El verano es una invitación al descanso, a correr por el mero
hecho de correr, a disfrutar de sus largos días, y a pensar.
A pensar en esos objetivos que ocuparán mente y tiempo durante los
próximos meses. Estoy en el inicio del nuevo curso, y ahora, a pesar del calor,
recibo la brisa de nuevas ilusiones.
El camino está más que marcado, solo hay que ir quemando etapas,
primero será Valencia allá por el mes de noviembre, después vendrá Paris en
marzo, y para rematar en abril con Madrid. La historia se repite.
Con todo más que claro ahora toca disfrutar de las carreras del
verano, y después cuando llegué el momento de empezar con el primer plan, disfrutar
de otra temporada de ensueño.
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