ME SACAN LOS HIGADILLOS

Esta semana que esta a punto de terminar me deja unas impresiones muy diferentes; por un lado los rodajes no me han dejado buenas sensaciones, y por otro he mejorado en los tiempos; me hubiese gustado que las dos circunstancias hubiesen coincidido, no fue así, que le vamos a hacer.
Para esta semana que acaba y para la próxima tenía previsto rodajes exigentes, pero en ellos no quería sufrir en exceso, no hago esto para eso.
He conseguido salir solamente tres días (no es que siga el plan del amigo Pablo), más un día de ejercicios del tren inferior y estiramientos.
El primer día de rodaje (el jueves) me acompañó la nieve, y no pude realizar el recorrido predeterminado, aunque eso no impidió que realizase una tirada exigente y sufrida, más por la climatología que por el esfuerzo realizado.
El segundo rodaje y el tercero ya corresponden con el fin de semana, y estos últimamente no los hago en solitario, he elegido buena compañía o ellos me han elegido a mí, y me hacen sudar la gota gorda, creo que se han puesto de acuerdo.
El sábado amaneció un día soleado, buen presagio y mejor día para correr; había quedado con el amigo Paco, que corre que se las pela; desde el principio puso un ritmo exigente para mí, si en otras ocasiones iba un cuerpo por detrás de mi en esta iba un cuerpo por delante (como si tuviese prisa), y eso ya de entrada quiere decir que voy a tener que apretar los dientes, y no me equivoque; a duras penas podía mantener una conversación normal, mientras él no callaba; teníamos pensado hacer un recorrido por la orilla del río desde La Candamia hasta Villanueva del Árbol, para no pisar tanto asfalto, pero la climatología de los días anteriores nos habían dejado los caminos en mal estado, por lo que decidimos hacer el mismo recorrido del sábado anterior (todo asfalto); acabe muy castigado físicamente pero con la satisfacción de bajar el crono.
El domingo, al igual que el anterior la cita fue a las 10:00 de la mañana, y los comensales los mismos Paco, Crazisoul, Miguel y yo (Mauri de nuevo falta a la cita).
Decidimos hacer el mismo recorrido, 18 o 19 kilómetros, alguien opina por cambiar pero yo en esta ocasión quiero repetir para comparar tiempos, al final optamos por repetir dejando para el próximo el cambio.
En esta ocasión vamos los cuatro juntos durante todo el recorrido, con el consiguiente esfuerzo extra que tengo que hacer para seguirlos y para que no se me salgan los higadillos; Paco me exige conversación pero prefiero escuchar, “en boca cerrada no entran moscas” pienso; unos perros nos ladran y Paco aprovecha para disertar sobre los dos métodos para ahuyentarlos, el primero hacer la estatua y el segundo hacerse el loco y dirigirse hacía ellos gritando como un poseso; Miguel añade otro sistema, el del palo; yo se quién será el que tendrá que aplicar alguno de los tres métodos, si los canes vienen a por nosotros; y con estas y otras distracciones llegamos al final con un crono de 1h 40´, dos menos que la pasada tirada.
Me quedo con la mejora de tiempos y con los higadillos, las sensaciones ya volverán porque no se han podido ir muy lejos.