Mi calendario ha querido que Sahagún de Campos sea la
antesala de Madrid. Mejor escenario imposible. El dorsal ya colocado en el
pecho; el último dorsal. Correteos entre saludos que hacen las labores de
calentamiento y que anuncian la proximidad de la salida. Una salida
neutralizada desde la plaza Mayor hasta el monumento “El Arco”, y desde allí,
el “tres, dos, uno” y la tardía explosión de confeti marcan el inicio de
carrera. A correr toca y deprisa, ya que el rápido comienzo te invita a ello. La
ida y la vuelta alrededor del Cea aceleran la zancada antes de quedarse clavada
en la subida a la Peregrina; paso corto, vista al suelo, vista al cielo, respiración agitada. Ya
arriba, donde poco a poco el paso corto se va convirtiendo en zancada, donde la
vista vuelve al frente y la respiración se sosiega. Donde las piernas se lanzan
en la larga bajada que sin darnos cuenta nos deja a las puertas de la ermita de
la Virgen del Puente. Media carrera. Medio esfuerzo. Atrás queda la ermita,
atrás queda el puente, atrás queda la bajada; ahora vuelta hacia Sahagún,
cuesta arriba, regulando el ritmo, acompasando respiración para no atrancar un
cuerpo que va disfrutando. Paso a paso, con la vista en las primeras casas, en
el final de la cuesta, en ese puente sobre la vía del tren que me deja en caída
libre hacia la meta.
Deprisa, aspirando el aire al ritmo de mis zancadas, saboreando los
últimos metros, traspasando el último arco, cruzando mi meta, pensando en la
próxima: Mapoma.
1 comentario:
Gran entrenamiento de cara a Mapoma, con buenas cuestas. Muchisima suerte para el domingo, en otro dia de disfrute y encima disfrute largo, mas no se puede pedir.Que lo pases muy bien y logres lo que busques.
Un abrazo¡¡¡.
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