Del
12 al 25 de septiembre
La realidad va tomando forma y se va pareciendo a lo
pensado. Durante estas dos semanas la perspectiva ha cambiado. Los
entrenamientos, con más o menos cambios, y con permiso de las carreras van saliendo, lo que ha hecho que la
distancia recorrida se aproxime a lo planificado. Así que siendo positivos, dos
semanas menos.
El kilometraje de estos quince días ha sido casi el
mismo, ya que la séptima semana me deja con 64´840 kilómetros y la octava con
64,290. Distancias muy parecidas a la preparación de otros maratones.
El pesimismo por el “no llego” ha quedado en anécdota, dando paso a un tiempo de sonrisas.
Dos semanas en las que he huido de temores
y he empezado a acariciar esperanzas.
“El temor y la
esperanza nacen juntos y juntos mueren” de Pietro Metastasio.
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