Se puede ver la vida de muchos
colores; si todo va bien la vemos de color rosa, si todo va mal la vemos de
color negro, y si el domingo en los 10 Km Universitarios Ciudad de León la
viste de color morado.
Y así, de morado y con ganas de
disfrutar de la carrera me presento en la línea de salida. No tarde mucho en
deshojar la margarita y tras una breve reflexión conmigo mismo y con el
destino, decido correr tranquilo, y que mejor ocasión que hacerlo junto a los
muchos amigos que, como yo, han decidido acompañar a la nota discordante, la
camiseta amarilla de los 50 minutos, que tan alegremente lleva nuestro amigo
Arsenio.
Esperamos la salida animados por
el speaker, suben los decibelios, la música mueve nuestros pies, manos en alto,
y nos vamos tras la camiseta amarilla. Tropezones por aquí y por allá, con cuidado
y, lo dicho, sin prisas. Calentando motores y regulando el ritmo salimos de la
zona universitaria, para ir dejándonos caer hasta la conocida Granja y la
Candamia; vamos bien, como no podía ser de otra manera, siguiendo a nuestra
camiseta amarilla; de la zona de recreo nos vamos adentrando en la ciudad,
Chantria, San Francisco y ya respiramos el aroma de la calle Ancha, hoy con
poco gente dando ánimos, antes de llegar a nuestra Catedral; esto se me está
haciendo demasiado corto; el grupo de amigos comandado por Arsenio sigue
compacto, siendo adelantados por los que tienen fuerza y quieren bajar de la
barrera de los 50 minutos; atrás dejamos el barrio de La Palomera para llegar a
las puertas del Campus de Vegazana, ahora sí, cuesta bajo los adelantamientos
se suceden, respiraciones agitadas y entrecortadas, la recta antes de entrar en
la pista de atletismo, para recorrer esos últimos metros con la vista puesta en
el crono, viendo como paso a paso nos acercamos al objetivo, a cruzar la meta
en 49:59. Quizás nunca un globo ha entrado en meta tan acompañado; quizás
nuestro amigo Arsenio haya hecho historia.
Me sentí raro sin mi camiseta
naranja del “Nunca correrás solo”, raro al no tener el dorsal en el pecho. Vi
raros a mis compañeros de Equipo y a mis amigos del correr. Pero he disfrutado
de una carrera bien organizada de principio a fin. Que otros tomen nota.
1 comentario:
Esas carreras sin presion son las que mas se disfrutan, va todo mas lento, da tiempo a ver mas a disfrutar mas, son un lujo. Este verano seguro que tambien te veo correr rapido, lanzado como te vi el año pasado, estas en plan descanso del guerrero pero el guerrero volvera.
Un abrazo.
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