Del 04 al 10 de abril
Semana a medio gas. Que ha
transcurrido entre el descanso y la reflexión en el pasado más reciente, y con
la vista en el futuro más cercano.
La idea, en un principio, no
era tomarme la semana con tanta calma. Pero entre unas cosas y otras, y entre
las complicidades de otros, es en lo que me he visto abocado.
Empecé saliendo el martes por las calles parisinas, con la
compañía de mi amigo Alberto, quien “de
la buena orientación de un marine, pasó a estos puentes no me suenan”. Una agradable
tirada de 10’390 kilómetros, llevada de principio a fin a ritmo tranquilo,
donde casi lo mejor fue el estiramiento final.
Después unos días de más relax,
para volver a calzarme las zapatillas el viernes,
día 08. Esta vez ya por León. Lo suyo era hacer la tirada larga con mis
compañeros, o eso era lo que yo pensaba, pero la complicidad y el engaño me llevaron a correr solo 11’680 kilómetros. Ellos
tuvieron su recompensa y yo mi descanso.
Y la última salida de la
semana, la del domingo, programada
ya de antemano. Esta no pudo tener mejor entorno: Almanza, hasta donde me
acerqué con mis amigos del “Nunca correrás solo” para correr su II Cross Villa
de Almanza, y compartir el día. Una bonita carrera que en mi pulsómetro marcó
una distancia de 9’490 km, que corrí cómodo y me dejo un buen poso de buenas
sensaciones.
Semana rematada con 31’560 kilómetros;
menos de lo pensado, y quizás más de lo necesario. Pero me quedo con los sentimientos
que mi cuerpo ha recogido. Locura o pasión.
“Las locuras que mas se lamentan en la vida de un hombre son las que no se
cometieron cuando se tuvo la oportunidad” de Helen Rowland.
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