Días más largos. Entrenamientos más largos. Más luminosidad. Más intensidad. Más frío. Y más de casi todo.
Más disciplina y más esfuerzo. Todas las
semanas, todos los meses son imprescindibles para el desarrollo final; pero
quizás este segundo mes es el más importante. Poco a poco, paso a paso se van
creando oportunidades, y se va dejando menos espacio al azar. La suerte,
siempre importante en la vida, es aquí necesaria aunque solo sea para aportar tranquilidad mental. Pero no hay que dejar todo a
esa buena suerte.
Aumenta la carga, y la exigencia, lo que la
convierte en una buena etapa para ser constante. Para ser cabezón.
La semana se ha hecho larga. Y un mal
planteamiento, con cuatro salidas exigentes, la hizo más dura de lo que debería
haber sido. 49´700 kilómetros han sido testigo; pocos pero intensos. Aún así las sensaciones no han
sido malas.
“Soporta y resiste: ese esfuerzo te será muy
útil un día” de Ovidio
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