lunes, 14 de septiembre de 2015

VII Legua y Media Nocturna Benavides: Mi historia



La noche no me va a confundir, al menos eso pretendo. Y cuando esta va cayendo sobre las calles de Benavides, me invita a soñar con una gran carrera, pero solo es eso un sueño, y no tengo intenciones de forzar para que hoy se cumpla. El momento de la salida, llega después de una salida falsa, por sorpresa y entre risas. Inicio la aventura, junto a mis compañeros del “Nunca correrás solo”, desde la parte trasera del pelotón, con las únicas prisas que nosotros nos marquemos. “Otra carrera otro entrenamiento como medio para llegar a un gran día” es el pensamiento que ocupa mi cabeza en estos primeros metros. Seguimos al grupo que sin darnos cuenta acelera nuestros pasos, algo rápido, pero aún así nos dejamos ir, corriendo esas calles, a favor “de obra”, que nos llevan al circuito de las tres vueltas. A pasar dos veces por la línea de meta antes de llegar a ella definitivamente. Mis pasos acompasados a  mi compañera para completar una primera vuelta demasiado rápida. Amiga hay que plegar velas y tomarnos esto con más calma: “Hoy no estamos en guerra”. A partir de aquí correr y respirar la noche de Benavides, con la tranquilidad de hacer un buen entrenamiento. Los ánimos de los voluntarios y del público ayudan a que la carrera sea más cómoda. Otra vuelta saliendo, bordeando, entrando y cruzando por segunda vez la meta. Vamos a por la definitiva, la última, nos dejamos caer buscando un descanso, antes de adentrarnos en la penumbra de la zona deportiva, y de hacer el último esfuerzo, ese que nos lleva a la meta.
A reunirnos otra vez con los amigos, con nuestros compañeros; a volver a los comentarios; a la pos carrera y sus risas de complicidad. A disfrutar de una carrera más.

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