miércoles, 8 de julio de 2015

UN CAMINO DE ESTRELLAS


Foto montaje de Julio


Basta mirar tus ojos
para saber que existes,
para saber que vives
aquí donde yo vivo,
para saber que estas
aunque yo no esté contigo,
para saber que el cielo
que nos rodea es el mismo.
Fragmento de Teresa Aburto Uribe

“A Santiago contra el Cáncer 2015” vuelve a llenar el cielo del Camino de estrellas. Todos tenemos nuestras estrellitas allí arriba, esas en las que están nuestros seres queridos, nuestros amigos.
Me gusta pensar que desde ese cielo azul, de mil tonalidades, mis estrellitas han corrido a mi lado, que han sentido todas las emociones que el Camino me ha dejado.
Me gusta pensar que pasaron de la alegría del comienzo a llorar la perdida de Salva, uno de los nuestros, y que seguro ya tiene su estrella.
Me gusta pensar que siguieron al navarro por esos picos perdidos del camino y que volaron camino de Roncesvalles; que evitaron que lloviera; y que se subieron a la plataforma vibratoria de Ángel.
Me gusta pensar que escucharon las explicaciones de nuestro profesor, Arsenio, sobre ese cardo que lo mismo sirve para ir a la luna que para salvar una vida; o que no tuvieron nada que ver en ese kilómetro de más, que el caso era llegar a una iglesia, y no que la iglesia venerase a San Veremundo.
Me gusta pensar que rieron cuando vieron a Alfonso vestido de faralaes; esa foto que subió el “cabrón” de Erun (esto no lo digo yo, que lo dijo Alfonso), pero siempre desde el cariño y sin acritud.
Me gusta pensar que esas estrellitas fueron las que nos dieron alas camino a León; que se emocionaron, al igual que nosotros, recorriendo sus calles; y que lloraron ese minuto en Botines.
Me gusta pensar que no se quedaron en León, que siguieron el Camino; que hicieron el paseíllo en San Marcos; que subieron a la Cruz del Ferro; que mojaron sus pies en las frías aguas de Molinaseca.
Me gusta pensar que este año hicieron que no lloviese en el Cebrerio; que nos empujaron camino del Alto del Poio; que no se equivocaron y siguieron para Samos en vez de para San X; que fueron “pillados” por la cámara de Aroa; que vivieron la noche de Mellide.
Me gusta pensar que corrieron cada etapa del último día; que llegaron los primeros al Monte del Gozo.
Me gusta pensar que nos esperaban en la plaza del Obradoiro; que mandaron callar al gaitero para que se oyesen nuestros aplausos; que rieron y lloraron; que secaron nuestras lágrimas y se abrazaron a nosotros, que sonrieron al final del Camino.
Me gusta pensar que también se abrazaron al Apóstol.
Me gusta soñar que mis estrellitas siguen vivas porque siguen viviendo en mi corazón.

5 comentarios:

Celina dijo...

Preciosa entrada, sin duda esas estrellitas os acompañaron cada paso

Raúl Rubio dijo...

Preciosa entrada Satur.

Un fuerte abrazo.

Unknown dijo...

Una maravilla Satur!!!! Me gusta pensar como tu... ;)

Ramón Sobrino Torrens dijo...

Emotiva entrada, Satur.

Saturnino dijo...

Gracias por vuestras palabras.
Todos tenemos alguna estrella allá arriba.
Besos para ellas y abrazos para ellos.