Del 15 al 21 de
septiembre
Vuelvo a mi locura: la maratón. Una locura de amor que
empieza con la tranquilidad que da el tiempo que me separa del verdadero
objetivo.
Llega la hora de volver a mi rutina, a
los buenos hábitos, a comparar tiempos con sensaciones, a subir un día al cielo
y otro a bajar a los infiernos.
Se acabaron, de momento, esos entrenamientos que
solo me sirven para no perder la forma, para llegar a la próxima carrera, para
estar con los amigos.
Y con las pilas cargadas empecé con los
entrenamientos. Cuatro salidas tranquilas, en tres de ellas más que
el ritmo primaba la duración del rodaje, y en la otra para participar en una carrera de menos de 10 km. a ritmno más o menos exigente, para terminar con 45,630 km. No es
mucho para empezar, pero ha servido para que la cabeza vaya tomando conciencia de lo que tiene por delante.
Así que ante mí otro nuevo reto, otro maratón.
Castellón. Una ciudad con la que tengo una deuda pendiente y un maratón al que me apetecía volver.
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