Así Salen
Era bueno el hombre, seguro
con el azadón y el arado.
No tuvo tiempo siquiera
para soñar mientras dormía.
Fue sudorosamente pobre.
Valía un solo caballo.
Su hijo es hoy muy orgulloso
y vale varios automóviles.
Habla con boca de ministro,
se pasea muy redondo,
olvidó a su padre campestre
Y se descubrió antepasados,
piensa como un diario grueso,
gana de día y de noche:
es importante cuando duerme.
Los hijos del hijo son muchos
y se casaron hace tiempo,
no hacen nada pero devoran,
valen millares de ratones.
Los hijos del hijo del hijo
cómo van a encontrar el mundo?
Serán buenos o serán malos?
Valdrán moscas o valdrán trigo?
Tú no me quieres contestar.
Pero no mueren las preguntas.
de Pablo
Neruda
No hay comentarios:
Publicar un comentario