lunes, 9 de noviembre de 2015

XXXV Maratón Valencia Trinidad Alfonso: 11ª Semana



Del 02 al 08 de noviembre
“Las ideas audaces son como piezas de ajedrez. Pueden ser vencidas, pero también pueden iniciar una partida victoriosa” de Goethe

Esto está llegando a su fin. Terminada la semana once, se abre la puerta de la doceava.
Decir que lo difícil ya está hecho, puede no sonar bien, cuando por delante tengo 42 kilómetros y 195 metros. Pero así lo siento: Esto ya está hecho. Lo peor de un maratón, si es que lo hay, son los entrenamientos; la carrera tiene que ser una fiesta, en la que hay que ir a no pasarlo mal.
Los entrenos realizados son los que van a dar el resultado final. Con esos entrenamientos son con los que tenemos que pensar la estrategia. Podremos ser más atrevidos o menos, pero lo que si debemos ser es objetivos. Y objetivos, y sin miedos, elaboraremos ese plan de carrera, que  nos lleve a meta.
Esta semana, de 55.150 metros, ha ido transcurriendo, como las demás, entre zancadas y sonrisas. El pequeño grupo que me ha ido acompañando en mis entrenamientos no tiene desperdicio; con ellos esto ha sido mucho más fácil.
Empezamos el martes con un rodaje tranquilo, y abusando de Dios; ella tenía examen el jueves y nosotros queríamos correr sin mojarnos. No llovió, por lo que después de terminar no nos quedó más remedio que pedir para que el jueves tampoco lloviese, aunque esto no sé muy bien para que le servirá a ella. El miércoles nos entregamos a las últimas series, algo que más de uno agradeció (sin nombres). El viernes, otro rodaje tranquilo, en que el subconsciente casi nos lleva a hacer un par de kilómetros de más. Y llegó el domingo, el día que cierra la semana, la última tirada larga. El día en el que corrí encantado de que fuesen ellos los que llevaron mi ritmo.
 
¿El planteamiento? ya se verá; ¿Ilusión? toda, la de siempre. La carrera ya está en mi cabeza.

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