LA VIDA EMPIEZA A CORRER...
La
vida empieza a correr
de
un manantial, como un río;
a
veces, el cauce sube,
a
veces, el cauce sube,
y
otras se queda vacío.
Del
manantial que brotó
para
darte vida a ti,
ay,
ni una gota quedó
para
mí:
la
tierra se lo bebió.
Aunque
tú digas que no,
el
mundo sabe que sí,
que
ni una gota quedó
del
manantial que brotó
para
darte vida a ti.
de Nicolás Guillén
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