lunes, 17 de agosto de 2015

II Carrera Popular Ayuntamiento Santa Marina del Rey: Mi historia


foto cortesía de Loli
Amanece un día raro para ser una mañana de verano, en la que el sol pugna por asomarse entre las numerosas nubes que cubren el cielo de Santa Marina. Y a pesar de ello, los corredores se protegen, en la chopera que acoge la salida, de los tímidos rayos que consiguen sobrepasar su barrera. El tiempo, como siempre, pasa deprisa, y después de un pequeño calentamiento, tres trotes y dos carrerillas, me sitúo en la línea de salida. Desde la parte trasera del grupo, escucho la cuenta atrás y empiezo mi carrera. En los primeros metros, y sobre todo tras la primera curva, el correr se hace un poco complicado; la aglomeración, la estrechez del camino, y el terreno irregular hace que tome precauciones para evitar contratiempos. Mientras espero a que la carrera me sitúe en mi lugar, aprovecho para ir cogiendo aire y disfrutar del entorno. Del correr entre los chopos con el eco del río Órbigo de fondo; de ir cambiando paisajes, dejando atrás la arboleda de chopos para correr encerrados entre tierras de maíces. Las zancadas, me acercan a Sardonelo, a sus calles, donde recibimos un poco de calor humano, y cambiamos el rumbo. De vuelta, con el corazón galopando, dejando que la mente corra, entre pensamientos agradables, por las aguas del canal.
Dejamos la corriente a favor para volver al camino, a más maíz, sobre el que a lo lejos se distinguen nítidas las casas de Santa Marina, y entre ellas, sobresaliendo la torre de su iglesia. Los pasos cansados y agarrotados por las prisas me acercan a sus calles, donde vuelven los aplausos, las palabras de ánimo, que son de gran ayuda en estos metros finales.
foto cortesía de Loli

El último esfuerzo, junto a Sole, que dió caza, agarrado a su estela para cruzar su meta, mi meta, nuestra comúm meta.
Después tiempo para disfrutar y compartir con mis amigos del Nunca correrás momentos agradables

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