Otra vez en marcha. No se trata de un cuento de hadas,
aunque si lo fuese no tengo dudas de que tendrá un final feliz: No se trata de
intentarlo, porque eso no sería suficiente. Se trata de lograrlo, porque ese si
será el final feliz.
Cuando decidí iniciar este nuevo camino a otro
maratón, tenía dudas de cómo afrontarlo. Tenía mucho para pensar, y que mejor
que hacerlo paseando. Así que un día, una mañana o una tarde, no lo recuerdo, y
la verdad da igual cuando fuera, me di un largo paseo. Un paseo en soledad; un
paseo con la única compañía de mi yo. Y en ese andar, por mis caminos, por mis
verdes pinos, tuve claro que tenía que volver a mis viejas rutinas: A correr, a
correr solo o con mi yo, y si alguien se unía a mis pasos bienvenido sería.
Y con esa mi vieja filosofía empecé los entrenamientos
que me van a llevar a San Sebastián, allá por el 25 de noviembre. Cinco semanas
de ese camino al 32 han quedado atrás, y hasta ahora las sensaciones no están
siendo malas, y las molestias de mi pierna empiezan a ser un mal recuerdo. Soy consciente
de que ahora entro en la fase, en las semanas más exigentes, pero esas buenas
sensaciones hacen que la motivación sea alta.
Así que a estas alturas, continuaré mi caminar, en el
que paso a paso procuraré seguir siendo positivo.
¡Vamos a por otras cinco semanas!.
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