martes, 24 de junio de 2014

III Carrera Popular Comarca de Cistierna: Mi historia



No conozco la carrera. Llego a Cistierna con lo que me han contado de ella. Me han hablado de cuestas, de subidas y bajadas; más de subidas. Miro a mí alrededor y solo veo monte y montaña, así que algo de razón tendrán.
Me reúno con mis compañeros, nos enfundamos nuestra nueva equipación, y vamos a la línea de salida. Situado en la parte trasera espero para echar a correr. No escucho el momento de la salida y solo el movimiento de los corredores me anuncia que la fiesta ha empezado. Con tranquilidad, con el dibujo que me han hecho bien presente, inicio la andadura. Pronto abandonamos el asfalto para coger un camino de polvo negro, y sin apenas dar tiempo a que nuestras piernas empiecen a sentir, iniciamos la primera de las subidas. Me habían hablado de ella y no me engañaron; se agarra. La sensación aún no es buena y la salvo con calma, sin alterar la respiración. Una vez arriba se agradece el descenso y los pequeños aplausos en la corta vuelta a la civilización. Casi sin darme cuenta llego a la mitad de la prueba, donde se encuentra el avituallamiento, y Ángeles con su cámara, quién me da ánimos para afrontar la segunda subida. El camino asciende por un bosque de pinos, y entre ellos se entrevé las calles de Cistierna. Otra vez toca regular; subir concentrado en los esfuerzos y bajar con prudencia, sin prisas. De vez en cuando una suave brisa refresca el ambiente. Una cómoda senda que bordea el pinar nos lleva a otra más escabrosa, donde una pequeña voluntaria alerta con su tímida voz “cuidado que hay barro”, y que nos deja en las calles de la villa. Asfalto y otra vez camino, y más asfalto, y algún aplauso temeroso; últimos giros y la siempre ansiada meta.
Después momentos para disfrutar de los amigos, y de las pequeñas alegrías del Nunca correrás solo.
He de reconocer que la carrera me parece bonita, y lo de ¿dura?, eso ya depende de las exigencias de cada uno.

No hay comentarios: