Del 07 al 13 de
marzo
Correr en casa
siempre motiva, y el domingo se disputaba la Media Maratón de León, lo que me
dejaba ante una semana ilusionante. No era mi objetivo, éste aún lo tengo a
distancia, pero a buen seguro por mi cabeza rondarían esos familiares 21
kilómetros. Así que había que hacer algún cambio, no quería que influyese mucho
en los entrenamientos, pero casi eran imprescindibles. Correría sin llevar el
esfuerzo a exigencias innecesarias.
Con esas premisas,
empiezo el martes, día 08, junto a los que se han convertido en mi
compañía habitual, mis amigos del Nunca correrás solo, y con ellos comparto los
12´410 km. del entrenamiento. Y como también viene siendo habitual, cuando yo
pienso en ir despacio, ellos quieren ir deprisa.
El miércoles
afrontamos las series. Así que tocaba esforzarse y sacrificarse un poquito, lo
que dieron loas 12´820 km. que duro entrenamiento.
La semana iba
pasando, y de tranquila y pensar en la Media, nada de nada, lo que quería decir
que el viernes ya habría que buscar una salida un poco más tranquila. La
cabeza, sin querer, lo demandaba. Así que disfrutando del tiempo, del entorno,
de la compañía y de la charla, y sin darnos cuenta corrimos unos placenteros
11´820 km.
Y el domingo,
día 13, el de la tirada larga, la que hicimos en nuestra Media Maratón de León.
Sin prisas, disfrutando y con la tranquilidad que un dorsal puede dar cuando lo
colocamos en el pecho.
Hasta aquí dio de
sí la semana en que un ojo estaba puesto en el objetivo y otro en León; una
semana acabada con 58´380 kilómetros.
“No recordamos los días;
recordamos los instantes” de Cesare Pavese
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