“Ellos volvían, incansables, una y otra vez, sin pedir nada a cambio, solo,
quizás, un poco de atención. Jugaban a perseguir lo infinito, correteando, mostrando
el agradecimiento de un entorno mágico. Tierras de paz y sosiego”.
El retorno a los rodajes ha de ser tranquilo; es lo
más prudente. Siempre he procurado hacer la transición del descanso al correr
de forma gradual, poco a poco, sin volverme loco al calzarme las zapatillas, el
año es largo y una vez que empiece ya no hay paradas.
Correr cómodamente, ir sumando kilómetros y
añadiendo cuestas a los rodajes, para que el cuerpo vaya sentando las bases que
después le permitirán disfrutar. Una vez puesto en marcha todo resulta más
fácil.
Esa prudencia, de la que hablaba al principio, me ha
llevado a realizar solo tres salidas, acompañadas de trabajo de fuerza y
estiramientos.
Lunes, día 14, entrenamiento suave de 8 kilómetros.
Martes, rodaje moderado de 8,2 kilómetros.
Jueves, día 17, salida de 7,5 kilómetros, con la
incorporación de cuestas, corriendo con tranquilidad y sin pausa.
El sábado y domingo, tomados de relax, los dedique a jugar al pádel, que
desde el año pasado no había vuelto a jugar.
Y la semana no dio para
mucho más, aunque sí ha sido suficiente para volver a las rutinas.
2 comentarios:
Forjando una buena base para el trabajo metódico que se avecina. Buena elección la de la tranquilidad.
Un abrazo.
Satur, me encanta como te lo planteas siempre, eres un ejemplo
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