sábado, 23 de mayo de 2009

VUELTA A COLE

El paso de la vida nos lleva cada vez con más frecuencia al pasado; a escudriñar nuestros recuerdos; a volver a vivir los buenos momentos, dejando en el olvido los menos buenos.
Ayer, cita con una parte de esos recuerdos, con los vividos entre los años 1974-1978 en el colegio San Juan de la Cruz, con una parte de mi vida.
Estos recuerdos no son la primera vez que los vivimos, lo llevamos haciendo desde hace doce años; un buen día, uno de los protagonistas de esos recuerdos tuvo la feliz idea de organizar una cena con aquellos niños, con aquellos adolescentes, también con aquellos profesores (los que nos complicaban la existencia), con los que compartió su infancia y su juventud, y como no, eso le llevaba otra vez al colegio.
Siempre los mismos recuerdos, siempre las mismas anécdotas, pero cada vez contadas con renovada ilusión, como si todo hubiera pasado hace apenas unos meses en vez de treinta y tantos años.
¡Ay!, que tiempos aquellos, que sensaciones. ¿Realmente existió la lista negra?, dicen que sí. Ese bar explotado para financiar nuestro viaje de fin de curso. Ese tira y afloja para que los curas nos dejasen montar un baile en el gimnasio del colegio; el montaje de ese baile, las luces, los roperos, las chicas. Ese equipo de rugby que en dos ocasiones quedo subcampeón de España. Esos rezos en todos los idiomas posibles. Esos saltos de la valla para fugarnos del colegio durante el tiempo del recreo. Esa sentada en el patio del colegio para protestar por no se que. Esa fotocopia de la orla que no para de dar vueltas y vueltas alrededor de la mesa. Tantos y tantos recuerdos, a los que a buen seguro volveremos en las próximas citas.
En alguna ocasión me he preguntado sí con esa mirada hacía atrás no pretenderemos convertir ese pasado en presente; sí no queremos modificar esos recuerdos y teñirlos de color de rosa. No se la respuesta, aunque posiblemente sea que no y que lo único que perseguimos es pasar un buen rato.

6 comentarios:

Quique dijo...

Hola Saturnino, es una buena idea, es importante no perder esos recuerdos que han marcado nuestra infancia.

Donde estarán mis compis de cole...buf, buf....

Un saludo
Quique

Abe dijo...

Yo soy un adicto a esas reuniones, lo reconozco ;D
Nunca esta de más reunirse con los compañeros de "fatigas" ja ja ja ja, y menudas fatigas que se pasaban estudiando ja ja ja ja, el tiempo y la distancia minimizan los sentimientos que a esas edades nos parecían enormes.
Un saludo.

ALVARO RUIZ dijo...

Buenos recuerdos si señor, lo importante es no perderlos y saber de donde venimos para compreder hacia donde nos dirigimos, un abrazo

Alberto dijo...

Es bonito volver a ver a la gente que compartió pupitre y recreo. Yo no me acuerdo de ningún compañero de clase y a veces me da pena. Que se le va a hacer.
Felicidades Satur!!!!!

THE BOSS

Saturnino dijo...

Quique: Se pasa bien recordando aquellos ratos, además que siempre lo hacemos alrededor de una mesa llena de viandas. Es cuestión de que alguien se moleste en buscar a uno, y así empezar la cadena.

Abe: El tiempo lo cura todo, hasta invitamos a los profesores, los que quedan en este mundo, porque por desgracia muchos ya han fallecido.

Álvaro: Es bonito volver a reencontramos; nosotros por norma desde hace doce años nos reunimos una vez al año.

Alberto: Es un placer verte por estos lares; te digo lo mismo que a Quique, es cuestión de encontrar a uno, y después posiblemente este tenga alguna referencia de otro, y así sucesivamente. Espero verte en los cien, aunque sea de visita.

Un abrazo.

Carlos dijo...

Qué casualidad. Nosotros andamos preparando la celebración de los 25 años desde que finalizamos los estudios. A muchos antiguos compañeros hacía ese tiempo que no los veía, y es curioso ver cómo hemos cambiado, los derroteros que han tomado nuestras vidas, a veces inesperados, y recordar...

Abrazos. ;-)