiempo cogí la bicicleta, para recorrer con Ángeles una distancia de 19 kilómetros; el caso es no parar.
El viernes, tengo previsto hacer una tirada de cuestas, así que nada mejor que acudir a los pinos, donde hay cuestas para dar y tomar, además de bonitos recorridos; coincido de nuevo con Sonia, en horaria y en ruta, así que juntos rodamos durante sesenta y tres minutos.
El sábado y por no parar vuelvo a la bicicleta y a la compañía de Ángeles, para acabar una placentera salida en 23 kilómetros.
Y así acaba una semana en la que he vivido una y otra vez el recuerdo de una bonita carrera.