Las cosas muchas veces suceden sin
pensar, o en momentos en los que la euforia está desatada, como es el caso de
lo que os voy a contar.
Hace un par de meses, cuando
regresaba del maratón de Lisboa, con mis compañeros de aventura Juan Carlos,
Pedro, Gonzalo, Eduardo y Ángel,
empezaron a aparecer en la palestra un sinfín de retos, todos ellos, o la
inmensa mayoría, maratones. Surgían nombres como si nada, como si no costase, y
entre ellos surgió Roma. Y ¿Por qué no?. La ciudad gustaba, la fecha no nos
venía mal, y estábamos lanzados; así que a Roma.
Una vez en León no lo dejamos caer
en saco roto y sin dejar pasar un solo día organizamos la aventura. Aún quedaba
tiempo por delante.
Ha pasado el tiempo, han pasado las
carreras, entre ellas el maratón de Málaga, he descansado, y ya estoy metido de
lleno en el camino hacia otro maratón.
Sé dónde voy: Roma. Sé lo
que quiero: Disfrutar. Y me sobra ilusión para afrontar el duro camino. Así, que
empiece la fiesta.
2 comentarios:
Así surgen las cosas. Ya estamos en el camino de Roma.
Y entraras victorioso, como los emperadores romanos cuando volvían de las batallas.
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