BUSCANDO FUERZA

“El mérito de todo éxito es que uno se vence a sí mismo. Quienes saben esto jamás conocerán la derrota”, decía A.J. Cronin.
Las dos cortas salidas de la semana pasada me dejaron la satisfacción de la vuelta pero la insatisfacción de su mediocridad; la satisfacción de correr sin molestias pero la insatisfacción de correr sin ritmo.
Sin molestias y sin ritmo, sin molestias y sin ritmo…dos sensaciones que asediaban mis pensamientos. Tenía que cambiar la tendencia, tenía que empezar a vencerme a mí mismo y para eso nada mejor que empezar a entrenar, pero entrenar en serio.
¿Que he echado en falta en esas dos cortas salidas?, la fuerza. Así que el objetivo para ésta semana: coger esa fuerza. Coger fuerza y alargar el tiempo de las salidas.
Y sin perder tiempo, sin dejar pasar un solo día, empiezo el lunes con una salida suave por el parque de la Granja; rodaje de 8200m con un ritmo medio de 5m51s. Ritmo todavía, para mí, pobre, pero por fin he conseguido bajar de seis minutos.
El martes, día 17, afronto la primera salida de cuestas, fuerza fuerza, ese es el pensamiento; busco un recorrido por los pinos que incluya alguna cuesta, no mucho que estamos empezando; 6800m para un ritmo de 6m10s. Bien, algo cansado de piernas, pero con sensaciones que me gustan.
El miércoles, prefiero no salir a correr y descansar haciendo ejercicios de piernas, gomas y estiramientos, abdominales y estiramientos.
El jueves, me encamino de nuevo a los pinos buscando un recorrido algo más largo y más exigente, con muchos tramos de subida y casi tres kilómetros más que el miércoles. Sesenta y cuatro minutos para recorrer 9600m a un ritmo de 6m38s. Entrenamiento muy trabajado.
Para el viernes, día 20, dispuse un rodaje de una hora por terreno totalmente llano, con el único objetivo de trotar, solo trotar; y esos sesenta minutos dieron para 10300m a un ritmo de 5m50s. Lejos, aún, de mi ritmo crucero, pero corriendo con menos agonía y sintiendo que ese ritmo cansino se acopla a mi respiración.
Llego al sábado con fatiga en las piernas. ¡¡¡Necesito descansar!!! Gritaba mi cuerpo. Y descanso.
Para el domingo tenía dispuesta una salida más exigente, más cuestas y más tiempo; algo parecido a lo que resultó pero no igual. El sábado recibo una llamada de mi compañero Gonzalo, futuro maratoniano, se estrenara en Mapoma, y me dice “he quedado con algunos compañeros de la Ule-el Chorco para hacer una tirada larga, ¿Te vienes?”;”¡Uf! Me gustaría, pero me faltan dos o tres semanas para estar medianamente a tono”;”Venga que hay varios ritmos”; engañado o no, y con todas las reservas del mundo acudo a la cita. Y a las 10:30 horas estoy dispuesto a correr junto a ellos por el paraje de los pinos; recorrido tranquilo de ida y más exigente de vuelta; “¿pero no hicimos cuestas ayer?” decía alguno, mientras subíamos y bajábamos, "menos mal que yo no" pensaba. Una hora y dieciocho minutos, 12290 metros, y una media de 6m25s, al que tengo que añadir ocho minutos de calentamiento y otros ocho de descalentamiento. Mucho más de lo que yo pensaba hacer, y muchas más satisfacciones de las que pensaba encontrar. Excelente mañana.
He empezado a recorrer el camino que me llevará a buscar el éxito, el de mi objetivo.