Doy por terminada mi convalecencia y vuelvo a correr; poco a poco, pero estas primeras zancadas me llevaran a un estado de forma más idóneo.
Como si de un nuevo curso escolar se tratase empiezo meditando sobre los objetivos que quiero lograr y en cuáles serán los mejores cauces para conseguirlo.
He tenido la fortuna o la desgracia, depende como se mire, de que dispuse demasiado tiempo para reflexionar sobre ello, y de darme cuenta de que en esta ocasión partía de cero.
¿Jugaba con ventaja?, puede que sí, ya que antes de entrar en este parón era consciente de cuál sería mi primer reto del año: Mapoma; y no es una locura, sé que llegaré a tiempo.
Contemplo ante mí ese papel en blanco en el que la próxima semana empezaré a plasmar los entrenamientos, los ritmos, las alegrías y las penas, los días en que llegas de correr con la moral por los suelos, y los días en que entras en casa sudoroso, cansado y con una sonrisa que no te coge en la cara.
Y junto a ese papel en blanco, ese plan de doce semanas que durante estos últimos años te sirve de guía, ese plan que nunca cumples a rajatabla pero que te ayuda un montón.
Y frente a ese papel y ese plan de doce semanas, el cabezota que sabiendo de sus limitaciones va a disfrutar de su carrera: El maratón.
El camino hasta llegar allí será largo, pero al final habrá merecido la pena.
Como si de un nuevo curso escolar se tratase empiezo meditando sobre los objetivos que quiero lograr y en cuáles serán los mejores cauces para conseguirlo.
He tenido la fortuna o la desgracia, depende como se mire, de que dispuse demasiado tiempo para reflexionar sobre ello, y de darme cuenta de que en esta ocasión partía de cero.
¿Jugaba con ventaja?, puede que sí, ya que antes de entrar en este parón era consciente de cuál sería mi primer reto del año: Mapoma; y no es una locura, sé que llegaré a tiempo.
Contemplo ante mí ese papel en blanco en el que la próxima semana empezaré a plasmar los entrenamientos, los ritmos, las alegrías y las penas, los días en que llegas de correr con la moral por los suelos, y los días en que entras en casa sudoroso, cansado y con una sonrisa que no te coge en la cara.
Y junto a ese papel en blanco, ese plan de doce semanas que durante estos últimos años te sirve de guía, ese plan que nunca cumples a rajatabla pero que te ayuda un montón.
Y frente a ese papel y ese plan de doce semanas, el cabezota que sabiendo de sus limitaciones va a disfrutar de su carrera: El maratón.
El camino hasta llegar allí será largo, pero al final habrá merecido la pena.
11 comentarios:
No dudo que llegaras a tiempo. La experiencia es un grado. Y si algo te sobra es cabeza para hacer bien las cosas.
Olé tu santa voluntad; ánimo y a empezar; así se habla, campeón; !me alegro de esa decisión!; aquí estaremos para seguir animándote!
llegarás días de mal humor pero esas sonrisas con las que llegas a casa no están pagadas.. En Madrid nos veremos. Un abrazo
Animo Satur!!!!! seguro que con lo constante que eres no te costará mucho volver a la senda!!!
Un saludo
Quique
En marcha, pues, y enhorabuena
Nos veremos un año mas en la puerta del ayuntamiento
Un saludo
JUAN
Todo llega y tu reaparición esta en marcha.
Ese papel en blanco se irá llenando de experiencias durante esas 12 semanas.
Un fuerte abrazo
Querer es poder... ademas por ilusion no nos gana nadie, estoy seguro que llegaras al maraton en las mejores condiciones que el tiempo lo permita, asi que a gastar zapatillas con "cabeza".
Tus partes con la ventaja de que el cauce del rio le tienes hecho, otros lo tenemos que ir construyendo. Tenías el agua retenida y ahora que has abierto las compuestas es tan fácil como dejarla CORRER.
Así me gusta, verte con ese ánimo,¡Vuelta a la carga!.
Ahora a buscar esas buenas vibraciones en las piernas poco a poco, y seguro que irás encontrando ritmo y sensaciones, tres meses dan para mucho, y lo importante no es como se empieza, sino como se acaba. Tienes cabeza y fuerza de voluntad de sobra.
Abrazos Nino, y nos vemos en breve.
Mucha suerte Satur y que tu plan se cumpla en la mayoría de los días para llegar OK al día D.
Satur, al fin te has puesto en marcha. Ya te lo merecias. Un abrazo.
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