jueves, 19 de junio de 2014

LLEGA EL VERANO…LLEGAN LAS PRISAS



Con el final de la primavera, y la inminente llegada del verano, muchos se enfrentan (o nos enfrentamos) al momento de quitarse ropa de encima, con todo lo que ello conlleva. Habrá gente a la que eso no le importe porque tienen cuerpos imponentes, pero ese no es el caso de los más mortales. Ahora se dejan ver todos los  excesos que se han ido acumulando durante los fríos y largos meses de invierno. Afloran los nervios y llegan las prisas por ocultar las evidencias tapadas durante tanto tiempo.
Ahora se dan (o nos damos) cuenta de que no deberían haber llegado a esos extremos, y quizás piensen que eso no va a volverá a ocurrir. Pero de momento intentarán salir del apuro. Y aquí es donde cometen (o cometemos) los errores.
El primero de ellos es querer dejar lo kilos que sobran, esos cogidos con la satisfacción del comer y el reposo del sofá. Para ello, y como el tiempo apremia, se lanzan (o nos lanzamos) en brazos de las dietas milagro. Dejan (o dejamos) de comer lo correcto y de ingerir los nutrientes esenciales para el normal funcionamiento del cuerpo.
También se lanzan (o nos lanzamos) a la carrera. Buscan (o buscamos) las zapatillas de deporte en el fondo del armario, la camiseta de algodón de todos los años, y esa descolorida cazadora, y bien abrigados salen (o salimos) a correr. Lo importante es sudar, piensan (o pensamos) para ya en casa subir a la báscula y ver que lo dos kilos perdidos. Después un ducha con satisfacción. Te pones (o nos ponemos) de agua hasta atrás. Y ¿vuelves a la báscula?. No. Te engañas (o nos engañamos). Qué más da.
Lo fácil hubiese sido mantener durante todo el año una dieta equilibrada y saludable, y practicar deporte regularmente. Puede que con ello no se llegue al peso deseado, pero al menos te sentirías (o nos sentiríamos) mejor.
Llega el verano…llegan las prisas. ¿Tú tienes prisas?. Yo no.

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